Causas y efectos

Nos supera la pandemia

Columna Causas y Efectos de Alfredo Rios

*¿Cuál logro en seguridad?

*Arzobispo anti aborto

*Persiste polémica escolar

Las referencias de la pandemia en actuales días, han superado todos los antecedentes en el territorio mexicano en lo que va del año y medio que llevamos bajo presión, escenarios repetitivos de hospitales saturados y médicos en estado  de alerta, tanto para atender al cumulo de  contagiados, como por la preocupación ante las dimensiones fuera de control de expansión pandémica, porque la realidad es que hoy los contagios diarios han superado “las cifras pico” de anteriores “oleajes”, espacios en los cuales ya se les podría calificar como verdaderos maremotos.

Los reportes de centros médicos saturados vuelven a convertirse en escenarios de la dramática situación, panorama que las autoridades pretenden reducirle niveles de emergencia, pero que en la realidad sobrepasa los grados de urgencia de anteriores escenarios hospitalarios, al tiempo que los centros comerciales se han visto precisados a la elevación de rangos preventivos, como ya  es habitual “castigando” a los ancianos con mayores limitantes para realizar sus compras.

El rostro de los médicos por sí solos refieren la profunda incertidumbre que les invade, ante la cercana posibilidad de que nuevamente se saturen los centros asistenciales, evitando la posibilidad de que se otorgue asistencia médica oportuna y apropiada para los pacientes agredidos por el coronavirus.

Paralelamente al disparo en contagios, en el sector magisterial retorna el llamado al no retorno de las clases presenciales, exigencia gubernamental que precisamente se plantea en los momentos con mayores niveles de riesgo en todo el territorio mexicano, amenaza que se redimensiona ante las nuevas variantes del virus, aún no del todo identificadas en sus características para otorgar a los pacientes la  apropiada y oportuna  asistencia médica.

Y la creciente contaminación obviamente vuelve a revertirse, tanto en los espacios comerciales y productivos en o general, como en los ramos escolares sobre los cuales ya se anticipa que de insistirse en clases presenciales, los resultados factiblemente se convertirían no sólo en un fracaso gubernamental, sino en un elevado riesgo de contaminación que podría ser superior al oleaje que estamos aun registrando.

Está claro que hoy los espacios médicos advierten con mayor claridad la amenaza pandémica, sin embargo tales renglones se ven alterados ante brotes de nuevas variantes, referencias que en voz de los propios galenos, recomiendan mayores medidas de autoprotección que las practicadas en el pasado reciente, lo que es indicador que las variantes pandémicas, podrían rebasar la capacidad tanto de  espacios asistenciales, como de los medicamentos actualmente disponibles para atender a los  pacientes.

Y en los ámbitos del conglomerado social priva tanta incertidumbre (o incluso mayor) que  en el pasado reciente, primordialmente porque el número de fallecimientos diarios nuevamente se ha disparado, panorama que obviamente refiere notorias limitantes para frenar la mortandad, ya sea por falta de avances en la ciencia médica sobre el tema, o  porque priva la carencia tanto de medicamentos como de instrumentos asistenciales, para atender oportunamente a los  pacientes con mayores niveles de gravedad, lo que de antemano constituye una sentencia hospitalaria de rangos fatales.

Así  las cosas, de norte a sur de la República Mexicana, mientras  los  gobernantes hablan de ajustes y purgas en el sector de la administración pública, así como programas diversos (incluyendo ocurrencias sin sentido) en el renglón del desarrollo socioeconómico, lo que ya se califica como “pandemia gubernamental”, el país se  debate en escenarios de terror en los que el número de contagiados y fallecimientos, en lugar de haber decrecido registra histórico  incrementado… Y eso que la mayoría  ya estamos  vacunados… ¿Qué sería de los mexicanos si no fuera así?… Le dejamos la respuesta a usted, muy apreciado lector.

Lo que se lee

Andrés Manuel López Obrador, ya prácticamente a la mitad de su gestión como Primer Ejecutivo de la Nación, refiere en una de sus últimas intervenciones: “Si no resolvemos el problema de la inseguridad y de la violencia, no vamos a ser recordados como buenos gobernantes. Por eso es este desafío que acepto, el de garantizar la paz”…

Ante tal expresión ya cercano al inicio del conteo que refiere menos días por gobernar, que los ya  gobernados, es obvio que en el seno del colectivo social surja la interrogante: ¿Pues por donde andaba el Presidente de México, cuando de hecho nos encontramos a la mitad de su sexenio?… Porque debemos tener claro que su más notoria  bandera como aspirante a la Presidencia de la República, fue la de extinguir en México los ámbitos de inseguridad, mismos que persisten y, por momento, se refieren tan terribles o aún mayores que en el pasado.

El colectivo social en lo general descalifica las acciones tomadas para brindar seguridad al país, porque hasta la fecha los resultados no han sido los que se esperaban, mismos que forman parte de un compromiso de transformación, en el que México sería conducido hacia la tranquilidad social y la productividad, pero ninguno de los dos renglones ha  sido exitoso y mucho menos el del renglón de salud pública… Los niños con cáncer son un notorio ejemplo del tema, por lo que seguramente El Presidente pasará (en parte) al lado obscuro de la historia.

Lo que  se ve

En una de las etapas más complejas para la Iglesia Católica, precisamente por la aprobación de leyes como la que legaliza el aborto, ya dictaminada por el Congreso del Estado de Veracruz como resultado de la solicitud del Gobierno del Estado, muere en la ciudad de Xalapa el arzobispo veracruzano Hipólito Reyes Larios, integrante de reconocida familia orizabeña, figura cuyas últimas acciones fue la de señalar como religiosamente improcedente la práctica del aborto, salvo en casos de extrema necesidad.

Es obvio que tales marcos de indignación eclesial, conformaron los últimos días de vida del reconocido prelado, quien seguramente antes de partir al más allá, recordó las últimas palabras que se escucharon en los escenarios del calvario: “Perdónalos Señor… Que no saben lo que hacen”.

Descanse en paz quien fuera Obispo en la Diócesis de Orizaba y Arzobispo de tierras Veracruzanas con residencia en Xalapa, Monseñor Hipólito Reyes Larios.

Lo que se oye

Mientras nuestros vecinos del norte están por decir si en unas semanas más inician la campaña de vacunación contra Covid-19, dotando a todo el pueblo norteamericano de una tercera dosis, en tanto que en estudios iniciales existen referencias que reforzarían aún más las posibilidades de contagios de alto riesgo, en México nadie sabe si los menores de edad serán realmente vacunados y, mucho menos, cuándo se iniciaran tales acciones entre todos los niños de nuestro país, pero eso sí, pese a tales imprecisiones, desatenciones y deficiencias en materia de prevención a la salud sobre el sector más preciado de la población, e incluso por sobre un tercer oleaje de contagios con cifras y riesgos muy superiores a los anteriores, se insiste en espacios gubernamentales en que deben reactivarse las clases presenciales, sobre lo cual millones de padres de familias están manifestando su desacuerdo y negativa, lo que seguramente se cumplirá… ahí la dejamos.  

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