Más tardó la Suprema Corte de Justicia de la Nación en invalidar la llamada “Ley Nahle” que en desatarse un encendido debate entre quienes opinan que, a pesar de no haber nacido en este estado, Rocío Nahle García sí puede ser gobernadora de Veracruz y quienes aseguran que no cumple el requisito de residencia efectiva de 5 años en territorio veracruzano, porque como secretaria de Energía vive fuera de la entidad.
Hagan sus apuestas, primero veamos si será candidata y, después, si ganaría la elección en 2024. Por lo pronto, el beneficiario más visible es el diputado Sergio Gutiérrez Luna, quien difícilmente contaría con el apoyo del gobernador Cuitláhuac García Jiménez.
Tal vez estén contentos, aunque aparenten lo contrario, otros aspirantes de MORENA, como Zenyazen Escobar García, Manuel Huerta Ladrón de Guevara y algunos ilusos más. Hasta el pendenciero secretario de Gobierno, Eric Cisneros Burgos, probablemente celebre la presunta caída de su madrina, Rocío Nahle, pues en una de esas entra como candidato emergente. Soñar no cuesta.
Y por otro lado, este revés de la Suprema Corte de Justicia a los de la CuatroTé en Veracruz constituye una mancha más al tigre. Seguramente cuando lean estas líneas ya habrá reaccionado el presidente Andrés Manuel López Obrador en su conferencia mañanera desde el Palacio Nacional. No estará muy contento con la decisión de los ministros del Poder Judicial de la Federación por haber arruinado las aspiraciones de su corcholata favorita para Veracruz.
A menos que, terco como es, López Obrador se empeñe en imponerla como candidata de MORENA a la gubernatura del estado arriesgándose a que más adelante la impugnen los opositores y de todos modos no sea gobernadora.
¿EUTANASIA O MATRICIDIO?
No se trata de un cuento de horror aunque lo parezca. Es real. Sucedió hace años en uno de los restaurantes de moda en Xalapa. Este reportero escuchó desde su mesa una conversación entre dos personajes. Uno de ellos era mencionado entre los aspirantes del PRI a la gubernatura de Veracruz.
–Pues te confieso, compadre, algo que pocas personas saben. Sólo mi familia y unos cuantos amigos muy allegados –expresó uno, hizo una pausa y agregó:
–Mi madre, de avanzada edad, estaba muy enferma y sufría demasiado. Ya no deseaba vivir, según nos decía. Después de mucho pensarlo, decidí desconectarla yo mismo, y con todo el dolor del mundo, la dejé ir…
El hombre no dio más detalles. Su acompañante guardó un incómodo silencio ante la insólita revelación…
Este reportero se quedó estupefacto y fingió no haber escuchado la tremenda confesión.
¿Ustedes cómo habrían reaccionado si un hijo les confiesa haber desconectado personalmente los aparatos que mantenían con vida a su mamá?
Por elemental ética no podemos decir de quién se trata, aunque tal vez este político lo ha platicado a otras personas, porque no parecía arrepentido de su acción. Este tema es más profundo de lo que parece a simple vista.