Causas y efectos

Nueva sectorización escolar

Columna Causas y Efectos de Alfredo Rios

Controversias partidistas
Los imperios del poderío
Cafetales y explotación

Claro que se registra preocupación en sectores oficiales de los ámbitos gubernamentales, ante el eminente riesgo que por disminuir artificiosamente en Semana Santa los niveles del peligro ante contagios pandémicos, con la  finalidad de reactivar la economía en temporada turística, al tiempo de hacer lo mismo para apresurar el retorno a clases presenciales, o sea, reapertura de los centros escolares, pudieran sobrevenir niveles de contaminación pandémica de elevado y lamentable impacto.

Las referencias sobre tales ámbitos de preocupación, estriba en que la autoridades tanto estatales como federales, ya anuncian que definitivamente dejarán que sean los padres los que, sin ninguna presión de las autoridades, decidan si sus hijos asisten a las escuelas o permanecen en sus casas practicando las clases vía redes de internet.

El nuevo planteamiento expuesto en tierras veracruzanas personalmente por el Gobernador Cuitláhuac García Jiménez, definitivamente origina un escenario diferente al inicialmente difundido, en tanto que estriba en el sentido que serán los padres “los que  decidirán si sus hijos continúan sus estudios practicando la sana distancia, o deciden mandarlos a los centros escolares para sumarse a la reactivación de clases presenciales”.

Queda con ello totalmente claro que las autoridades no pretenden responsabilizarse de un probable “disparo pandémico” tanto entre el alumnado, como la contaminación que ello podría originar entre sus familiares y amigos, ya fuera del ámbito escolar, al convertirse el alumnado en potenciales portadores del virus, lo que de acuerdo a las evaluaciones sobre el tema incuestionablemente que no deja de ser probable.

Sin embargo, debemos registrar con toda claridad, que al ser factible la posibilidad de que los efectos pandémicos se disparen, ante la reapertura de centros escolares en todo el territorio veracruzano y probablemente en todo el país, dicha notoria posibilidad de riesgo, podría convertirse en una carga más en contra de la imagen no sólo de gobiernos locales, sino de manera primordial del Gobierno de la República, en tanto que resulta notorio el que precisamente es del Palacio Nacional, de donde provienen las instrucciones para que “de ya” se reactiven en el territorio nacional las clases presenciales.

No cabe la menor duda que, sea hacia el bien o resulte con tendencia hacia el mal, el tema en referencia para muchos mexicanos debe ser considerado como “temerario”, argumentación fundamentada en que los resultados podrían resultar históricamente dramáticos, lo que de ninguna forma constituye un deseo de quienes advierten sobre el riesgo, sino que se trata de la búsqueda de una evaluación científica y sólidamente sustentable, que nos permita coincidir a todos los mexicanos en que “lo mejor” en éstos momentos es que millones de pequeños, adolescentes y jóvenes en lo general, retornen al tradicionalmente sistema de  clases presenciales, pero lamentablemente, tal escenario coincidente con la realidad en el contexto del colectivo social, sencillamente no existe.

Así las cosas, ahora se hace un llamado de la autoridad para que al interior del seno familiar, los que decidan asistir a clases presenciales lo hagan, mientras que aquellos que no lo consideren pertinente, continúen practicando las clases ha distancia, nuevo panorama de conceptos polémicamente diferentes unos de los otros, que en el marco del colectivo social veracruzano y  nacional, obviamente podría agudizar la sectorización de  la sociedad, ahora en los ámbitos escolares, escenario que definitivamente no beneficiará al país, sino todo lo contrario.

Lo que se lee

En redes de Internet se difunden un texto singularmente interesante y a la vez polémico, en el que se refieren las complejidades sociopolíticas por la que atraviesan amplios sectores de la población mexicana, todo ello en el marco de los nuevos escenarios de la política, no ajenos a contrapuntos y confusiones…

Reproducimos parte del texto:

En 1990: atacaban a Bartlett

En el año 2020 defienden a Bartlett.

En el 2012 se burlaban de Peña porque no sabía hablar inglés…

En el 2020 defienden a López que no sabe ni hablar bien español.

En el 2015 señalaban a Lozoya por corrupto…

En el 2020 aplauden que se cuide a Lozoya.

En el 2015 criticaban a Peña por reunirse con Trump y apoyar su campaña…

En el 2020 aplauden que López se reúna con Trump y apoye su campaña.

En el 2015 criticaban las compras corruptas sin licitación…

En el 2020  aplauden que el 74% de compras se realicen sin licitación.

Definitivamente los tiempos y escenarios variables o semejantes en los ámbitos gubernamentales, siempre serán temas (para bien o para mal) sobresalientes al interior colectivo social.

Lo que se ve

Que nadie dude en México (e incluso fuera de nuestro país) que en el sistema legislativo que impera en el territorio tricolor, ha privado la tendencia por vía de todo tipo de artimañas de la sobrerrepresentación partidista, o sea, la aplicación de trampas de núcleos de poder, para que el Gobierno en turno logre contar de manera irregular (al margen de la legalidad) con prácticas legaloides, para que se registren en el seno legislativo grupos de poder cimentados en la “sobre representación partidista”… Todo ello obviamente con la finalidad de fortalecer maniobras y estilos gubernamentales que, con recurrencia, son contrarios a los intereses del colectivo social.

Por tales irregularidades en los niveles poder, la medida para dotar de orden y legalidad al cuerpo legislativo, recibirá elevadas presiones de los núcleos de manipuladores interesados en la práctica de tales arbitrariedades, que terminan siempre dañando el desarrollo integral de los mexicanos y favoreciendo a sectores de poderío desmedido, ajenos al interés del desarrollo integral de los mexicanos… Ya veremos cómo y en qué termina la nueva confrontación entre los poderosos y los demócratas.

Lo que se oye

Que influyentes empresas transnacionales y una que otra nacional, vinculadas con la producción y comercialización del café, persisten (como ya es histórico) en castigar los ingresos de los productores del grano, lo que tradicionalmente constituye una perversidad, que beneficia la ambición de los grandes monopolios procesadores y comercializador del café, al tiempo que mantiene en notorio decrecimiento el bienestar de los productores del grano, que incuestionablemente deberían de ser los que recibieran mayores beneficios y no que, con recurrencia, registran como  dividendos de su producción el quebranto financiero y precarios niveles de vida.

Nada se ha logrado de manera firme y continua para una mayor equidad en beneficio de los productores de café, mientras que en los ámbitos empresariales, muchos son los que han cimentado fortunas incalculables, lo que indudablemente puede ser válido, pero siempre y cuando no tenga como origen la explotación inmoderada de los productores del grano, quienes con recurrencia viven afectados por la explotación y por la desatención apropiada de las autoridades municipales, estatales y federales… ¿Seguiremos igual o registraremos una real transformación?

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