En los últimos 20 años, el éxito de varios actores y actrices hispanófonos en Hollywood, entre ellos Salma Hayek, Penélope Cruz, Antonio Banderas, Eva Longoria o Benicio del Toro, ha sido saludado como un indicio de cambio significativo en los Estados Unidos. Por supuesto, todos merecen indudablemente los honores y las recompensas que coronaron sus carreras. Pero sus logros no deben esconder la enorme cantidad de actores hispanófonos, entre ellos mexicanos, que contribuyeron significativamente a la producción cinematográfica norteamericana desde los albores del siglo pasado.
En los tiempos del cine mudo, destacan los nombres de Leo Carrillo, Carlos Montalbán y por supuesto Ramón Novarro, un verdadero ídolo de aquellos tiempos. Rápidamente, otros aprovecharon esta oportunidad. Al lado de estrellas ya famosas en México, como Dolores del Rio, Gilbert Roland, Ricardo Montalbán, Lupe Vélez, Pedro Armendáriz o El Indio Fernández, que ya habían logrado una fama merecida por sus actuaciones en la época de oro del cine mexicano, se puede mencionar los nombres de Rodolfo Acosta, Katy Jurado, Miguel Inclán, Jorge Martínez de Hoyos, Rosenda Monteros, Tina Romero, Alma Beltrán, Claudio Brook y tantos otros que actuaron en las películas de John Ford o John Huston.
Sería injusto olvidar además actores tan prestigiosos como Anthony Quinn, nacido Manuel Antonio Rodolfo Quinn Oaxaca, oriundo de Chihuahua, y otros que cambiaron sus nombres. Por eso, mucha gente olvida sus orígenes.
Finalmente, numerosas otras estrellas hollywoodienses tienen por lo menos un padre o una madre mexicana o latina : un caso ejemplar es la famosa Rita Hayworth, nacida Margarita Carmen Cansino en Nueva York.
Sin la participación de tantos actores, y por supuesto de los innumerables extras sobre todo desde que se empezó a rodar películas norteamericanas en Durango y otras áreas de México, como Tepoztlán, el cine hollywoodiense no seria lo que es verdaderamente.