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Policía evita batalla campal entre estudiantes

  • Aseguró a 26 jovencitos quienes fueron entregados a sus padres; llevaban capuchas y navajas algunos

    Orizaba, Ver. – Ante los conato de bronca que se han presentado en el exterior de planteles educativos de la ciudad, el coordinador de Seguridad Pública Municipal de Orizaba Mauricio Rafael Sosa García hizo un llamado a los padres de familia para verificar lo que portan sus hijos pues en el aseguramiento de jóvenes que se hizo recientemente algunos de ellos llevaban consigo objetos punzocortantes.


Y es que recientemente se registró un conato de pelea callejera entre jóvenes el cual fue prevenido por las autoridades municipales, luego de que un grupo de aproximadamente 26 estudiantes fuera detectado con actitud sospechosa en las inmediaciones de una escuela.


El coordinador de Seguridad Pública Municipal de Orizaba, informó que los jóvenes, presuntamente alumnos de nivel secundaria o bachillerato, se preparaban para enfrentarse con otro grupo de estudiantes del Conalep, durante la hora de salida de los planteles ante lo cual elementos de seguridad realizaron una exploración visual y encontraron que algunos de los jóvenes portaban capuchas y navajas.


Detalló que aunque la portación de estos objetos no es un delito en sí mismo, su posible uso para causar daño con alevosía representaba un riesgo latente, por lo que procedieron a asegurar los objetos y a resguardar a los jóvenes hasta que fueron entregados a sus padres.


“Realmente hay mucha rebeldía por parte de los jóvenes. Estamos buscando implementar estrategias en coordinación con las sociedades de padres de familia, especialmente en secundarias y bachilleratos, que es donde se dan estas intenciones o reacciones. La idea es prevenir cualquier tipo de riesgo en los planteles o sus alrededores”.


El coordinador de Seguridad Pública destacó que, de haberse concretado la pelea y registrado lesiones o incluso una muerte, los responsables habrían sido puestos a disposición de la Fiscalía Especializada y dependiendo de su edad, los jóvenes podrían enfrentar sanciones o ser recluidos en centros penitenciarios para menores, mientras que de ser mayores de 18 años, serían sujetos a un procedimiento judicial ordinario y podrían ser enviados a penales para adultos.


Sosa García reconoció que, aunque no existe un “foco rojo” específico en la zona, se han detectado indicios de que estos enfrentamientos podrían repetirse. “Al ver a la policía, los jóvenes suelen dispersarse, pero es fundamental que los directivos de las escuelas y los padres de familia nos apoyen para evitar que estas situaciones escalen”, señaló.


Finalmente, reiteró el llamado a los padres para que estén atentos a los accesorios que portan sus hijos, ya que objetos como navajas o capuchas pueden ser utilizados con intenciones violentas agregando que la colaboración entre autoridades, instituciones educativas y familias será clave para prevenir futuros incidentes y garantizar la seguridad de los jóvenes y la comunidad en general.

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