“El Tribunal Superior de Justicia se negó a acatar un laudo de la Junta de Conciliación y Arbitraje que ordena la reinstalación de Gustavo Cadena Mathey, despedido de manera injustificada hace seis años directamente por el entonces presidente Edel Álvarez Peña”, esta información fue publicada el 6 de septiembre de 2022.
La nota en aquel entonces, proseguía “La diligencia que se realizó en presencia del actuario de la JLCA, fue encabezada por un representante de la Dirección Jurídica -que no quiso dar su nombre- se negó a cumplir el laudo, bajo pretexto de que “la (magistrada) presidenta (Isabel Inés Romero)” no se encontraba en el edificio para poder reinstalar a Cadena Mathey, que a la fecha cuenta con 70 años de edad y afecciones de salud”.
“El representante legal del quejoso, el abogado laborista Viliulfo Olivares, sostuvo que “el Tribunal Superior de Justicia” está incurriendo en desacato por segunda ocasión, y que una eventual sanción por esta circunstancia, es la destitución del titular, en este caso, sería la magistrada presidenta Inés Romero”.
“El periodista Gustavo Cadena dijo que continuará su lucha, pues es insólito que en la que se supone debe ser la casa de la justicia, “hoy es la casa de la injusticia”.
Eso fue lo publicado hace un año y medio. Pues bien, recientemente nos enteramos que el buen Tavo Cadena finalmente fue reinstalado en su trabajo en el Poder Judicial del estado, al que se integró en el ya lejano año 2010 en Comunicación Social, a invitación del prestigiado, hoy magistrado en retiro, Alberto Sosa Hernández, que dicho sea de paso es una persona de impresionante e intachable labor y que proyectó durante los seis años que encabezó ese complicado poder del estado. Realizó una obra incomparable.
A su salida, el sucesor impuesto por Miguel Ángel Yunes Linares, Edel Álvarez Peña le rascó hasta debajo de las piedras para encontrar en qué afectaba la envidiada buena reputación de quien alguna vez fue designado juez del año. Incluso le ordenó una auditoría externa, que por cierto ejecutó personal de un despacho del propio Álvarez Peña.
Lo único que halló fueron los millones de pesos que dejó Alberto Sosa en caja, de los que como la canción, después nunca más se supo nada. Ante la frustración, desquitó su enojo y despidió arbitrariamente a muchos ex colaboradores de Sosa, entre ellos a Tavo, que era personal de base, como asesor en Comunicación Social.
De inmediato, ese 2017 Cadena Mathey presentó demanda laboral que ganó cinco años después, en marzo de 2022. La entonces presidenta la septuagenaria Isabel Inés Romero y la hasta no hace mucho directora general de Administración exconsentida de la cúpula del poder hoy en el ostracismo, Joana Marlen Bautista, le hicieron pasar un calvario por cinco ocasiones, en que el Tribunal de Conciliación intentó reinstalarlo, a pesar de haber ganado el laudo meses atrás.
Sin embargo, al final llegó al TSJ, y siete años después, muy tarde, pero se le hace justicia a un periodista de larga trayectoria, que sabe lo que es ganarse el pan con el sudor de la frente desde chamaco, hace muchos ayeres. Bien por la magistrada presidenta Lisbeth Aurelia Jiménez Aguirre, que al menos no se dejó llevar por las filias y fobias de sus antecesores y dio cumplimiento a un mandato de ley. Aplausos.
¡Qué barbaridad!
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