No se trata de un calenturiento cuento primaveral de junio. Conste. El plan es en serio, contundente… y es el siguiente:
Los candidatos de Morena a la gubernatura de los estados de Aguascalientes, Durango, Hidalgo, Oaxaca, Quintana Roo y Tamaulipas deben ganar a como dé lugar las elecciones del domingo y para ello echarán mano de todos los recursos políticos, económicos y de cualquier índole.
Para asegurar los triunfos se amenazará con cárcel a los opositores que se interpongan, se rellenarán o robarán urnas, se comprarán votos o sobornarán a funcionarios electorales y, si fuera necesario, pedirán el apoyo de la delincuencia organizada para amedrentar a los adversarios.
Hay “mamaches” electorales de distintas partes de la república en los 6 estados donde se celebrarán elecciones locales. Los “mapaches” son operadores mañosos que saben cómo ganar o robarse una elección.
En pocas palabras, los candidatos de Morena a diputados y gobernadores tienen que vencer limpiamente o arrebatar a la mala.
No se sorprendan, pues, si el domingo por la noche se enteran que Morena se ha llevado carro completo en los seis estados antes mencionados.
Lo anterior no es cuento ni mito, sino una costumbre –o llámenle tradición si lo prefieren– de los gobiernos en turno, iniciada por el PRI y continuada por el PAN y Morena.
Estos datos fueron proporcionados al reportero por uno de los tantos “mapaches” enviados a Tamaulipas (ojalá no se moleste por el calificativo que él mismo se impuso). Si es vacilada, tomadura de pelo o la neta, lo sabremos el domingo por la noche o después del cómputo oficial de votos.
Tal vez triunfen en justa lid, sin necesidad de recurrir al chanchullo y ello significaría que la gente está contenta con la 4T y, obviamente, con el presidente Andrés Manuel López Obrador.
Este modesto comunicador no recibe “chayote”, ni beca, tampoco trabaja en el gobierno. Y para cuando le toque por edad el apoyo que se entrega a los adultos mayores, quizás estos programas sociales ya no existan porque se habrán agotado los recursos.
¿Se tratará de infundados rumores difundidos por los conservadores que extrañan los privilegios perdidos o algo habrá de cierto? En los tiempos del invencible PRI, era alto el nivel de abstencionismo. ¿Para qué votar si ya sabemos quién ganará? –se justificaban los ciudadanos.
Los conteos se hacían en la Secretaría de Gobierno estatal o Gobernación federal. La mayoría era para el PRI y se asignaban migajas a los partidos políticos opositores, que protestaban a gritos o aparentaban inconformidad. En realidad era pura parafernalia para legitimar al sistema.
Hoy no sabemos si la situación continúa igual o la oposición es real.
Los antimorenistas desean que le vaya mal a Morena en los comicios del domingo. Los simpatizantes de AMLO y su 4T, por su parte, se muestran confiados en que arrasarán en las urnas y estarán listos para el 2024.
¿Qué opinan, estimados lectores?