Para levantar de las cenizas a Veracruz la fórmula está en ir de la mano de la ciudadanía para integrar un gobierno de coalición.
Esa es la propuesta de Pepe Yunes y en ese sentido está trabajando en la elaboración del Plan Estatal de Gobierno para ponerlo a consideración de los veracruzanos en el marco de la inminente campaña electoral que arranca el 31 de marzo próximo.
La del abanderado opositor será una candidatura ciudadana que necesariamente deberá contar, como se vio en la precampaña, con el respaldo de las mayorías hoy inconformes con el estado de atraso en que se vive, plagado de inseguridad al haberse entregado la plaza al crimen organizado.
Es por ello que hoy, el basamento del proyecto está en garantizar la seguridad pública como plataforma de estabilidad social que permita empezar a reconstruir los 212 municipios devastados por el paso de Morena.
La de Pepe Yunes, será una candidatura ciudadana respaldada por los partidos políticos opositores y la sociedad civil manifiesta en las organizaciones cívicas que han hecho patente su apoyo.
Asimismo, recibirá el respaldo de la cruzada nacional opositora que encabeza Xóchitl Gálvez a través del Frente Amplio por México.
La candidatura ciudadana tendrá asimismo el respaldo en las organizaciones pesqueras, campesinas, sindicales y la burocracia harta de la manipulación.
Pepe Yunes ha manifestado en repetidas ocasiones que el único camino para alcanzar por la vía democrática el poder vía candidatura ciudadana es a través del voto.
“Solo saliendo a votar en unidad, de manera familiar y en el convencimiento de que es la única manera de alcanzar el cambio, será posible levantar a Veracruz”. ha dicho.
“La única forma de evitar una elección de Estado es a través del voto masivo”, ha insistido.
Y sí, en momentos en que Rocío Nahle y su grupo liderado por Cuitláhuac se aprestan a robar la elección es el momento en que la sociedad civil ataje de una vez y para siempre los fraudes en las urnas, los modos corruptos de gobernar y que, ya no desde el centro de la república, sino que desde Zacatecas se gobierne a Veracruz.
Hoy las condiciones están dadas para el cambio.
Acaso por ello vale la pena considerar que la propuesta opositora se finca en que se entregará el 50% de la estructura de gobierno, poderes legislativo y judicial incluidos, a las mujeres y jóvenes.
Consideremos que la mujer decide el voto en Veracruz al ser mayoría y que los jóvenes, hombres y mujeres, sobre todo aquellos que por primer vez votarán tendrán, vía credencial de elector, la posibilidad de cambiar el destino de nuestra tierra.
Y todo abona.
Los pobres, hoy sometidos por una dádiva o programa de bienestar condicionados, ignorantes de que al cambio de gobierno no se les quitará, no deberán estar más bajo el yugo de la dictadura morenista.
Los clasemedieros, en alta proporción apáticos, valemadristas, criticones de todo, pero participes en nada, hoy tienen el deber, la obligación cívica, de acudir a las urnas ante el derrumbe de las instituciones, el poder en manos de los delincuentes, de cuello blanco y cárteles, y cambiar el destino.
La clase pudiente no puede quedarse atrás ante el serio riesgo de una pretendida socialización de la estructura de poder, una dictadura disfrazada de comunismo que camina a la estatización nacional sustentada en quimeras.
Ese es el riesgo.
Las pruebas de que en Veracruz no nos va a ir mejor que con Cuitláhuac García está en los antecedentes corruptos de la zacatecana que no por urgirse como gobernadora va a cambiar a honesta.
¿Por qué lo haría?
La candidatura ciudadana, por tanto, es la opción de estar representados por un veracruzano que ama a Veracruz, por quien no tiene un pasado corrupto o por alguien que si conoce los problemas que nos aquejan.
Y por mas que parezca un dicho panfletario, lo importante es pensar que el tiempo se acaba. Estamos a diez semanas de las elecciones y esto no tiene vuelta de hoja, o cambiamos o el tren de la desgracia habrá de arrollarnos.
Tiempo al tiempo.
*Premio Nacional de Periodismo