*Las amenazas caninas
*El colapso económico
*huracanes matutinos
En los marcos de la angustia, el duelo, la preocupación, desilusión, desconcierto y temor, transcurrirán los dos días cívicamente festivos más importantes de la historia de México, como lo son el 15 y 16 de Septiembre, días en los que el pueblo en todo el país celebra la Independencia de México, con el más importante ritual cívico que año tras año se escenifica, como lo es la ceremonia de “El Grito de Independencia”, celebración que se ejecuta tanto en el balcón central del Palacio Nacional, como en los respectivos balcones gubernamentales de cada uno de la palacios estatales y municipales de todo el territorio mexicano.
Los mexicanos nunca han dejado de enarbolar banderas tricolores en festividades cívicas, e incluso en éstos días de restricciones pandémicas ya se registra la colocación de banderas en las fachadas de las casas y en numerosas unidades del transporte, tanto del servicio público como de vehículos particulares, pero en éstos días los efectos pandémicos obligan a la celebración en lo privado, alejados de nuestras históricas y tradicionales plazas públicas, distantes de nuestros gobernantes municipales, estatales y federales, quienes deberán de utilizar (tanto como se pueda) las redes de internet, para difundir una ceremonia de hecho enmarcada en el aislamiento y, por lo mismo, en los espacios de en la soledad.
Sin música en la plaza pública, sin artistas en el estrado, sin la emoción de presenciar los siempre atractivos “fuegos artificiales” (que no son ni tan artificiales) sin algarabía en los portales, parques y terrazas, así como distantes del ondear del lábaro patrio en el balcón gubernamental, así habrá de transcurriremos el 15 de septiembre, mientras que el 16 no contemplaremos extasiados las bandas de guerra, ni las bastoneras y los adolescentes y jóvenes escolares, así como integrantes de las fuerzas armadas e incluso de los cuerpos auxilio, todos ellos desfilando por nuestras céntricas calles.
Será el primer festejo patrio, en el territorio mexicano, que prácticamente es alterado y conducido hacia el aislamiento en más de cien años, ello como consecuencia de que la amenaza de contaminación viral y muerte, en nuestras tierras mexicanas en lugar de disminuir se vuelve a incrementar y, prueba de ello lo son los municipios veracruzanos, en los cuales sólo nos duró unos cuantos días, el sentirnos que nos encontrábamos en la fase amarilla de los efectos pandémicos, pero que el repunte de contagios nos retorna a las tonalidades naranjas, escala que antecede al escenario de mayor drama como lo es el rojo, que representa mayor número de contagios y de fallecimientos…
Y es que el ya casi insostenible derrumbe de la actividad económica, que ya muchos presumen alcanza o rebasa los menos 20 puntos, resultados tanto de las tradicionales y mañosas triquiñuelas de los núcleos de poderío económico, así como de una realidad fehaciente, que coloca a los mexicanos ante un dilema financiero no registrado en el territorio nacional, cuando menos en 80 años atrás, o sea, no experimentado por las actuales generaciones activas sobre el territorio mexicano, referencias que por sí mismas apuntan que los cuatro años restantes en los marcos de la Cuarta Transformación, no serán suficientes para reponer lo que se ha perdido en rangos económicos, efectos que triplican su dramatismo si a ello se suma el imborrable duelo que ha invadido a los mexicanos, tanto por el fallecimiento y sufrimiento de familiares, amigos e incluso conocidos, todo ello originado por la pandemia y la impotencia ante ella, efectos mortales que incluso devastan a los sectores médicos, colapsando sistema de salud pública y degradando los renglones económicos en nuestro país.
Claro, la Libertad y la Independencia de nuestro país, de alguna forma en los marcos de la prevención y las limitaciones económicas, habrán de celebrarse, pero ello no reducirá el preocupante escenario que tenemos frente a nosotros, porque todo lo económicamente positivo que pudiéramos (en lo general) haber logrado en las últimas décadas, incuestionablemente fue impactado negativamente por los efectos directos o colaterales de la pandemia, las cifras por sí mismas advierten a un gobierno que afronta hoy, niveles de empleo (tanto en número como salarialmente) muy inferiores a los que se registraban en el territorio nacional antes del arribo de la Transformación, escenarios de alto riesgo social no sólo por lo que representan en el marco de sus efectos directos en materia económica, sino lo que en ámbitos de la colectividad referirá, con claras tendencias hacia la inestabilidad social, tanto en índices de rangos delictivos, como en lo referente a reclamos sociales de una población irritada por las crecientes limitantes tanto laborales, como de ingresos para el sustento familiar.
El problema de la carestía actual, así como hacia el futuro, debe ser contemplado con seriedad y sin posturas mesiánicas ni sectaritas, por alcaldes, gobernadores, Presidente de la República y legisladores, de la mano con el sector productivo y el ámbito laboral, porque hoy más que nunca en el marco de las actuales generaciones, es imprescindible dejar atrás atavismos, confrontaciones y deficiencias partidistas, para sumar y coordinar a un país que requiere de lo mejor que pudiera existir en el campesinado, en el citadino, en el empresario y obviamente en el sector de la administración pública, abarcando en ése rubro lo legislativo y lo concerniente a la administración de justicia.
Nada resultaría más lamentable que mantenernos en los mismos contextos sociopolíticos que se practican desde antes de la pandemia… Nada más lamentable para el país que estimular la confrontación entre chairos y fifís… Nada más doloroso que permanecer por nuestras diferencias ahondando el abismo entre los unos y los otros… Nada más terrible que hundir en un infernal pantano preñado de sectarismo al pueblo mexicano, lo que nos colocaría monstruosamente practicando el sectarismos separatistas, lo que es muy distante del esforzarnos unidos para la obtención del bien común…
Es tiempo que La Transformación no sea más de lo mismo, teniendo claro que el giro electoral en el país, fue para la superación, no para el estancamiento e incluso retroceso económico, la violencia y el estímulo hacia la confrontación de los unos contra los otros, mientras que la pandemia sigue cobrando vida… Basta de doctrinas separatistas
Lo que se lee
Es realmente irresponsable y, por lo mismo comprometedor, el que perros con características naturales de ferocidad, tengan la libertad de poder deambular por las calles sembrando pánico, colocando en elevado riesgo a personas de todas las edades, incluyendo a los ancianos y menores de edad, lo que ha representado un escenario notoriamente recurrente en el territorio mexicano.
Precisamente en ésos marcos y en una zona del municipio de Fortín, el pasado sábado un canino de la raza Pitbull. agredió a dos pequeños vendedores de dulces, menores que fueron trasladados al hospital para la atención de sus heridas.
Ya es tiempo de darle fin a éstos capítulos repetidos en nuestra historia, asentando con claridad por parte de las autoridades, que quien sea poseedor de un perro de raza con características de agresividad, debe mantenerlo en rangos de efectiva y estricta seguridad, marcándose sanciones de elevado rango si el perro es detectado en la vía pública y, mucho más, se causa lesiones a peatones que transiten en áreas destinada precisamente para el servicio de la colectividad.
No es un asunto de agresividad contra los canes, sino un tema urgente y necesario que permita evitar nuevos ataques caninos contra peatones, sean menores de edad o mayores… ¿Se definirán acciones concretas sobre el tema?… ¿O continuaremos con más de lo mismo?…
Lo que se ve
De acuerdo a los negativos panoramas que en materia de desarrollo integral privan en México, con cifras que apuntan con claridad sobre un significativo retroceso en los marcos financieros en lo general, es de esperarse que el próximo año, tercero de la Cuarta Transformación, resulte tan opaco en materia de avance financiero como ya lo han sido los dos primeros años de la administración morenista.
Nadie confía entre los especialistas financieros, que los mexicanos logremos restablecer en el año 2021, lo que se perdió en los anteriores 24 meses, porque el primer año del Gobierno del Presidente Andrés Manuel López Obrador no refirió cifras positivas para la economía nacional, tanto así que cerramos el año pasado con dos puntos debajo de cero, lo que en sí ya representaba un reto para el segundo año del sexenio transformista, pero por equis, haches y “pes” (que bien se ajusta a la referencia de “peste”) el 2020 se ha convertido en el peor año económico por el que ha transitado el México de nuestros tiempos.
Aquel que habitualmente y como líder nacional, siempre carga (en beneficio de su imagen personal) los avances que se logran en los marcos de su administración gubernamental, como es lógico y natural, también deberá cargar como primer responsable de los descalabros que se registren en tiempos de su administración y, la economía mexicana registra declives tanto en lo económico, como en desarrollo integral en lo general, escenarios que en principio ya pasaron a la historia nacional con cargo negativo para la imagen del Presidente en turno, evaluaciones que ni el Santo Niño de Atocha podría transformarlas en provechosas… Que no queden dudas.
Lo que se oye
Que los soplos del huracán ya se advierten en las rondas matutinas donde el Presidente y sus voceros del Gabinete (ampliado) empiezan a considerar la posibilidad de que en tales rondas de preguntas y respuestas, la mayoría de ellas “ha modo”, más se pierde que se gana…
La realidad es que tales escenarios se han convertido en rutinarios y cansados, referencias que por sí mismas afectan mayormente a la imagen presidencial, que a quienes en voz del supremo mandatario se pretende denostar… Mal y de malas marchan los escenarios palaciegos que incluso, por la misma pandemia, están convirtiendo en endémico el ya tedioso espacio de “las mañaneras”… Ahí la dejamos.
La semana que hoy inicia registrará un espacio con la ausencia de ésta columna identificada como Causas y Efectos… Con la autorización del Director ejecutaremos una pausa frente al teclado, pero días después retornaremos con el estilo de siempre.
Disfrutemos de nuestra libertad y, a más de ello, valorémosla en toda su dimensión para siempre defenderla.