El 19 de junio de 1867, el efímero Emperador de México Maximiliano esta fusilado en Querétaro, junto con sus generales Mejía et Miramón. Oficialmente las últimas tropas francesas se habían embarcado en Veracruz, rumbo a Francia, el 5 de febrero del mismo año, aun si quedaban algunas unidades, como los Sudaneses y las Contra-guerrillas. El 6 de marzo, la Contra-Guerrilla queda oficialmente disuelta y sus voluntarios extranjeros quitan México definitivamente.
Pero esta evacuación aparentemente bien organizada no toma en cuenta miles de franceses, belgas u austriacos. Según un soldado francés, Delplace, que regresó por su propia cuenta a su tierra en 1868, quedaban alrededor de 3000 franceses en México después de la salida del ejercito invasor. La mayoría de ellos se habían enlistados en los batallones de cazadores del ejercito imperial. Además, Napoleón III había ofrecido a Maximiliano tres compañías de gendarmes, totalizando casi 800 hombres, para mantener el orden en la ruta de México a Veracruz, y asegurar una posible fuga de Maximiliano. Una de estas, fuerte de 250 hombres, estaba estacionada en Orizaba.
Se puede sumar a este total un número desconocido de desertores, de ex-soldados que escogieron quedarse en México, por gusto o por razones personales, algunos heridos olvidados en hospitales y uno que otro grupo aislado que no tuvieron el tiempo necesario para llegar y reintegrarse en el cuerpo expedicionario.
En Veracruz, el teniente Sudrie, veterano de la Contra-guerrilla, se portó voluntario para quedarse y recuperar el número máximo de esos olvidados. Dio a su unidad el nombre de Guardia Urbana, para evitar oficializar se carácter militar. No existe ninguna mención de combates inútiles, ya que la victoria mexicana es total. Según el historiador mexicano Trens, logró reunir unos 120 soldados que se mantuvieron en el puerto hasta el 27 de junio, ocho días después del fusilamiento de Maximiliano. Otros autores elevan esta cifra a unos 600 hombres, mientras Sudrie afirma en sus recuerdos que estaban sitiados por unos 5 o 6000 mexicanos. Como el mismo se atribuyó el grado de Teniente-coronel, podemos dudar de la exactitud de sus afirmaciones.
El 25 de junio, enterado de la muerte de Maximiliano, Sudrie se dirigió al cónsul de Francia en Veracruz, el Sr. Achille Ducouthiel, para negociar las condiciones de su evacuación. Un vapor mexicano, el Tabasco, llevara a todos los que quieren salir del país hasta el puerto de Mobile, en Tejas. Según Sudrie, unas 600 personas embarcaron en este barco previsto para 200 pasajeros, entre ellos franceses, griegos, españoles, argelinos y algunos mexicanos acompañados por su familia. El barco tardó una semana para llegar a Mobile, en media de tempestades y trece pasajeros desaparecieron. De Mobile, fueron trasladados a Nueva Orleans el 11 de julio. La mayoría de los refugiados escogieron quedarse en EE-UU, otros embarcaron rumbo a Cuba, los demás, entre ellos unos mexicanos, siguieron Sudrie en Francia.
Pero no es el verdadero final de la Intervención. Los voluntarios franceses, sobrevivientes de los cazadores, o gendarmes que pelearon en México hasta después de la muerte de Maximiliano, reducidos al número de 170 hombres, salieron finalmente de México en agosto, pero sólo unos 100 embarcaron por fin el 18 de agosto. Los demás decidieron quedarse en México donde se volvieron ciudadanos fieles a su nueva patria.