Hace una semana, el Congreso Local aprobó por la bancada de MORENA y un decisivo voto del diputado panista Bingen Rementería Molina, la designación de los nuevos magistrados del Tribunal de Justicia Administrativa del Estado de Veracruz (TRIJAEV), propuestos por el gobernador Cuitláhuac García Jiménez, producto evidente de una negociación política con el ala contraria a la corriente de los Yunes azules.
En respuesta, la secretaria general del Comité Estatal del PAN, senadora Indira Rosales San Román, el diputado federal Carlos Valenzuela y los diputados locales Enrique Cambranis, Verónica Pulido, Jaime de la Garza y Miguel Hermida, anunciaron el inicio del proceso de expulsión de esas filas del legislador porteño, hijo del senador Julen Rementería del Puerto, aspirante a la candidatura de este partido al gobierno del estado, por lo que consideraron una traición a sus principios, por haberse aliado con sus adversarios políticos.
El joven Rementería no se quedó callado, y en un video difundido el pasado viernes, mostró cómo la senadora Rosales y la alcaldesa de Veracruz, Patricia Lobeira Rodríguez, desde 2021 sellaron un “pacto del silencio” –secreto a voces– de esa familia con el gobierno de la 4T para favorecer el triunfo electoral de la esposa de Miguel Ángel Yunes Márquez en el municipio de Veracruz, que en realidad fue aprovechado para dar un golpe bajo a Ricardo Exsome Zapata, quien era candidato a la presidencia por la coalisión MORENA-PVEM-PT, para descarrilarlo y aniquilar desde ese momento cualquier posibilidad de que pudiera subirse a la carrera de la sucesión veracruzana, agregado al silencio de Indira y los propios Yunes frente a los casos de linchamiento contra Rogelio, Winckler, Tito Delfín Cano, Jorge Winckler y otros, perseguidos y encarcelados; la omisión de de la senadora en la primera presentación de reforma electoral del INE presentada por el presidente de la República y, diez días después de una reunión entre AMLO, Cuitláhuac y Lobeira, la sospechosa detención del ex Fiscal yunista, de lo que no hubo reacción de la familia a la que sirvió ciegamente desde ese cargo, además de ser la única senadora inasistente, de 128 integrantes de la Cámara Alta, precisamente el día que se votó la ampliación de la militarización del país del 2024 hasta el 2028, recriminación de Bingen que tuvo respuesta el silencio de la ex secretaria de Desarrollo Social del estado.
El asunto es más grave de lo que ya parecía, el posible rompimiento total de las dos principales fuerzas panistas, la que lidera el ex gobernadro Yunes Linares y el de Joaquín Rosendo Guzmán Avilés junto con Julen, lo que debilitaría aún más a la oposición frente a la elección de 2024, tanto federal como estatales. ¿Habrá expulsión? No se cree, imposibe que el líder nacional Marko Cortés lo permita, pero la división prevalecerá, sobre todo porque cada grupo jala para sus intereses y, a simple vista, la poca oposición que habría, sigue diluyéndose en este tipo de conflictos internos, por los que también atraviesa el PRI y el PRD.
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