Ya ha avanzado el virus en México. Aquello que hace cuatro meses parecía lejano, ya está con nosotros. Tuvimos la ventaja de tener cuatro meses para conocerlo y para preparar al país para enfrentar la pandemia. Hoy y en las próximas tres semanas, sabremos si se tomaron las medidas correctas o no.
¿Qué es lo que sabemos? Que se originó en China (lo cual ya es una obviedad), que hay países que mediante una cantidad enorme de pruebas han logrado identificar incluso a su paciente cero, como es el caso de Italia, que fue una pareja de turistas chinos que viajaron de Wuhan a Milán y a Roma. En otros casos solo se identifica cuando la infección viene del exterior y cuando ya comienza a existir transmisión comunitaria, que es la segunda etapa y es cuando los países enfrentan su realidad.
Sabemos también que la tasa de mortalidad por país se debe a dos factores principalmente, uno la edad y el estado de salud de su población con cierta influencia adicional por la forma en que cada país enfrenta el virus, y el otro, la disponibilidad de camas de terapia intensiva con respiradores artificiales. Por ejemplo, Italia tiene una tasa de mortalidad que ronda en el 11% de los casos, mientras que en Israel es del 0.5%.
Comparando ambos casos, vemos que la tasa de ocupación de camas de hospital de Italia previo a la llegada del nuevo coronavirus SARS-COV-2 era del 78%, mientras que en Israel, la tasa de ocupación era inferior de manera significativa. Israel tiene una cantidad muy superior de respiradores artificiales disponibles en comparación con Italia en proporción al número de habitantes, y la edad promedio en Israel es menor que en Italia. Estos factores por sí mismos explican la enorme diferencia, pero también cuenta la enorme cantidad de pruebas moleculares que hizo Israel, lo que le permitió identificar tempranamente a los pacientes infectados, incluso a los asintomáticos, lo que a su vez, permitió a las autoridades sanitarias un incremento sustancial de las infecciones en la población en general, y la posibilidad de aislar casos contagiosos y asintomáticos, que en muchos casos son los que ayudan a esparcir el virus.
Hoy sabemos que los que menor riesgo de presentar síntomas graves tienen, son los infantes, a pesar de que hay casos que son la excepción y por eso son noticia. También sabemos que hay ciertas patologías clínicas que incrementan el riesgo de agravar el desarrollo de los síntomas, como es el caso de edad avanzada, enfermedades cardiacas, cáncer, hipertensión, enfermedades inmunológicas, diabetes, obesidad y sobrepeso, enfermedades respiratorias, y en general cualquier situación de salud que reduzca la defensa inmunitaria del organismo.
El porcentaje de casos entre asintomáticos, con síntomas leves, con síntomas graves y muy graves no ha variado a nivel mundial, a pesar de que hay diferencias en cada país por sus propias particularidades. En México se han realizado pruebas por razones laborales y resulta que la persona da positivo a la prueba de coronavirus sin haber presentado un sólo síntoma. Lo cual lleva al porcentaje de 80% aproximadamente de infectados asintomáticos o con síntomas leves. De allí dependiendo del país, el porcentaje de pacientes con síntomas graves y muy graves varía, y ese 19 o 20% se divide en aproximadamente en un rango de 14 a 8% de pacientes graves, que presentarán la necesidad de ser vigilados por un médico e incluso apoyo con oxígeno en mayor porcentaje al 16% que posee la atmósfera. Son esos pacientes que vemos con mascarilla o con algún otro medio para llevar oxígeno a sus vías respiratorias pero no llegan a requerir respirador.
Dependiendo del país el rango de pacientes graves va del 4 al 12%, y la tasa de mortalidad promedio es del 50% en pacientes graves. Sin embargo de acuerdo a la disponibilidad de respiradores y equipos, la tasa de mortalidad en pacientes graves baja hasta el 12.5%, o sube a casi un 75% cuando no hay mayor atención que dejar que la enfermedad siga su curso.
Los síntomas ya conocidos han aumentado en función del mayor conocimiento obtenido a lo largo de estos cuatro meses. Originalmente solo se conocían los síntomas de los pacientes hospitalizados en China, y conforme más personas han recibido el positivo en las pruebas, mejor se ha conocido el desarrollo de la infección. Por ejemplo, hoy conocemos que no es sólo la dificultad para respirar, la tos seca, dolor muscular, dolor de cabeza, fiebre de mas de 38 grados, dolor de garganta, escurrimiento nasal, dolor articular, dolor torácico, conjuntivitis etc., sino que ya se sabe que en algunos casos afecta el sentido del gusto y del olfato, Incluso y esto ha desconcertado a médicos en general, no todos los síntomas ocurren en la mayoría de los pacientes, sino que hay una enorme diversidad de sintomatología dependiendo de cada paciente en particular, teniendo uno o varios síntomas, pero no siempre los mismos, incluso en dos pacientes infectados en la misma familia y que habitan la misma casa, y realizan juntos la cuarentena. También se sabe que si la madre se enferma de Covid-19, pasará a su hijo los anticuerpos y la inmunidad. El 95% de los médicos consideran que una vez sufrida la infección no se repetirá el cuadro. Además, todos aquéllos que superen la enfermedad por lo que se sabe hasta el momento, no tendrán secuelas.
Las pruebas rápidas funcionan a partir del día cinco al siete, así que si sale negativa y hay síntomas, es preferible repetir la prueba en siete días. Son pruebas serológicas que verifican si el anticuerpo ya está presente en sangre. Se debe entender que los primeros días de infección el cuerpo humano todavía no presenta anticuerpos. La ventaja de esas pruebas rápidas es que permiten saber si ya se adquirió inmunidad y se puede continuar la vida normal. Ya no es necesario continuar en cuarentena. Normalmente. Para evitar riesgos si la serológica es positiva, se debe esperar de 14 a 21 días para reunirse con personas en riesgo y de preferencia hacer la cuarentena por 14 días, para evitar el riesgo de infectar a terceros.
Respecto de los tratamientos, lo que se conoce, es que en la primera etapa de la infección, ayudan los medicamentos antivirales, que evitan que entre el virus a la célula, como es el caso de la hidroxicloquina o la cloroquina, solos o combinados con azitromicina, también Lopinavir y otros inhibidores de la proteasa del virus. En la segunda etapa, a la cual llegan muy pocos pacientes, el médico debe enfrentar una tormenta de citoquinas, o citocinas, que son substancias que inflaman. El cuerpo reacciona al ataque del virus, y se requiere usar otros medicamentos, como algunos impronunciables, esteroides, interferón, etc. El problema es que un medicamento puede funcionar en cierto momento de la enfermedad, mientras que en otro momento resulta totalmente inútil. Incluso, la invermectina ha sido estudiada in vitro, pero no se sabe si puede o no funcionar en el ser humano.
Otra manera de enfrentar la infección consiste en sacar el plasma de pacientes curados, con el fin de apoyar con los anticuerpos del paciente curado al enfermo, pero no se ha podido demostrar cuál es el mejor momento, aunque se sospecha que funciona mejor en las primeras etapas del desarrollo de la enfermedad.
Incluso en Nueva York hay reportes de que el uso del ventilador debe ser muy cuidadoso, pues se han dado unos pocos casos en que ayudan pero también dañan a los pulmones, por ello urge adquirir experiencia para definir humedad, presión, y otras variables en su uso. . Todavía no hay estudios completos al respecto, mientras el ventilador es la última línea de defensa y es inevitable usarlo.
También hay casos en los cuáles el respirador no es suficiente, ya que la capacidad de los pulmones para el intercambio de gases puede estar muy mermada, lo cual obliga a utilizar otra máquina para realizar el intercambio de gases de manera externa.
En China el 40% de los infectados han resultado menores de 45 años. Cancelando la creencia de que a los jóvenes no les pasaba nada, implicando incluso falta de atención en los centros de salud para ese rango de edad. Hoy por hoy se ha eliminado el prejuicio, ya que la mortalidad sigue asociada con la edad y los factores de riesgo, pero el cuerpo joven o viejo, sano o enfermo requiere atención médica en caso de sentirse mal.
Por último debemos entender que ante la imposibilidad de saber si alguien es transmisor asintomático, el cubrebocas beneficia en la salud pública, lo cual implica que usarlo previene posibles contagios a terceros. Si se usa de manera generalizada, se previenen algunas transmisiones y se aplana la curva de infección.
A finales de Abril llegaremos al pico de pacientes, a fines de mayo iniciará el descenso del número de casos, lo cual implica que para esas fechas será más lenta la velocidad de transmisión debido a la cantidad de casos ya inmunes por haberse enfrentado a la infección, lo cual permitirá reactivar la economía más pronto, si permitimos que los ya inmunes se reactiven en sus actividades una vez que sea seguro para ellos.
www.josecobian.blogspot.com elbaldondecobian@gmail.com @jmcmex