DALES PODER Y LOS CONOCERÁS
TERROR Y ANGUSTIA COLECTIVA
LA INSEGURIDAD Y… DON HIPÓLITO
Refiere una de las evaluaciones más significativas y puntuales acuñadas por la humanidad en el transcurrir de los años, que si una colectividad realmente quiere identificar los posibles recovecos en la personalidad de cualquier ser humano, el sendero más apropiado y exacto para ello, es que en el marco de ese conglomerado social, se le otorgue poder real al personaje que intentamos identificar con toda claridad: “Dales poder y los conoceréis”…
Y apuntamos el tema porque usted podrá recordar la “buena imagen” (por su afable y cordial comportamiento) que precisamente en etapas de la pasada campaña electoral, reflejaba sin variación alguna el “brillante candidato” a la alcaldía de Xalapa, Don Hipólito Rodríguez Herrera, quien por todos los rincones de la ex ciudad de la neblina y el “chipi chipi”, derrochaba sonrisas y otorgaba “apapachos”, como es habitual en todos los aspirantes a un cargo de elección popular, algunos con la clara idea de mejorar el nivel de vida del municipio y, otros, con la oculta ambición de poder, pero todos, los unos y los otros, siempre en sus respectivas campañas electorales, manteniéndose “en lo más posible” cercanos a los reporteros, a quienes en ese torbellino electoral son de alguna forma sus voceros y reflejo de sus propuestas, de sus sonrisas, de sus elevadas aspiraciones para servir a la colectividad.
Los escenarios de siempre han referido que tanto para bien, como para mal, los medios de comunicación constituyen estructuras que influyen de manera significativa en los ámbitos de los diversos núcleos sociales, porque al margen de su condición desde el punto de vista empresarial, en el marco del cual debe de cubrir los compromisos para saldar el costo de equipos y maquinaria, así como el relacionado con instalaciones y servicios, al que se suman los costos laborales con aquellos que captan la información, con los que la supervisan y procesan, así como quienes la editan y suben a las redes mientras otros las trasmiten por radio y televisión, paralelamente a los procesos de impresión y distribución para que tengan acceso a la información los lectores de medios impresos, los navegantes del Internet, los radioescuchas o televidentes, al margen de todo ello, el estar presentes en todo evento, en todo accidente, en todo acto delictivo incluso con alto riesgo, así como cubrir al mismo tiempo la vanguardia y la retaguardia de todo evento, de todos las áreas, como lo son las campañas políticas de los candidatos, representan costos y esfuerzos personales realmente significativos, a los que se suman ámbitos de alto riesgo, que con el paso de los años se han incrementado y que, incluso, han originado la pérdida de vidas de integrantes de medios de comunicación…
Escribo sobre el referido tema, total y absolutamente en contra de mis hábitos en la actividad reporteril, que por más de medio siglo refieren empeño y esfuerzos significativos, incluso atravesando por etapas de acoso, que constituyen un sendero frecuente al que se suman actualmente los rangos de angustiante inseguridad, terror y miedo colectivo, en el cual nunca se podrían separar las culpas e irresponsabilidades que, de esos escalofriantes escenarios, son acreedores quienes han despachado y los que ahora despachan como alcaldes, diputados, gobernadores, senadores y obviamente, el mismo Presidente de la República, sin excluir a quienes se desempeñan directamente en el marco de los renglones de seguridad, así como en los ámbitos de la administración de justicia.
Toda autoridad originada en el sufragio que refiere la voluntad ciudadana en un proceso electoral, iniciando por los alcaldes y sus cuerpos edilicios, tienen la obligación de responder con clara eficacia y recursos a su alcance, para que no se cometan robos, para que no se ejecuten asaltos, extorciones, levantones, secuestros, asesinatos…
Debe quedar claro, no existe forma alguna para evadir tan alta e ineludible responsabilidad en materia de seguridad. Por lo mismo, no es correcto tratar de ocultar o maquillar el incumplimiento en la función pública como son las fallas notorias, e incluso alarmantes y terroríficas en materia de seguridad, tanto en los círculos municipales, como en los estatales y nacionales.
En esos marcos de hechos virulentos que han costado vidas, al tiempo de sembrar espanto e inestabilidad social, en la ciudad de Xalapa, la bella capital de Veracruz, la culta y orgullosa “Atenas Veracruzana”, en la cual han transcurrido varias etapa de mi vida y de mi familia, así como de millones de veracruzanos y hoy, en esos mismos escenarios, actualmente se comenta que las denuncias en los medios de comunicación sobre los elevado nivel de inseguridad, al que se suman problemas severos en el ámbito de limpia pública, agua potable y recolección de basura, no deberían de ser calificados por el Presidente Municipal xalapeño como informaciones escritas por falseadores de datos y embusteros, porque los hechos de violencia extrema que se difunden refieren realidades que constituyen escenarios de preocupación, inestabilidad y espanto, que al mismo tiempo están mostrando la constancia, en gran medida, de la clara impotencia e incompetencia de las autoridades municipales, para afrontar con mayor eficacia los problemas en servicios que son elementales para el bienestar de la sociedad que eligió al cuerpo edilicio, con el compromiso de atender los problemas de la ciudad, no para acusar a los medios de comunicación de “estar haciendo guerra sucia en su contra al difundir noticas falsas, porque quieren dinero”.
El propio Presidente de la República se encuentra en la ruta para crear un cuerpo paramilitar que supla la ineficacia de municipios y estados para frenar la delincuencia, luego entonces… ¿De dónde sacó el alcalde xalapeño que la difusión sobre los elevados rangos de violencia en Xalapa, son porque los reporteros quieren dinero?
No se debe sembrar confusión, si una tesorería municipal paga facturas a un medio de comunicación, es porque así debe interesarle al Ayuntamiento para mejorar los servicios que presta, incluyendo la captación de ingresos como lo es el cobro del Impuesto Predial, porque la propaganda no constituye ni un pecado, ni un delito, la usan los empresarios para difundir y estimular la venta de sus productos y servicios y, no por ello son corruptos ni los que pagan, ni los que difunden.
Las universidades utilizan los medios de comunicación tanto para difundir la cultura, como contratando espacios con la finalidad de promover e impulsar actividades universitarias en lo general, incluyendo aspectos como los periodos de inscripción.
Los centros hospitalarios privados utilizan en los medios de comunicación sus espacios para publicitar sus paquetes hospitalarios, al tiempo que los centros médicos del sector oficial lo hacen para promover periodos en beneficio de la salud pública, como son las etapas de vacunación.
Es más, las mismas iglesias de casi todos los credos utilizan los medios de comunicación para difundir las actividades religiosas y, no creo que por ello los reporteros y directivos de medios deban de ser condenados con dirección al averno, para con ello “purgar su culpa” de haber publicado el mensaje parroquial cobrando por tal servicio.
De igual manera, los medios han publicado protestas y señalamientos contra la iglesia, contra los bancos, contra escuelas, contra universidades y contra centros hospitalarios y sanatorios, pero ello no quiere decir que tal publicación está originada porque “no les dan publicidad”, sino porque simple y llanamente es parte de la tarea reporteril el informar lo que su sucede.
En sus “geniales” respuestas el alcalde xalapeño refirió: “Américo -dijo- se gastó fortunas pagando ha periodiquillos y, yo no le voy a dar dinero a la prensa mercenaria” sentenció y presumió.
Y cabe referir en los mismos ámbitos, que en un descuido y efectivamente algunos “periodiqueros” le pidieron para las tortas al alcalde xalapeño, quien ya juró que no habrá un centavo hacia tales “rufianes”, pero lo inaceptable es que barrió parejo, y, con frecuencia, en un descuido, tales apuntes bien que encuadran al alcalde xalapeño actual en esos ámbitos de aparente santidad, escritos en todos los tiempos de la humanidad, que refieren escenarios en los cuales mientras más demonios configure tu mentalidad, mayor será la etapa de trance, esfuerzo y lucha con imaginarios demonios para rechazarlos e incluso doblegarlos, marco del delirio extremo que patológicamente tiene su origen en la propia imaginación y, la de nadie más, escenarios forjados entre pesadillas que no existen más que para la propia conveniencia.
Al final del día siguirán en tierras veracruzanas los medios de comunicación, invitando, convocando al alcalde xalapeño, para que sostenga ante micrófonos y cámaras todos sus puntos de vista pero teniendo a su lado periodistas “sin la cartera abierta” y, si bien le parece, también contando con la presencia del exalcalde xalapeño Américo Zúñiga Martínez, sin carteras ni chequeras de por medio, lo que incuestionablemente constituye un escenario único para dejar en claro en dónde estamos y hacia dónde vamos, porque el ¿Quién es quién? de antemano ya todos lo sabemos… Ahí La dejamos
Atiendo sus puntos de vista en
alfredo.rios1947@Icoud.com