El yacimiento más grande de hidrocarburos en México en los últimos 25 años, localizado  en el municipio de Tierra Blanca, Veracruz y que será explotado por el gobierno de Andrés Manuel López Obrador, apunta a la resurrección económica de PEMEX, pero a la miseria de los habitantes de ese lugar que ya sufren los estragos de la presencia de los explotadores del subsuelo.

La inversión de más de seis mil 412 millones de dólares aprobados a Petróleos Mexicanos por la Comisión Nacional de Hidrocarburos, para la perforación y explotación de gas y condensados del proyecto Ixachi que comprende el corredor La Barahúnda-Joachín del municipio de Tierra Blanca, contrasta con el trato de la paraestatal con la población local.

El proyecto está en marcha con el Pozo Ixachi 1 con sus delimitares Ixachi 1001 e Ixachi 1DEL, además de otros 47 que contempla el plan de los cuales 22 se perforan ya en este año.

Los trabajos de PEMEX, perforaron también la paz y tranquilidad de las comunidades, además, no ofrecen empleos para los habitantes locales y las consecuencias técnicas con estruendosos ruidos las 24 horas del día, flamas de desfogue de alto impacto que generan pánico a la población, altas vibraciones que han provocado daños a las viviendas y lo más importante, una reducción sustancial de los mantos freáticos de la zona.

La decisión del gobierno federal por tratarse de áreas estratégicas deja maniatados a las autoridades locales; agentes municipales de Joachín y La Barahunda, junto con la Presidencia Municipal, se han quedado pasmados y deliberadamente ceden ante PEMEX, a pesar de los cuestionamientos de la población afectada.

El propio Sindicato de Trabajadores Petroleros de la República Mexicana se ha quedado en silencio cómplice, puesto que los centenares de trabajadores que realizan las tareas son originarios de Tabasco, tierra del Presidente López Obrador. Los empleos que generan las compañías contratistas son mínimos y mal pagados en relación a los riesgos.

El plan de PEMEX es una explotación de unos 20 años con una producción de hasta 82 mil barriles diarios de condensados y 638.5 millones de pies cúbicos diarios, lo que equivale al 67 por ciento de gas no asociado y al 13 por ciento dela extracción nacional del país para después abandonar los campos.

Es decir, PEMEX extraerá por 20 años la riqueza del subsuelo de Tierra Blanca con tierras rentadas bajo condiciones abusivas a los propietarios y ejidatarios, mantendrá a los habitantes durante esos años en el pánico y riesgo de accidentes de gravedad, sin empleo, sin agua en sus pozos y sin ningún compromiso social.

Hasta ahora, la aportación de PEMEX se reduce a la construcción de algunos domos, pintura de escuelas y el compromiso de remodelar el parque principal de la cabecera municipal.

Ante el silencio y pasividad de las autorices formales, los habitantes se organizan ya para hacer frente, exigir respeto y responsabilidad social de la paraestatal, en un municipio que se encuentra sumido en el abandono, sin ningún progreso desde hace más de 20 años.