En el panteón municipal Juan de la Luz Enríquez de Orizaba, fundado en 1897, se encuentra un monolito excepcional de piedra volcánica de 8 por 6 metros con un espesor de 1.5m. Pesa unas 60 toneladas. Se trata de un monolito expulsado por la última erupción del volcán Pico de Orizaba que se encuentra muy erosionado. Para proteger el monumento, se instaló un andamio en 1999.
Conocido por sus grabados desde los albores de la conquista, el monolito ha sido el objeto de numerosas visitas de arqueólogos, entre ellos Guillermo Dupaix en 1805, Alfredo Chavero en 1884 o Leopoldo Batres en 1904. Representa un personaje central de unos 5m. de alto, ubicado entre un conejo acompañado de la fecha 10, o sea la fecha 10 tochtli y un pescado con la fecha 2. En las paredes de la piedra se encuentra una tortuga con el numeral 5. Además, se ven los escudos que aluden a la guerra y dos mascarones de un dios con anteojeras y largos colmillos, probablemente Tláloc, el dios de la lluvia.
El hombre presenta unrostro descarnado, los brazos y las piernas extendidos en forma de cruz y, de acuerdo con la mayoría de los investigadores, los intestinos fuera de su cuerpo. La pierna izquierda parece amarrada. A partir del siglo XX, prácticamente todos los estudios coinciden para interpretarlo como una escena de sacrificio humano, como lo sugieren el rostro muerto, la incisión en el pecho y los intestinos de fuera.
Con ayuda de las fuentes históricas, se considera que los ritos que posiblemente se llevaron a cabo fueron relacionados con lo que se llama el sacrificio gladiatorio. El primer elemento pertinente es la roca misma, cuyo tamaño recuerda al temalacatl o piedra para el sacrificio gladiatorio, de donde amarraban de la pierna izquierda a los cautivos que habrían de participar en esta contienda desigual. Esta cuerda se observa claramente en el personaje, sujetándolo del pie izquierdo. El cautivo debía pelear con armas de madera contra un guerrero que portaba armas reales. Si el cautivo vencía, debía pelear con un segundo guerrero, después, un tercero y un cuarto: si les ganaba a todos, venia un quinto guerrero. Las contiendas se llevaban a cabo en honor al dios de la vegetación Xipe Totec en las ceremonias del quinto mes del calendario náhuatl. Es entonces posible que el monolito representa un ritual en honor de esta deidad. Sin embargo, esta lectura no toma en cuenta toda la iconografía del monolito.
En el siglo XV, el valle de Orizaba era una provincia dominada por los aztecas. A pesar de que Orizaba no era cabecera de su región, constituía un punto estratégico para controlar las rutas comerciales hacia la costa. Al parecer, la piedra fue seleccionada por los antiguos habitantes de Ahuilizapan (la antigua Orizaba) para conmemorar un hecho histórico del siglo XVI. Según algunos autores, se trata del año de la conquista de la región por Moctezuma Ilhuicamina en 1450, mientras otros piensan que fue el ascenso del tlatoani azteca Moctezuma Xocoyotzin en 1502.
Cabe recordar para terminar que este mismo Cementerio Municipal posee otras riquezas escultóricas y históricas, tales como la escultura en mármol denominada “La niña del Ángel” y la tumba del general Ignacio de la Llave, en el centro exacto del panteón en donde se levantó una columna con un águila republicana en su cúspide.