*LOS AMPAROS Y “DESAMPAROS”
*QUIEREN DINERO CAFETICULTORES
*INSEGURIDAD Y DESORGANIZACIÓN
Todo hace pensar que al interior del Congreso del Estado, existe consenso entre los legisladores que refieren la mayoría, para actuar en bloque y, de manera solidaria, dirigir su voto con apego a los viejos cánones de la política con su más clara esencia mexicana, lo que en parte representa tomar la dirección hacia todo lo estrechamente vinculado, con propuestas generadas en los círculos del nivel Ejecutivo, formas y culturas inseparables de la vida política mexicana.
Y no es de extrañarse que en el marco legislativo se vislumbre el referido escenario, en primer lugar porque de siempre y salvo muy escasas excepciones, en éste nuestro país de loterías y serpientes con escaleras, quien gobierna, refleja invariablemente su suavidad hacia quienes legislan y, al amparo de esos tradicionales escenarios, la reciprocidad no es ajena tanto “para los unos como para los otros”.
Bajo tales contextos, nada fácil tiene ante sí el actual Fiscal del Estado de los veracruzanos, don Jorge Winckler, en torno al tema referente a un cambio en el escritorio donde se desempeña y, máxime, cuando recibimos la información que el Congreso veracruzano podría o ya se encuentra sumando cabildeos entre sí, donde en voces cercanas a lo imperceptible, se transmiten próximos cambios en el mando de las oficinas responsables de procurar la administración de justicia, hoy identificada como Fiscalía.
Y en esos marcos de “Amparos y desamparos”, al viejo estilo tanto de tradiciones como de leyendas, sobre el señor Winckler se podría decir que, por hoy, habrá de navegar más en las aguas “del desamparo” que con las luces del poderío en sus entornos y, en ese contexto, más allá de competencia y aptitud, debe entenderse que las aguas por las que navega son de las preferidas por los dioses del olimpo, y el soplido de uno sólo de esas tradicionales divinidades, sacude los mares y nos dejan sin barcos salvavidas hasta en las aguas costeras.
En ésos panoramas y escenarios, bien se puede concluir que las conjeturas que se escuchaban en esos mismos círculos al final de la administración estatal anterior y, principio de la actual, se están convirtiendo en realidad… Así van las cosas.
POLÉMICA PROTESTA
DE LOS CAFETICULTORES
Presente y pasado del café y los campesinos que lo cultivan, bien se podría encuadrar como unas de las más destacadas en el agro nacional, pero al mismo tiempo y, para emparejar niveles, como uno de los ámbitos mayormente envuelto en altibajos, que incluso han dado curso a escenarios dramáticos y dolorosos episodios en los ámbitos de productores y obviamente de sus respectivos círculos familiares.
Hoy hablan los cafeticultores, que en el año apenas despedido, las pérdidas suman una cifra superior a los mil millones de pesos, los impactantes efectos negativos, recaen (como siempre ha sido) en el productor y ante ello, indican la urgencia del apoyo, del subsidio para salvar la crisis que les agobia.
En ese marco de ideas, pareciera que con razón o sin ella, los dirigentes cafetaleros han dirigido los cañones contra el proyecto que requerirá de una inversión de miles de millones de pesos, por parte de una empresa vinculada con la compañía Nestlé, que instalará una planta procesadora de café en tierras jarochas y, a la cual, acusan y juzgan sentenciando que esa inversión no beneficiará a los veracruzanos en tanto que la compañía en referencia, Adquiere una clase de grano “que no lo producen los cafetaleros veracruzanos”.
Pero en la misma exposición, los líderes cafetaleros puntualizan la urgencia de apoyos emergentes en beneficio de los productores del grano, superior a los mil millones de pesos.
Nada correcto y saludable se puede esperar si por un lado se acusa y por el otro se extiende la mano en demanda de auxilio, escenario y postura que se podría confundir más que como un reclamo de auxilio para el campesina afectado por mala cosecha, al que se le adhieren tonalidades de aparente chantaje, otorgándole negatividad a un proyecto se inversión multimillonario que representaría pilar para una mayor proyección de industrialización en beneficio de los trabajadores veracruzanos.
Pero si hoy surgen rasgos de optimismo ante inversión multimillonaria y sobresaliente fuente empleo, para luego, por abonar en beneficio de un sector ser impactados con la cancelación de lo proyectado, ante cual análisis suena no sólo ha incongruente, paralelamente a rangos de irreflexiva conjetura y determinación.
Ya veremos en qué ámbitos y sentidos termina la polémica, insisto, en el marco de una región en donde la creación de empleos debería de contar con la solidaridad de todos.
UN GOBIERNO DESORGANIZADO
ANTE DELINCUENCIA ORGANIZADA
La expresión llega a nuestros oídos con tonalidades hasta poéticas: “A la delincuencia organizada, hay que enfrentarla con un gobierno organizado” y… ¿Quién se atrevería a levantar la voz para replicar que ello no se apega a la verdad?…
Refiero e incluso destaco el apunte, porque ciertamente, pareciera que lo externado por el diputado local por el distrito sureño de Coatzacoalcos, Gonzalo Guizar Valladares, está cercano al supremo realismo, en tanto que son muchos los que coinciden que entre los diversos niveles y áreas de la administración pública, en los programas para garantizar la seguridad y el orden en tierras mexicanas, incuestionablemente no han existido acciones que resulten del todo coincidentes entre los diversos niveles de mandos e incluso de programas.
Pareciera que, por momentos, cada parte y nivel de los ámbitos de seguridad, no coinciden entre sí para unificar estrategias y fortalecer las acciones y la efectividad.
Y lo más preocupante estriba en que no constituye un tema reciente, dado que el planteamiento sobre la necesidad de sumar no sólo esfuerzos, sino estrategias, recursos y objetivos, proviene desde años atrás, cuando la violencia iniciaba los reflejos de sus elevados y riesgosos niveles.
Pero por “mil causas” la violencia se incrementó y ante tales escenarios, es incuestionable el señalar que en gran medida, las fallas e inadecuadas estrategias, como la ausencia de coordinación entre sectores de seguridad y niveles de gobierno, dieron como resultado un panorama muy cercano al que indica Guizar Valladares: Los grupos de la delincuencia organizada, tienen frente a un “gobierno no organizado”.
Es en esa desorganización en la que se debe profundizar al tiempo de definir apropiadas rutas para la corrección, para que podamos dirigirnos hacia rumbos de mayor bienestar en favor y beneficio de la población… Vale.