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No más feminicidios y desapariciones exigen mujeres mediante marcha

Córdoba, Ver.- No importó el sol, el calor y las advertencias de que serían infiltradas por grupos radicales que reventarían la marcha pacífica. El grupo feminista Kol’Olelm, (Soy Mujer) en lengua maya marchó en las principales calles de Córdoba lanzando consignas para exigir fin a los feminicidios, a las violaciones, al acoso sexual y la legalización del aborto.

Las calles de Córdoba se llenaron de policías desde temprana hora. Cerca de 300 elementos, en su mayoría mujeres, de la Secretaría de Seguridad Pública se distribuyeron en el primer cuadro de Córdoba.

Dos agrupaciones de gendarmes, de 90 elementos cada una, se colocaron en el fraccionamiento San José y en el área comercial.

La consigna era impedir que la marcha de activistas derivara en ataques a comercios y establecimientos de todo tipo. Y no ocurrió.

La presencia de policías desarmados, pero con equipo antimotines desalentó a mujeres beligerantes que habían convocado a concentrarse en el parque de San José para iniciar pintas, quemas y destrozos.

Nadie acudió a esa convocatoria.

Frente al Patio de la Estrella, ubicado en la calle 3, entre avenidas 3 y 5 otro grupo de jóvenes mujeres se concentró.

Vestidas de negro, el pelo pintado de colores en muchos casos, algunas con tatuajes empezaron a emerger del antiguo portón de lo que un día fue un vecindario.

La marcha que se llevó a cabo, descendiendo por la avenida 3, dobló por la calle 13 y regresó al centro histórico por la avenida 1.

Pese a la seguridad que siguió al contingente, de lado y lado de las aceras, no hubo desmanes ni agresiones. Todo se desarrolló en calma.

La caminata en pleno sol que amenazaba con provocar el desmayo a causa del golpe de calor en más de una de las manifestantes concluyó frente a la catedral de la Inmaculada Concepción.

Ahí depositaron bolsas negras simulando contener cuerpos de mujeres. Pintadas de rojo simulando la sangre de las víctimas de crímenes de odio.

Ahí fueron recordando los más recientes asesinatos también denominados feminicidios. Cantaron, lanzaron consignas al gobierno estatal, al Presidente de la República por su desprecio a las mujeres violentadas; exigieron freno a los abusos policiacos, a los atentados, a las desapariciones forzadas de féminas. Simularon las muertes más recientes y cómo en cada feminicidio se rompieron lazos infinitos de sangre y amor para ser depositados en odio convertidos en cadáveres.

Las redes sociales, recibiendo las transmisiones de medios informativos, solo fueron prueba de más ataques a sus movimientos. A su condición de ser mujer.

Calificándolas de inútiles, beligerantes, conflictivas, drogadictas, viciosas, gays.

Nada las arredró. Cumplieron su objetivo: dejar constancia de que han iniciado una lucha para evitar más asesinatos por odio, para exigir seguridad, para demandar respeto de los cuerpos policiacos y sobre todo demostrar que tienen dignidad y el valor para luchar por sus derechos.

La movilización concluyó con la colocación de un tendedero de denuncias en la calle 1, entre avenidas 3 y 5, donde carteles mostraron denuncias a personas, maestros de diversas escuelas, funcionarios de empresas paraestatales y todo tipo de abusos con el fin de que no continúen afectando a más mujeres.

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