Paris: Desde el quinto

“Pepita, la Esposa del Traidor”: acto heroico por amor de una mexicana en Francia

Pepita La Esposa Del Traidor Acto Heroico Por Amor De Una Mexicana En Francia 2
Pepita de la Peña y su esposo Aquiles Bazaine

+ Rosario Acosta Nieva y Eric Taladoire crean historia novelada del asombroso rescate de un mariscal francés

+ El libro aparecerá en su versión francesa el próximo 20 de abril para difundir la hazaña de una mujer líder

Apasionados por la investigación no solo arqueológica, especialidad en la que ambos cuentan con doctorados, sino también en la historia de sus pueblos que los vieron nacer, Rosario Acosta Nieva de Córdoba, Veracruz y Eric Taladoire, de Toulon, Francia se encuentran próximos a presentar su libro “Pepita, la Esposa del Traidor”, una historia novelada que narra la vida y hazañas de una mujer mexicana, casada con un mariscal del ejército francés. Elevada a segunda dama del imperio que pretendió entronizar a Maximiliano de Austria y a su esposa Carlota, fue parte de la aristocracia mexicana. El acto heroico de rescatar a su marido de una isla convertida en cárcel militar, sentenciado por traición a Francia, le ganó la admiración internacional. En México pocos saben de su hazaña y en Europa aún sigue su reputación internacional que es necesario dar a conocer.

Rosario Acosta Nieva, de la ciudad de Córdoba y su esposo Eric Taladoire, presentan el próximo 20 de abril el libro que ya miles esperan por su contenido.

María Josefa de las Angustias Bonifacia Brígida Federica Pascuala Feliciana de la Santísima Trinidad Peña Azcárate, conocida también como María Josefa de la Peña o Pepita nació en la ciudad de México en 1847 y murió en 1900.

A los 17 años casó con el mariscal Aquiles Bazaine en 1865 y se convierte en segunda dama del país al atender personalmente a Maximiliano de Austria y a su esposa Carlota.

Bazaine era comandante de las fuerzas francesas que invadieron México durante la guerra llamada de Intervención que duró de 1862 a 1867.

Tal invasión tenía como finalidad implantar en México un imperio católico y latino que pudiera enfrentar a Estados Unidos, país protestante y anglosajón.

Tras la muerte de Maximiliano de Austria que fue fusilado en el Cerro de las Campanas, Queretaro el 18 de junio de 1867, Pepita es llevada por su esposo Aquiles Bazaine a Francia.

Allá será testigo del ocaso y derrota de Napoleón Bonaparte, de la guerra de 1870 y además sufrirá el juicio emprendido contra su marido quien fue acusado por traicionar a Francia al entregar la ciudad de Metz a los prusianos.

Enviado a una isla convertida en cárcel militar, Bazaine será excarcelado por un acto de amor desesperado y heroico organizado por Pepita y juntos escaparán a España donde recibirán asilo.

Tras la muerte de Bazaine, Pepita regresa a México donde finalmente muere.

Rosario Acosta y Eric Taladore, rescatan el acto heroico de una mexicana y lo vuelven una novela histórica con la cual le rinden tributo a una mujer mexicana líder

«Pepita fue objeto de muy pocos estudios o investigaciones. Sin embargo, es -y sigue siendo hoy- un ejemplo excepcional de lo que se puede llamar la mujer líder, personalidad sobresaliente, extranjera en su país de adopción, madre y esposa ejemplar y con un acto heroico que hasta el día de hoy causa asombro»

Eric Taladore y Rosario Acosta narran la travesía en su libro:

¿Cómo surge la idea de llevar a cabo una investigación de una mexicana que defendió a un francés preso por traición?

Sabíamos de la existencia de Josefa de la Peña, a quién todos llamaban Pepita, pues varios autores la mencionan. Uno de los primeros es el escritor francés del siglo XIX Guy de Maupassant quién en un libro publicado en 1888, relató con admiración la evasión organizada por ella para extraer a su marido, el Mariscal Aquiles Bazaine, de una cárcel en el sur de Francia. Más tarde, el conde croata Egon César Corti habló de ella en la biografía que consagró a Maximiliano y Carlota, publicada en francés en 1927. La personalidad de Pepita es tan interesante que en 1987, el escritor mexicano Francisco del Paso y Troncoso en su excelente novela “Noticias del Imperio” la menciona varias veces.

Los dos habíamos leído estas publicaciones sin ponernos de acuerdo, cada uno por su cuenta y por interés personal. Platicando una noche, nos dimos cuenta que a ambos nos interesaba el personaje de la Señorita de la Peña a la que muchos autores se refieren solamente como la esposa del Mariscal Bazaine, cuando fue mucho más que eso. Ella fue, de hecho, un testigo privilegiado de su época que por su inteligencia y su sentido común supo hacerse respetar por los personajes decisivos en la historia de la intervención francesa. Aún después, una vez en Europa, no sólo los miembros de la corte de Napoléon III, sino el mismo emperador y la emperatriz de los franceses la apreciaron a su justo valor.

Cuando cayó en desgracia porque el mariscal Bazaine fue juzgado por alta traición, pues en 1873 se le acusaba de haber capitulado sin combate frente a los alemanes, Pepita no se amilanó y mostró su fidelidad al seguirlo a la prisión en una isla frente al puerto de Cannes, en el Mediterráneo. Fue ella misma, quien, tiempo después, organizó la evasión de su esposo. El plan era extremadamente complicado y visto en perspectiva resulta sorprendente que haya tenido éxito. Gracias a ella, el mariscal fue libre por el resto de su vida, aunque nunca pudo regresar a Francia donde todavía se le considera como un traidor (de allí, el título del libro).

Por todo esto, nosotros encontramos injusto que una mujer excepcional como Pepita de la Peña haya caído en el olvido. Precisamente ella, que, a pesar de su juventud, demostró su valor, tanto en México como en Europa durante una época convulsa.

Esa misma noche empezamos a discutir sobre la posibilidad de lanzarnos juntos a la aventura de una novela sobre Pepita. Tendríamos que iniciar una profunda investigación documental para conocer más sobre la vida de esta muchacha, redactar un relato interesante y buscar la posibilidad de ser publicados. Tan entusiasmados estábamos con este personaje que no vimos el tiempo pasar y nos dieron las 3 de la mañana discutiendo.

¿De dónde era esta mexicana y cómo se convirtió en su mujer?

Josefa de la Peña era una señorita de la clase alta mexicana que residía en la capital en tiempos de la intervención francesa. Era hija única y huérfana de padre por lo que, tanto ella como su mamá, estaban alojadas en casa de uno de sus tíos, no por falta de recursos, sino porque en esa época era impensable que dos mujeres vivieran solas, sin la protección de un hombre.

Aquiles Bazaine era viudo, pues meses antes había perdido a su primera esposa que, enferma, se había quedado en Francia y no tuvo tiempo de alcanzarlo en México. Su grado de mariscal lo ponía a la cabeza del ejército intervencionista francés y, después de Maximiliano, era el hombre más poderoso del imperio.

El 15 de Agosto de 1864, se organiza en la Ciudad de México un baile en honor del emperador Maximiliano y de la emperatriz Carlota. Tanto Pepita como Bazaine fueron invitados. Según los testigos de la época, el mariscal quedó deslumbrado con la jovencita, a tal grado que, sin importar el qué dirán, bailó con ella toda la noche. Tenemos que recordar que tal actitud podía comprometer la reputación de una señorita decente, pues en aquellos tiempos estaba mal visto que un hombre y una mujer no comprometidos para casarse pasaran varias horas juntos, aunque esto sucediera en un lugar público y a la vista de todos. Nuestro libro describe también las costumbres de antaño y creemos que ese aspecto de la historia puede ser también muy interesante para el lector.

Al día siguiente, todo México hablaba de esta pareja improbable, él tenía ya 53 años y ella apenas 17. La Señorita de la Peña era bonita, chaparrita y delgada, mientras que el mariscal era grande, un poco repleto y nada guapo. Ninguna diferencia fue suficiente como para detener a Bazaine que se lanzó a la conquista de Pepita con el mismo entusiasmo con el que había hecho la guerra toda su vida: le llevaba serenata, se paseaba con ella por Chapultepec, le mandaba flores, la cubría de regalos. Se casaron el 26 de Junio de 1865, es decir, apenas diez meses después de haberse conocido!

Esta boda fue el evento social del año, todo el mundo la comentaba, aunque muchos sólo para burlarse del pobre mariscal. El embajador de Francia de la época decía de él: “juega el papel del enamorado juvenil, lo que con su carota de buldog y sus mejillas aguadas, no deja de ser ridículo”.

¿Cómo se documentaron para crear el libro?

Primero estudiamos los archivos del Ministerio de la Guerra donde se ubican todos los documentos militares relativos a la guerra de intervención. La revisión de esos archivos nos enseñó mucho sobre la guerra misma y sobre el trabajo que Bazaine realizó en México, aunque, como es lógico, los datos sobre Pepita de la Peña fueron escasos.

De cualquier manera disfrutamos esta etapa ya que los documentos consultados se encuentran en el castillo de Vincennes, un edificio medieval rodeado de jardines, situado a las afueras de París. Por otro lado, los militares que se encargan de los archivos son profesionales de una eficiencia precisa, se mostraron siempre abiertos a nuestra investigación y cooperaron con nosotros con muy buena voluntad.

En seguida, pasamos a los Archivos Nacionales Franceses, situados en un edificio nuevo y funcional en la orilla norte de París. En ellos encontramos el expediente del Mariscal Bazaine que contenía una parte de su correspondencia privada: cartas de su hermano, de su cuñada, de sus sobrinos, de su primera esposa y por supuesto, de Pepita. Esta correspondencia es una fuente inapreciable de datos no sólo históricos sino personales, tanto de la vida de la familia Bazaine como de la pareja que formó durante 33 años con Pepita.

Dichas cartas tienen también un valor sicológico porque dan una idea de los sentimientos de Pepita hacia el Mariscal, pero también del profundo amor que este hombre sintió desde el principio por esa jovencita llena de la alegría de vivir que, probablemente, a él le faltaba o que, en el medio militar, no podía expresar.

Otro aspecto muy valioso dentro del expediente fueron las fotos, en ese tiempo en realidad daguerrotipos. Entre las imágenes más interesantes encontramos un retrato de Pepita de cuerpo entero donde parece casi una niña, con un vestido de color claro y un peinado de caireles típico de la época.

Nuevamente, el personal de los archivos nos fue de gran ayuda por su eficiencia y su disponibilidad. Pasamos con ellos varias semanas de silencio absoluto pues la sala de lectura, grande, moderna y bien alumbrada, acoge investigadores que consagran días enteros a la revisión de documentos valiosos para la historia de Francia.

Por el lado mexicano, el Archivo General de la Nación nos fue de gran utilidad para documentar los orígenes de Pepita. Ahí supimos, por ejemplo, que la familia de la Peña contaba con varios políticos importantes en la época de Santa Ana.

Estos archivos han sido digitalizados y son accesibles a través de su portal internet, lo que para nosotros, viviendo en Francia, significó una gran ventaja y un ahorro de tiempo, pues no tuvimos que trasladarnos para efectuar esa parte de la investigación. La información obtenida en ellos nos reorientó hacia la Hemeroteca de la Universidad Nacional Autónoma de México.

Esta institución contiene una cantidad asombrosa de documentos de prensa de la época, lo que nos permitió obtener datos inéditos En los artículos de la hemeroteca encontramos el relato detallado de la boda y la descripción de las fiestas que daba la pareja en tiempos de su esplendor durante el imperio de Maximiliano (1864-1867). Sin embargo, no encontramos alusión a la salida de Pepita hacia Francia, ni sobre su vida en Europa. En cambio, los periódicos mexicanos hacen el elogio de su papel heroico en la fuga de su esposo de la prisión, en el sur de Francia, donde se encontraba encarcelado por traición. Después de años de silencio, los periódicos mexicanos vuelven a hacer alusión a la señora Bazaine a su regreso a México durante el Porfiriato.

La hemeroteca también nos aportó una cantidad enorme de información sobre el devenir de los tres hijos vivos de Pepita, sobre sus actividades en México y sus esfuerzos permanentes para rehabilitar a su padre. Vale la pena subrayar que los tres se consideraban tan mexicanos como franceses, pues los dos hijos varones se enlistaron en el ejército nacional mexicano. Gracias a la hemeroteca, pudimos seguir sus vidas hasta la mitad del siglo XX, cuando la familia se extinguió sin dejar herederos.

La hemeroteca de la Universidad Nacional Autónoma de México es una fuente importante de información. Muchos datos han sido puestos al alcance del público a través de su portal digital. Es una suerte para todos, mexicanos y extranjeros, contar con un acervo tan importante para la historia de México.

¿Es una historia novelada?

En efecto, preferimos presentar la vida de Josefa de la Peña como una novela para hacerla más atractiva y más fácil de leer. La importancia y el volumen de los datos históricos colectados durante la investigación fue tal que si nos hubiéramos acogido al género de biografía, la lectura habría resultado un poco árida.

La novela está dividida en 10 capítulos, un preludio y un epílogo que desarrollan, cada uno, un aspecto importante de la vida de Pepita. Hicimos hincapié en las descripciones de los innumerables lugares de Europa donde vivió, vacacionó o que simplemente visitó. Tratamos también, en todo momento, de restituir la atmósfera social de la época en la ciudad de México y en Veracruz, ya que al interior del territorio nacional no viajó, mientras que en Europa, y principalmente en Francia y en España, residió el mayor número de años.

De hecho la vida de Josefa de la Peña tuvo episodios novelescos por sí sola. Para dar un solo ejemplo entre muchos otros, quisiéramos citar su voluntad inquebrantable para reunirse con su esposo después de la derrota de Metz. Ella se encontraba en París, mientras que el mariscal, prisionero de guerra, estaba detenido en un castillo de Kassel, en el centro de Alemania, junto con el Emperador. Para ese entonces ya no era la esposa de un hombre glorioso, sino la mujer de un militar derrotado al que toda Francia odiaba.

Después de varias entrevistas con el ministro de la guerra, logró convencerlo para que le firmara un salvoconducto que le permitiera trasladarse desde Francia hasta Alemania. Lo que les esperaba era un viaje de 1000 kilómetros a través de un país en guerra. De hecho la carrosa de Pepita fue atacada varias veces por la población furiosa por la derrota. Sus ocupantes fueron insultados y amenazados. ¡Que cobardía la de los atacantes! Al interior de la carroza viajaban dos niños, su nana mexicana y Pepita, con ocho meses de embarazo.

A punta de férrea voluntad, llegó hasta Kassel para apoyar a su marido en la derrota y dar a luz. Puedes creer que tuvo todavía la buena idea de llevar un costal de tierra francesa para que la esparcieran bajo la cama en la que vino al mundo su cuarto hijo. Así nadie podría decir que un heredero del mariscal Bazaine nació en tierra extranjera.

Pensamos que es una anécdota maravillosa que da fe de la personalidad sorprendente de esta joven que, en ese momento, tenía apenas 23 años.

Creemos que este fue el aspecto que decidió a Gingko, nuestra casa editorial, a publicar nuestro trabajo. De hecho en el texto de presentación del libro, nuestro editor escribe algo que podríamos traducir como: “Pepita, la mujer del traidor. La historia de la evasión rocambolesca del mariscal Bazaine. Novela de aventura y página de historia, entre Francia y México”.

¿Parte de estas vivencias de la mexicana y el francés se dan en el estado de Veracruz o es en otro ámbito?

Si bien es cierto que Pepita y el Mariscal vivieron en la ciudad de México, capital del entonces imperio, como lo pedía su papel público en la época, el estado de Veracruz fue siempre importante en sus vidas.

Bazaine llega a México por ese puerto en 1862 y es, precisamente, por ese puerto que la familia que constituía ya con Pepita, salió rumbo a Francia en 1867. Los testigos de la época hablan de las lágrimas de la esposa del mariscal al abordar el barco llamado Le Souverain para dejar su tierra natal en estado avanzado de gestación: tenía ocho meses de embarazo.

No podemos ignorar que el estado de Veracruz fue de importancia capital durante la guerra de intervención. La región fue escenario de enfrentamientos sangrientos casi permanentes entre los guerrilleros mexicanos y las fuerzas armadas francesas. El control de la ruta hacia el mar, único medio de comunicación con Europa, era de una importancia estratégica fundamental para el ejército francés, mientras que para los mexicanos, el hecho de cortar este eje, implicaba debilitar al ejército invasor y aumentar sus posibilidades de vencerlo definitivamente.

La batalla de la hacienda de Camarón, situada cerca del actual pueblo de Camarón de Tejeda, Veracruz, es el acontecimiento más conocido de una larga serie de combates y emboscadas que se desarrollaron a lo largo de toda la guerra de intervención en nuestro estado. Esta batalla tiene gran fama en la Legión Extranjera pues revela el espíritu de sacrificio de los legionarios. El 30 de abril de 1863, 72 soldados resistieron hasta la muerte a 3,000 mexicanos. Admirativos de su heroísmo, los mexicanos hospitalizaron y curaron a los seis sobrevivientes de esta batalla. Una vez curados de sus heridas, los franceses restantes fueron devueltos a la armada francesa.

Es entonces evidente que, aunque la pareja vivía en la capital, el estado de Veracruz estaba siempre presente en sus preocupaciones.

¿Que repercusiones sociales se buscan obtener al presentar esta historia que principalmente es una historia de amor. Nadie arriesga la vida de esa forma si no es por amor y eso fue lo que hizo esta mexicana?

En efecto, hemos escrito una historia de amor entre una mujer excepcional y un hombre que también lo fue. Pepita de la Peña se enamoró no sólo del mariscal Bazaine, con su uniforme impecable, su prestigio y su poder, sino que a través de él, quiso también a Aquiles, el hombre viejo, no muy agraciado, pero que la amó con gran ternura y que trató de protegerla aunque al final fue ella la protectora.

Lo primero que queremos subrayar con esta novela es la existencia de una joven fuerte, decidida, combativa, imagen muy alejada de la mujer sumisa y sin poder de decisión. Logramos reunir evidencias que ella sola concibió, organizó y dirigió la fuga de su esposo, reclutando un grupo reducido y ecléctico de viejos amigos del Mariscal, de conspiradores sin comprometer la familia de su esposo. La actitud de Pepita es todavía más sorprendente dado que en el siglo XIX el papel de la esposa se limitaba al cuidado de la casa y a la educación de los hijos.

Por otro lado, quisimos también llamar la atención sobre un suceso histórico que implica a nuestros dos países, México y Francia. Si en México tenemos conocimiento de la guerra de Intervención, este no es el caso en Francia donde se desconoce desde las causas de este enfrentamiento y hasta su desarrollo. De hecho se hace referencia a este conflicto como la ‘Expedición de México’ y no como la guerra que en realidad fue. Creemos entonces que resulta importante publicar en francés una novela ligada a este episodio para suscitar el interés del público por un fragmento de la historia que también pertenece a Francia y no solamente a México y que debería estar presente en la memoria de ambos países.

Pepita y Aquiles han sido desdeñados, olvidados, Nos parecía injusta esta situación, y sin querer rehabilitar al Mariscal, no se puede olvidar que ambos jugaron un papel importante en las relaciones entre México y Francia. A pesar de la Intervención, nuestros dos países han mantenido a lo largo de dos siglos relaciones amistosas.

Biografía Rosario Acosta Nieva

Rosario Acosta Nieva nació en Córdoba, Veracruz en 1964. Cursó la primaria en la escuela Ana Francisca de Irivas y la secundaria y la preparatoria en el Instituto Plancarte. En 1982, fue aceptada en la Universidad de las Américas, campus Puebla, donde obtuvo una licenciatura en Antropología con especialidad en Arqueología. Durante esta etapa de estudios, trabajó en sitios como Cholula y Tochimilco en el estado de Puebla, en Cacaxtla en el estado de Tlaxcala, en Cerro de las Minas (Huajuapan de León) y Monte Albán en Oaxaca. Su tesis de licenciatura sobre “Las Unidades Habitacionales de la Fase Ñuiñe de Cerro de las Minas, Mixteca Baja, Oaxaca» fue dirigida por el Dr. Marcus Winter, arqueólogo especialista de la región Oaxaqueña con el que colaboró en la excavación del sitio Cerro de las Minas.

En 1990, es contratada por la Universidad de Guadalajara como investigadora y participa en el Proyecto Arqueológico Sayula, fruto de una colaboración franco-mexicana. Durante seis años realizó recorridos de superficie en la cuenca de Sayula, así como la excavación de diversos sitios. Esta actividad de terreno estaba complementada por el estudio del material en laboratorio y la redacción de los reportes de investigación.

Este trabajo se difundió a través de su participación en conferencias y coloquios en México y en el extranjero, así como publicaciones en diversos idiomas, tanto en revistas científicas como de difusión popular.

Entre 1989 y 1991 tomó cursos de francés tanto en Puebla, como en Guadalajara y obtuvo el diploma de aptitud de la Alianza Francesa de Guadalajara. El dominio de este idioma le permitió ganar una beca de la Universidad de Guadalajara para continuar sus estudios en Francia.

Se trasladó a vivir a París y en 1993 obtuvo el grado de maestría en Arqueología Precolombina en la Universidad de la Sorbona con la tesis titulada Les Sépultures de l’Occident du Mexique: Jalisco, Nayarit, Colima (Las sepulturas del Occidente de México: Jalisco, Nayarit, Colima).

En seguida viajó a los Estados Unidos donde siguió por dos meses los cursos intensivos de inglés para extranjeros en el Edmonds Community College de Washington. Al finalizar ese periodo los profesores le otorgaron el diploma de ‘Outstanding Student’.

Entre 1994 y 1996, retoma sus funciones como investigadora en la Universidad de Guadalajara, participa en la organización del Coloquio de Occidentalistas en Guadalajara, Jalisco. Asiste a diferentes coloquios y reuniones arqueológicas como la reunión de la Society for American Archaeology en Nueva Orléans, entre otras. Sus trabajos de investigación en coautoría han sido publicados tanto en español, como en inglés y francés.

El año de 1996 marca su regreso a Francia para seguir sus estudios. En 1998, obtiene el Diploma de Estudios Especializados en antropología biológica de la universidad de Bordeaux. En 1999 se inscribe en el doctorado en arqueología en la universidad de la Sorbona de París.

En septiembre de 2001 tiene lugar la defensa de su tesis titulada L’ensemble funéraire du site de Caseta, Jalisco, Mexique: une approche archéo-anthropologique, a la que el jurado le otorgó una mención especial y recomendación de publicación. Dos años después la tesis aparece como parte de la serie Paris Monographs in American Archaeology en los British Archaeological Reports.

Entretanto continúa su colaboración como investigadora invitada en la Universidad de Guadalajara con una estancia de un mes por año. Participa también, como investigadora asociada, en los proyectos Balamku, Rio Bec y «Dynamique culturelle dans le Bajío», del Centro Nacional de Investigaciones Científicas de Francia por lo que viajó varias veces a la zona maya y al estado de Guanajuato para tomar parte en las excavaciones.

Rosario Acosta ha publicado numerosos artículos en revistas mexicanas y francesas, científicas y de divulgación, como Arqueología Mexicana, Le Journal de la Société des Américanistes, Ulysse, L’archéologue,La Science au présent y Universalia de l’Encyclopaedia Universalis. Colaboró regularmente con el Bulletin Critique du Livre en Français, en el que se ocupaba principalmente de la recensión de las obras españolas y latinoamericanas traducidas al francés y publicadas en Francia y Bélgica. Participó también en la reedición actualizada de Los Aztecas (de M. Coe) y Los Mayas (de N. Hammond), para la Sélection du Reader’s Digest.

Paralelamente a su actividad de arqueóloga, Rosario Acosta Nieva desarrolla una nueva actividad, esta vez de escritora, pues resultó ganadora del primer premio en los concursos Filando Cuentos de Mujer 2005 (Langreo, Asturias) con su relato “Chepina”, Contam Dona 2008 (Catarroja, Valencia) con “Una solución lógica” y Valentín Andrés 2009 con “Dromedarios de Palma coloreada”. Es también autora de la novela “En otras latitudes: peripecias de una pareja de obreros latinoamericanos en Suiza” publicada por Amazon. En coautoría con Eric Taladoire publicará el 20 de abril 2018 la novela histórica en francés “Pepita, la femme du traître” (Pepita, la esposa del traidor) bajo el sello de Ginkgo Editions, dentro de la colección Mémoire d’homme.

Actualmente se encuentra en revisión su novela “Une paroisse perdue sur la rive” (Una parroquia perdida en la ribera), una saga familiar de inmigrados italianos en territorio mexicano, que espera publicar en Francia.

Biografía Eric Taladoire

Eric Taladoire nació en 1946, en el sur de Francia (Toulon), donde vivió hasta 1965. Después, se traslado a París para inscribirse en la Universidad de la Sorbona, donde estudio historia, antes de interesarse en la arqueología. Llegó a México en Enero de 1969, para hacer su tesis de Maestría sobre los juegos de pelota mayas, y participar en las actividades de la Misión Arqueológica y Etnológica Francesa en México (ahora Centro de Estudios Mexicanos y Centro-Americanos, CEMCA). Durante su estancia de seis meses, tuvo la posibilidad de visitar todo el sur de la República Mexicana, Guatemala, Belice y participó en las excavaciones del sitio de Los Naranjos, en Honduras y de San Antonio Nogalar en la Huasteca.

Al regresar a Francia, obtuvo su Maestría, y terminó sus estudios de historia. Fue reclutado después para participar en las dos primeras temporadas de excavaciones en el sitio maya de Toniná (Chiapas), bajo la dirección de Pierre Becquelin y de Claude Baudez (1971-1973). Al mismo tiempo, preparaba su tesis de doctorado sobre el juego de pelota en Mesoamérica, bajo la dirección de Guy Stresser-Péan, tesis que sostuvo en 1976 y que se publicó en 1981. De 1973 a 1976, regresó a Francia, donde fue reclutado como profesor asistente en la Universidad de Paris 1 Panthéon-Sorbonne, donde tuvo la oportunidad de trabajar con Alberto Ruz Lhuillier y Paul Gendrop, profesores de la UNAM, invitados para desarrollar en Francia un departamento de Arqueología mesoamericana.

En 1976, regresó a México, donde fue sucesivamente miembro, director interino y después sub-director del CEMCA, de 1976 a 1981. Simultáneamente, a petición del Dr. Eduardo Matos Moctezuma, participó en un salvamento arqueológico en Guanajuato, con la Dra. María José Con Uribe, antes de reanudar las excavaciones en Tonina, durante dos temporadas (1979-1981), como director de campo.

Regresó a Francia en 1981, en la Universidad de Paris 1, donde ocupó sucesivamente los puestos de Maitre de conférences y de Profesor, de 1981 a 2011. Entre sus numerosos alumnos, figuraron Sara Ladrón de Guevara, actualmente rectora de la Universidad veracruzana, y Pedro Jímenez Lara, investigador de la misma universidad. Durante esos 30 años, participó en los diferentes proyectos del CEMCA, en la zona maya, en los sitios de Xculoc, Xcalumkin, Balamku y Rio Bec.

En el transcurso de esos 30 años, publicó varios libros sobre los resultados de sus investigaciones, y aceptó la dirección de una serie en la colección de los British Archaeological Reports, en Oxford. Esta serie, que cuenta actualmente con 49 volúmenes publicados, está dedicada a la publicación de trabajos doctorales, tanto en francés como en español y en inglés.

Después de jubilarse, en 2011, obtuvo el titulo de Profesor emérito, que le permite seguir con sus investigaciones, tanto en arqueología como en historia. Además de publicar varios artículos en revistas francesas y mexicanas (como Arqueología Mexicana), participó en diferentes coloquios, como el de Carrizal sobre el juego de pelota en el centro de Veracruz, que acaba de publicarse en la UNAM. Sus actividades le valieron en 2010 el Premio Veracruz al Mérito Arqueológico.

Pero su interés en México no se limita al aspecto arqueológico: su formación en historia le permitió tocar también otros aspectos, principalmente en lo que concierne la historia compartida de Francia y México. En el marco de este enfoque, publicó un libro sobre las contra-guerrillas del Coronel Dupin, en Veracruz y Tamaulipas, durante la guerra de Intervención, además de la biografía de Pepita Peña de Bazaine, en colaboración con Rosario Acosta Nieva.

En un marco diferente, publicó un libro sobre los amerindios que viajaron a Europa, desde 1593 a 1892, ahora traducido al español (De América a Europa. Cuando los indígenas descubrieron el Viejo Mundo (1493-1892). Fondo de Cultura Económica, México. 2017.) Actualmente se encuentra en prensa una historia de los extranjeros en la Revolución mexicana.

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