“Y también los ancianos son abandonados, y no solo en la precariedad material…”, Papa Francisco
Gustavo Cadena Mathey
Buen día, apreciado lector:
De algunos meses a la fecha las amas de casa, los papás mandilones o voluntarios que asistimos –ahora con las debidas precauciones- por “la despensa” a los supermercados de las ciudades, nos impactó la presencia de adultos mayores que empacaban las compras para ganarse una propina.
Era un trabajo que por muchos años hacían pequeños a los que todos conocimos como “cerillos” que así buscaban ganarse la vida y ayudar en el hogar, en lugar de limpiar parabrisas de carros en el peligro de los cruceros.
Sin embargo, de la noche a la mañana aparecieron los “señores de edad” en ese trabajo, lo cual causó cierta sorpresa y controversia al observar también en el oficio a muchos conocidos que antes eran burócratas empleados del gobierno.
Ellos se abochornaban. “pero qué le hacemos jefe, me despidieron arbitrariamente; los nuevos funcionarios nos mandaron decir que hasta aquí…”, con diversas y válidas razones argumentaban su nueva situación. Otros decían “no hay trabajo en ningún lado y al fin y al cabo, vergüenza es robar, esto es una entradita pa’ la casa”.
Pero el año pasado nos llegó el virus chino generado sepa si entre entre los murciélagos o creado a propósito para acabar con buena parte de la población mundial; el caso es que el gobierno ordenó restricciones en los que buena parte de los “viejitos” del sector público debió dejar de trabajar y seguir cobrando y otros se quedaron sin empleo formal e informal y peor, sin ingresos.
Muchos están tratando de organizarse y salir a las calles a botear y a pedir apoyos para que pese a ser los de más riesgo de contaminarse les permitan regresar a trabajar a los comercios, como lo hacen los de la Ciudad de México, para así tener recursos que les sirvan “para completar” sus diversos gastos.
Este reportero considera sería bueno que los empresarios comerciantes y dueños de supermercados, de tiendas de conveniencia y hasta de las tienditas de la esquina se preocuparan y de acuerdo con los señores de sesenta y más edad, poner en cada caja una gran alcancía, una lata, hasta grandes cochinitos de barro para que sus clientes donen alguna cantidad al momento y así todos podamos seguirlos apoyando. El caso es motivarlos y actuar en conjunto.
Es un asunto de vital importancia para todos. Ojalá lo hagan y si necesitan mayor difusión, seguramente con el apoyo de esta pujante empresa editorial aquí se les dará.
Tenga paz y armonía en su hogar apreciado lector. Ya está cerca la primavera, sigamos cuidando el agua y proyectar la siembra de plantas. Saludos Felipe Hákim, lea Crónica del Poder.com