“Aunque haya ganado las elecciones, jamás olvide que al final va a perder el poder. Prepárese usted. La victoria de ser Presidente desemboca fatalmente en la derrota de ser ex presidente. Prepárese usted. Hay que tener más imaginación para ser ex presidente que para ser Presidente. Porque fatalmente dejará tras de sí un nombre. El suyo”. Carlos Fuentes en La Silla del Águila. Camelot.
Cuando la 4T llegó tumbando caña, o llegaron bailando cha-cha-cha, la vida de los expresidentes de la República cambió. De los activos, Echeverría a sus noventitantos años, apenas divaga en San Jerónimo. Vive vida apacible esperando que sus días lleguen al final. Carlos Salinas de Gortari se convirtió en el villano favorito de los mexicanos, y divaga por el extranjero, al igual que Ernesto Zedillo and Procter and Gamble, que vive de la academia. Estos dos no necesitaron de que AMLO los apanicara con retirarles la pensión, pues ambos viven con ingresos, y Salinas muy cargado. De los tres activos, Vicente Fox Quezada, que tuitero era y condenaba al presidente AMLO y a la 4Cuatroté, un día le mandaron un mensaje que la Unidad de Inteligencia Financiera, que es algo así como la Gestapo y la KGB y CIA juntas, le andaban checando a los hijos de Martita (Martha Sahagún), y el hombre emprendió la graciosa huida y se convirtió, como decía Franco: “Uno es esclavo de sus palabras y dueño de su silencio”, en dueño de su silencio. Enrique Peña Nieto, por causas muy conocidas de ser el mayor generador de corrupción de todos los presidentes de México, después del pacto con tinta sangre del corazón, con AMLO, vivió unos días en las páginas del Hola y esos sociales hicieron que sus amigos, entre ellos el abogado defensor, Juan Collado, fuera detenido y encarcelado. Cuando el sistema se te viene encima, es una aplanadora sin frenos. El hombre supo y entendió que la lumbre le llegaba a los aparejos y se fue a España, donde vive aislado en pandemia, al lado de su novia, la modelo Tania Ruiz. AMLO los trae fintos. Quizá sea válida aquella vieja consigna de que ‘los presidentes son como los jarrones chinos, demasiado valiosos pero no encuentras lugar donde ponerlos’. Felipe González dijo: “Somos como grandes jarrones chinos en apartamentos pequeños. No se retiran del mobiliario porque se supone que son valiosos, pero están todo el rato estorbando”. Así las cosas.
CALDERON AL ATAQUE
El último de esa lista es Felipe Calderón Hinojosa, ese expresidente está vivo y coleando y es muy tuitero y, junto a su esposa encabezan un partido político que dará la batalla en 2021. AMLO acusó que el gobierno de Calderón había sido un Narcoestado. No fue lejos por la respuesta, Calderón hablo con los dos mejores comunicadores de radio, Joaquín López Dóriga y Ciro Gómez Leyva. Reviró:
1) “A mí me pueden criticar por muchas cosas pero yo no soy el presidente que anda saludando de la mamá de ‘El Chapo’, yo no liberé a ningún criminal; yo soy el presidente del gobierno que más criminales ha extraditado ante la justicia de Estados Unidos”.
2) “La gente se tiene que hacer, y no quiere decir que esté de acuerdo con ello, justicia por sí sola, y puso como ejemplo el asalto frustrado de la semana pasada en la autopista México-Texcoco. “En general hay un proceso de captura del Estado, una impunidad, un ‘déjalos hacer’ ordenado por el propio Presidente que dice ‘yo no les voy a hacer la guerra’, nadie le está pidiendo eso, se trata de cumplir con el deber del gobierno de proteger a los ciudadanos y combatir a los delincuentes con todo”.
3) “A mí no me tienen que someter a consultas públicas o audiencias para ver si me juzgan, si tiene una sola prueba contra mí que tenga validez judicial, que presente y actúen”.
Después de llamarlo déspota y que lo de Lozoya es un circo mediático para las elecciones de 2021, cerró ese capítulo, bien enojado Calderón.
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