*De Bobby Fischer: “El Ajedrez es una guerra en un tablero. El objetivo es aplastar la mente del oponente”. Camelot.
LOS VIENTOS DE ESE AVION
Si el presidente usó la estrategia, le salió como un ajedrecista a la Bobby Fischer, todo salió a pedir de boca. En el Ajedrez, como en la vida, la mejor jugada es siempre la que se realiza. Cuando anunció una mañana que rifaría el avión presidencial y los reporteros mañaneros tiraron la carcajada, AMLO la agarró a bote pronto y la hizo ser una nota seria. Tanto que sorprendió hasta a su mismo equipo, el secretario de la SCT, asombrado dijo que eso era una locura, algo irrealizable, cuando le dijeron quién la dijo, entonces reculó. La jugada resultó un jaque a la reina y un mate despiadado. Las notas se fueron hasta el fin del mundo y periódicos serios del extranjero la tomaron como noticia principal. Cuando el torrente de los memes pasó, comenzaron a sospechar que había sido una jugada fina a la Capablanca, gran ajedrecista cubano, porque el presidente los alejó de la campaña despiadada de falta de medicamentos en hospitales y esa mal cosa llamada Insabi, de quién nadie sabe. Y del nieto que nació en Houston y de los bandoleros que fueron a quemar un pueblo. Y los despidos laborales en un país donde el empleo cae. Todo quedó a un lado, el mensaje era el avión y los billetes de lotería, los cachitos que circularían como memes que el ingenio del mexicano no dejó de sorprender. Y venia el fin de semana, cuando el presidente sale a provincia y entonces se aquietan los temperamentos. Hizo una jugada maestra y le salió, a ver si comenzando la semana vuelve a tomarse el tornado de la falta de medicamentos en todo el país y el apoyo a los niños con cáncer que han dejado en el olvido y todas esa cosas que han afectado a la gente pobre, la que el presidente dice defender y preocuparse. Veremos dijo un ciego.
PASQUINO (ESTATUA ROMANA)
Los viajes suelen llevarle a uno por caminos a veces irreconocibles. Se descubre siempre algo nuevo en el andar diario. Lugares de vanguardia o viejos que han servido para que la historia nos acompañe en cada caminar. Para olerla, parea olfatearla, para dejar que el viento que sopla en cualquier ciudad, te pegue de frente. Hace algún tiempo, en un caminar baboseando admirado en Roma, Italia, encontré a la vuelta de una esquina una estatua que llamó mi atención, porque tenía papeles pegados. Me acerqué y leí algunos. Eran notas pegadas con diurex frente a una estatua que resultó llamarse Pasquino, el personaje que donó su nombre despectivo a algunos Pasquines, ya sean diarios o ahora por Internet donde los pasquineros se dan vuelo en ese oficio que, decía García Márquez, era el más lindo del mundo. Decía el escritor Carlos Fuentes que él era enemigo de las estatuas porque solo sirven para que las caguen las palomas. Y es muy cierto. Ahora mismo, en Roma, veo cientos de ellas todas cagarruteadas. Y donde usted se asome a una estatua o tiene palomas o está cagada. Pero estoy con Pasquino. Cuenta la historia que es un personaje sacado de la Iliada. Y que fue descubierta en 1501. Dice también la historia que un sastre todo encabronado con la autoridad, que no le hacía caso, fijó un anónimo y lo pegó en la estatua de Pasquino. Le vieron otros hacer eso y se pusieron a hacer lo mismo. A pasquinear. En el término moderno se les llama pasquineros a algunos de los cagatintas que hacen una hojita de diario y se dedican a repartirla, sin importar a quién agredan o blasfemen. Ahora en la modernidad en las redes del Internet. El caso del robo a un cuentahabiente en banco Santander veracruzano, donde a la cajera la hicieron pabilo, podría ser un asunto de pasquín de red digital. De allí, de esa estatua romana nació el término pasquinero, que mucho deshonra a este oficio. Aseguran que es un icono de la libertad de expresión, a los pies de la estatua se fijan los carteles de críticas y alguna vez llega algún despistado y deposita versos. Cuando la vi, hace algunos años romanos, tenía pegotes de reclamos, la gente aún sigue esa ruta por conservar la tradición, aunque ahora haya diarios comoL’OsservatoreRomano oIl Messaggero de Roma. Pasquino es una estatua siempre fiel, que sirve para los reclamos.
Gilberto Haaz DiezAcertijos es un mal nombre para una columna periodística. Pero así se le bautizó desde el año 2000, y allí anda navegando por diarios y páginas de Internet sin pena, pero también sin gloria.www.gilbertohaazdiez.com |