Mas todo pasa, todo pasará. Camelot.
México y España han tenido, al paso de los siglos, relaciones de claroscuros, los gobiernos a veces se repudian, pero los pueblos se quieren. España está ligada a México desde su exilio, no solo desde la Conquista, desde el exilio en su dolorosa Guerra Civil y todo el tiempo que Franco estuvo en el poder, cerca de 40 años, la Republica aquí se asentó. Llegaron los grandes pensadores y escritores y fundaron el Colegio de México, en tiempo de mi general Lázaro Cárdenas, el exilio que llegó de España, a quienes llamaron, los Niños de Morelia, tuvo cabida en este México (1937) a dar hogar a 456 menores, niños desamparados que huían de la guerra, dos de ellos se volvieron luego orizabeños y aquí dejaron familia y dinastía, hasta la fecha. Pero los españoles quieren un xingo a los mexicanos. Recuerdo la primera vez que conocí Madrid, volaba de Portugal y me habían alertado del comportamiento de los meseros, uno me trató medio mal al llegar, pero cuando vio la propina de 3 euros cambió de parecer, se volvió mi amigo y luego fue capitán de meseros del Europa, hasta que se jubiló, cuando me iba a despedir de él, porque siempre les llevaba su botella de tequila, casi lloraba el buen amigo, murió poco después, me dijeron apenas. Otro buen cuate es Pedro Martínez, jefe de conserjería del hotel Liabeny, un amigo de verdad. Cuando Luis Echeverría, como AMLO ahora, montaba en cólera en tiempos de Franco y el dictador mandaba matar gente con el método de Garrote vil, mecanismo del «garrote», en su forma más evolucionada, consistía en un collar de hierro atravesado por un tornillo acabado en una bola. Al girarlo, causaba a la víctima la rotura del cuello. Todavía Franco lo empleó en 1974, con dos últimos condenados, lo que hizo que el presidente Luis Echeverría, al grito de Arriba y Adelante, rompió relaciones con España, que no había, y recuerdo la escena cuando ordenó que bajaran a los españoles que viajaban a la tierruca en Iberia. Era ese nacionalismo puro, que hoy se ejecuta.
Cuando AMLO llegó a gobernar, con todo y que conocía y estuvo con Miguel Ángel Revilla, gobernador de la Cantabria y amigo personal del alcalde de Orizaba, Juan Manuel Diez Francos, Revilla le enseñaba España en las pláticas en su rancho platanero de AMLO, ni así. Llegó y quiso que el rey y todo el gobierno se disculpara de un acto que ya tenía 500 años, la Conquista de los españoles, aquellos lo tiraron a loco, ya con Chávez y Maduro había que aguantar, para que llegara otro más. Ni la carta le contestaron y el presidente mexicano se las guardó, es una gente de rencores, que no olvida. Y sucedió. Cuando venía la entronización de la reina Claudia, Su Majestad no había recibido la invitación y allá, si no se invita al rey, el gobierno no viene. Eso ocurrió y Claudia respaldó el que no hayan contestado la carta, así tiene que apechugar el rencor de AMLO. Muchos días vendrán y algo se tendrá que hacer, aunque tampoco importa tanto, mientras haya paso libre y podamos treparnos a un Aeroméxico o un Iberia, nada pasará.
