Río Blanco, Ver.- La caza y el tráfico ilegal de especies animales y vegetales están poniendo en grave riesgo la biodiversidad de Río Blanco debido a que grupos de cazadores furtivos se dedican a sustraer especies de su hábitat natural, principalmente reptiles para venderlas en el mercado negro, denunció María Concepción Reyes Martínez, ingeniera ambiental y coordinadora del programa Zarigüeyas de las Altas Montañas.
Entre las especies más afectadas se encuentran serpientes como boas y mazacuates, reptiles como iguanas y garrobos, aves como loros, y mamíferos como el falso coralillo, además de que también se ha detectado el saqueo de diversas plantas medicinales como orquídeas, lirios y helechos.
“Es alarmante la frecuencia con la que encontramos publicaciones en redes sociales ofreciendo estas especies en venta, lo que demuestra la magnitud del problema. Estas acciones no solo atentan contra la conservación de nuestra fauna y flora, sino que también pueden representar un riesgo para la salud pública”.
Agregó que a pesar de la existencia de normativas que protegen a estas especies, la falta de vigilancia y de recursos para la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) dificulta la aplicación de la ley y el combate al tráfico ilegal a lo que se suman las mínimas denuncias formales, las cuales considera se deben al temor de las personas a represalias por parte de los cazadores furtivos.
Finalmente hizo un llamado a la ciudadanía a denunciar cualquier actividad sospechosa relacionada con el tráfico de especies, recordando que la extracción ilegal de especies tiene graves consecuencias para los ecosistemas, ya que altera el equilibrio natural y puede llevar a la extinción de algunas especies.
