Disensiones y Disquisiciones

La Palabra y la Idea (4)

Hace cincuenta y cinco años que venimos expresándonos en estos términos de la educación: “la enseñanza limita y el aprendizaje libera… el libro y el maestro solo son un punto de partida… nadie sabe cuánto sabe de algo hasta que habla de ello… tus alumnos deben aprender contigo, no de ti… el error de la educación es su pretendida estandarización en un contexto de diversidad… los niños nacen parea ser genios pero sus padres y maestros matan en ellos la curiosidad y la capacidad de asombro… porque la escuela debe ser un laboratorio-taller en el que se investigue, se descubra, se cree, se construya y se repare… y es que los hombres que se creen inteligentes se pasan la vida tratando de superar a los demás pero se olvidan de superarse a sí mismos… y se derrumban aquellos que se dejaron construir por otros: permanecen de pié los que se hicieron a sí mismos”… pero no imaginé “que mi palabra no hallaría un oído”.

Y más adelante, en el tiempo, Olac Fuentes Molinar y Manuel Gil Antón (ambos del Colegio de México) han dicho, categóricamente, que “la escuela no es un buen lugar para los niños” y que “los programas educativos de México tienen varios kilómetros de longitud pero apenas tres milímetros de profundidad”; y sus voces tampoco han sido escuchadas.

Pero allá por los años 50s del siglo pasado Felix Garizurueta, embajador de México en algún país de Europa dijo algo que sí permeó en la idiosincrasia del mexicano: “Es un error vivir fuera del presupuesto” y los mexicanos se dieron a la tarea de incrustarse en las nóminas del estado de las maneras más insospechadas y poco lícitas… Y aún años antes, el general Obregón había acuñado otra sentenciosa frase que definió la fragilidad del mexicano: “Nadie resiste un cañonazo de $ 50,000.00; y los mexicanos se preocuparon, cada vez más, en hacer evidente su fragilidad para el cohecho, el chantaje, el fraude y el contubernio… Pero esta última frase, de autor anónimo, vino a concretar el perfil de mexicano de los últimos cincuenta años: “el que no transa no avanza” (transar significa, en buen español, llegar a un acuerdo, pero en nuestra lengua nacional ha llegado a significar robar “quedarse con algo”) con lo que se hizo evidente que las oportunidades de estudio y empleo son de quienes las arrebatan y no de quienes las merecen.

Por ello es que vemos como necesaria y viable la Constitución Moral de la que habla el presidente López Obrador, pero esta no solamente debe llegar a las escuelas sino a todas las familias mexicanas porque es de ahí de donde vienen los erráticos caminos que han tenido que andar los niños y jóvenes de este país y que los han hecho conformistas, sumisos y dependientes.

Y pues, para comprender la verdadera importancia de la pretendida Constitución Moral, déjenos decirle que ya el Dr. Jaime Torres Bodet, Srio. De Educación en el sexenio del Lic. López Mateos, había intentado poner en operación una Cartilla Moral escrita por Don Alfonso Reyes, pero que el sindicato de maestros hizo fracasar, lo mismo que hizo fracasar el Plan de Once Años que fue el mejor intento de Reforma Educativa que ha habido en los últimos 80 años… y todo ello porque el gobierno se ha sentido en la obligación de tomar acuerdo con el sindicato magisterial, como si la política educativa dependiera del sindicalismo y no del estado mexicano y así, cuando usted se ha enterado de que la SEP y el SNTE han hecho un “Acuerdo por la Educación”, la verdad es que este ha sido un acuerdo para frenar la educación. Lo sabía usted?

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