Luego del meteoro del pasado fin de semana, nuevas transas del gobierno del Nahle emergen entre el lodazal y la pestilencia.
Al maquillaje de auxilio a la huasteca veracruzana donde el recuento arroja 29 muertos, 18 sin localizar y 300 mil damnificados, así como una treintena de pueblos y municipios aislados y sin atención, se suma la denuncia pública contra la gobernadora Nahle por cancelar el seguro de desastres que tenía Veracruz para formar su propia aseguradora.
El atajar el suministro civil de víveres y medicamentos a los damnificados de parte de la policía a la ciudadanía organizada para que los ministren las brigadas de Morena y acreditarse el mérito, aumentó la irritación.
Eso de que “El rio Cazones se desbordó… ¡ligeramente!”, según Nahle, quedará para la historia de las torpezas. Se sumará a otro legendario dicho de que la maestra Irma Hernández, secuestrada y ultimada por el Cartel Grupo Sombra “Habría muerto por un infarto”.
Hoy, a la cauda de desatinos, se observa a los conspicuos cacalovers como el delegado del Bienestar, Juan Javier Gómez Cazarín barriendo las calles, solo para la foto, o al subsecretario de Finanzas, Eric Domínguez, acompañado de tres guaruras repartiendo escobas en la zona de desastre.
Se habla de vuelos intermitentes de helicópteros a las zonas de desastre, pero los damnificados lo desmienten, al igual que la presencia de las ridículas “camionetitas de la salud” en donde solo un par de ellas fueron mostradas -para la foto- al lado de la gobernadora.
Y cómo ocultar que el Cartel Jalisco Nueva Generación si funciona.
Decenas de miles de despensas se están distribuyendo entre la población diezmada que los mira como verdaderos héroes, como la salvación.
Hoy, para el infortunio oficial, las redes sociales dan cuenta, rinden parte minuto a minuto de todo lo que sucede en la más apartada ranchería, de todo lo que se hace y deja de hacerse, de todo lo que se dice para justificar la no acción oficial.
Si hay ayuda ésta se consigna y agradece, si no la hay se censura y difunde.
Ello en la misma proporción que los fotomontajes en donde Nahle y la corpulenta Lupe flotan sobre el lodo y, en brutal contraste, las mentadas de madre y reclamos ciudadanos -presidenta incluida- ante la impericia y falsedad de sus promesas.
A la vista de la ciudadanía y la opinión pública queda la seria sospecha de si fueron las lluvias las que ocasionaron tan extraordinario desastre en 47 municipios con tal cantidad de muertes o fue el llamado tardío a suspender clases y evacuar los pueblos ante el imprevisible fenómeno.
¿Es verdad que las lluvias fueron las que elevaron los niveles de agua hasta tres metros o fue la CFE la que no avisó la apertura de las compuertas de las presas de Puebla para desfogar las aguas a Veracruz?
Las lluvias, por mas torrenciales que sean, no provocan tanta destrucción y muerte y eso de que “No hay condición científica para indicarnos que la lluvia iba a ser de esta magnitud”, según la acientífica Sheinbaum, no es más que una jalada cuando la mano del hombre es la que mostró la ineficiencia.
Para el acreditado meteorólogo Isidro Cano fue la apertura de presas la que inundó el norte de la entidad y que Comisión Federal de Electricidad “avisó con poco tiempo de anticipación”.
“Lo que llovió no es para los destrozos que causó”, sostiene Cano en medio del repudio gubernamental.
En realidad, la opinión pública no entiende por qué si hay responsabilidad no se procede, de todas maneras, a los muertos nada los va a revivir.
Como tampoco se puede maquillar la denuncia pública de que Rocío Nahle canceló el seguro de desastres que tenía Veracruz para hacer su propia aseguradora, una aseguradora que no fondeó y carece de registro en la CNSF, por lo cual no puede operar justo cuando se avecina la reconstrucción.
¿Por qué la ineptitud y la transa tienen que ir por delante de una manera tan tosca? ¿De verdad la arrogancia de esta dama es tal que la ha convertido en dueña de la verdad?
¿Qué hicimos los veracruzanos para tener un peor gobierno que el del atarantado y por qué no entiende que vivimos tiempos diferentes en donde la sociedad civil está despierta y muy, pero muy encabronada?
Tiempo al tiempo.