Causas y efectos

¿Sin inteligencia?: ¡Serás político!

Columna Causas y Efectos de Alfredo Rios

*Indolente “carta responsiva”
*Obstáculos para vacunarse
*Terrible el panorama

En qué clase de país vivimos, cuando la más alta funcionaria del sistema de educación en la República: Doña Delfina Gómez, declara frente al mismo Presidente de nuestro país, Andrés Manuel López Obrador, que el más seguro espacio para los niños es precisamente la escuela, descalificando con ello la identidad de los niños con sus propios progenitores, cuando está claro y de siempre, que no existe  vinculación de un menor e incluso de muchos mayores, superior a la que refiere hacia sus progenitores, o sea, que para la titular nacional de Educación Pública, la conexión entre alumnos y maestros es superior a cualquier otra, incluyendo la que priva desde el lecho materno entre hijo y madre.

Obviamente que ante tan “subliminal argumentación”, muchos mexicanos pensarán que efectivamente la transformación va en serio, porque incluso ahora el Gobierno predica que para la niños, es más valioso el espacio escolar que la cercanía con el vientre materno, tesis que obviamente debe encuadra en los conceptos transformadores que privan en nuestro país, cuando fue expuesta precisamente en el espacio más apreciado en los actuales ámbitos presidencialistas, como debe ser calificado el área de “las mañaneras”, en el que el zumbido de “la grillería” deja perplejo al más pintado, sobre todo cuando se exponen “doctorales” tesis, como el que la vinculación entre alumno y escuela, resulta ser muy superior, a la del “humilde y desacreditado” recinto familiar… “Válgame Dios” habría dicho mi señora y modesta madre.

Pero en ésos mismos escenarios de función matutina, ya se escuchan comentarios en el sentido que varios de los textos expuestos por “algunos reporteros” de los que ahora andan “desmarañados”,  con frecuencia se encuentran en el contenido de sus interrogantes, aparejados a lo que se dicta en el escritorio presidencial, reporteros que parecen más comprometidos con quien gobierna, que con quienes los leen o escuchan, referencias que  ya son advertidas por el colectivo social en lo general, escenario de manipulación que excluye a los reporteros (de los serios) que sirven con honorabilidad a quienes los leen, ven o escuchan…

Es más, en un acto con el que claramente el régimen gubernamental, se hace “hacia un lado de toda responsabilidad en caso de contagio” en torno a los escolares, la propia titular de la SEP refiere que los alumnos al asistir el primer día  a  clases presenciales, deberán llevar una carta compromiso, donde sus padres se hacen responsables de cualquier contagio que el alumno registre… “Porque nadie los obligó a que acudieran a clases en etapas de alto riesgo para la salud”… Por vida de Dios: Más claro del elevado riesgo: ¡Ni el agua!…

Obviamente no deja de causar especial extrañeza en el guión de referencia, que en el ámbito presidencial se tome la determinación del retorno a los salones de clases, pese a que transitamos en el oleaje pandémico de mayor riesgo que hemos afrontado, adoptando como argumento central “que los niños se encuentran mejor en el recinto escolar que en sus casas”…

O sea, que en la Cuarta Transformación se sostiene el criterio que es mejor el salón de clases que el hogar, cuando para el colectivo social en su gran mayoría (excluimos a los padres desarraigados de su familia y de los valores de conducta elementales) lo más sagrado incluso en ámbitos de escasez y humildad, lo es “el techo paterno”, porque constituye (como lo es para la fiera herida) la búsqueda de “la querencia”, identidad que resulta realmente extraño que desconozca una funcionaria pública, calificada como del más distinguido nivel en el sector educativo, sobre todo cuando en esos espacios debe privar indisoluble vinculación con los ámbitos de la niñez, el tesoro más preciado de todo país.

Las expresiones en referencia de la titular a nivel nacional en materia de educación, Doña Delfina Gómez, obligadamente inducen a reflexionar sobre aquel escrito del sabio impulsor de la educación, con presencia no sólo  en México, sino con sólido reconocimiento internacional en todo el mundo: Don Enrique C. Rebsamen, quien nos dejó escrito el hoy muy apropiado pensamiento:

El que no se atreve a ser inteligente, se hace político”… Su nombre distingue a la “Benemérita Escuela Normal Veracruzana Enrique C. Rebsamen”… Ni de más, ni de menos.  

Lo que se lee

Por aquí apareció la solicitud de la “carta responsiva” que deben entregar los padres, para que sus hijos tengan derecho a ingresar a las escuelas, en las redes de Internet inició la circulación de un documento que invita a reflexionar al colectivo social, obviamente en torno al retorno a clases presenciales y el riesgo de contagio pandémico que existe, comparando dicha solicitud con interesantes referencia, en la cual se lee:

¿Sabes dónde hacen firmar cartas responsivas?…

*PARA BUCEAR CON TIBURONES,

*PARA TIRARTE EN PARACAÍDAS,

*PARA PRACTICAR EL PARAPENTE,

*PARA DESENDER A RAPEL,

*PARA CORRER AUTOS DE CARRERAS,

Y AHORA… PARA QUE TUS HIJOS PUEDAN ENTRAR A LA ESCUELA.

Lo que se ve

Realmente resulta un acto no sólo de falta de solidaridad del patrón con el empleado, sino de referencias que podrían transformarse en atentados severos contra la salud, el que existan dueños o elevados operadores al interior de empresas, que no abran espacios favorables en horarios apropiados, para que sus empleados tengan la oportunidad en la etapa correspondiente, de acudir hacia el centro de vacunación y ser inoculados con dicha protección, misma que les podría salvar la vida.

Refiero el apunte porque existen versiones (muy numerosas) de trabajadores cuyos patrones o directivos, no les autorizan para acudir hacia los centros de vacunación en las fechas indicadas para cada caso en específico, lo que obviamente deja a los empleados sin oportunidad de ser vacunados, escenarios en los que es necesario que las autoridades intervengan, advirtiendo a los patrones, que serán sancionados con energía si impiden el que sus trabajadores acudan con oportunidad hacia centros de vacunación, de acuerdo a los calendarios y horarios que para cada caso se refieren, o se han referido.

Bueno sería que las autoridades no sólo mantengan un buzón vía internet o telefónico, para ser receptores de quejas sobre tal irregularidad y que, con toda puntualidad, se proceda inmediatamente a las inspecciones apropiadas, sin colocar en riesgo la plaza laboral en cuestión.

Lo que se oye

Ayer, al tiempo que terminaba de escribir ésta entrega de inicio de semana, recibía la información que se reportaron en “el feliz domingo”: 213 muertes en tierras mexicanas ocasionadas por el Covit-19, espacio en el cual se agregaban 9 mil 295 nuevos contagios, lo que sumado a muchos centros hospitalarios saturados y la imposibilidad de recibir a  más pacientes, dejan en claro un  panorama de aguda preocupación que agobia a la sociedad.

Los especialistas en la materia, insisten en que transitamos por una de las etapas de mayor incertidumbre en la historia actual de la medicina, panorama que debería obligar hacia el endurecimiento de las medidas de autoprotección, contrario a lo que se practica en México, mientras el espacio de llanto y desamparo se extiende por gran parte de nuestro territorio, ante un colectivo social atrapado en números problemas, no sólo de salud, sino de inseguridad y desplome en ingresos laborales… Y  todo hace indicar que vamos para largo.           

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