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Tabasco y el sur de Veracruz

Cirilo y Ponciano Vázquez Lagunes, El Comandante H, Adán Augusto López Hernández, Andrés Manuel López Obrador, el espionaje de la Dirección Federal de Seguridad

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Dos columnistas del periódico El Universal recientemente hicieron referencia a Ponciano y Cirilo Vázquez Lagunes (+), a propósito de Hernán Bermúdez Requena, El Comandante H, ex secretario de Seguridad en Tabasco y prófugo de la justicia.

Salvador García Soto, autor de Serpientes y Escaleras, escribió en su artículo “¿Quién recomendó al ´Comandante H´?”, del pasado 22 de julio:

“Esa tríada formada por Adán, Lastra y Requena caminaron juntos en los gobiernos priistas de Roberto Madrazo y hasta los inicios del gobierno de Manuel Andrade, cuya campaña por la gubernatura coordinó Adán Augusto. Pero después de 2001, Adán renuncia al PRI para sumarse al PRD, mientras que Bermúdez continúa colaborando en el gobierno de Andrade, donde fue subsecretario de Prevención y Readaptación Social. Según la revista Proceso, cuando tenía ese cargo, el 12 de junio de 2006, Requena fue detenido por agentes de la Seido de la PGR, al ser involucrado en el caso de la ejecución de Ponciano Vázquez Lagunes en el municipio de Huimanguillo.

El funcionario tabasqueño estuvo arraigado durante 11 días y fue liberado al no encontrarse pruebas en su contra, según informó entonces el subprocurador de PGR, Gilberto Higuera Bernal. Cuando lo detuvieron, dice Proceso, Hernán Bermúdez estaba cenando en un restaurante de Villahermosa con Cirilo Vázquez Lagunes, el llamado cacique del sur, a quien asesinaron cuatro meses después.”

Por su parte Héctor de Mauleón -autor de la columna “En tercera persona”-, publicó el pasado lunes 04 de agosto el texto “Una historia del Comandante H”, donde se lee:

“El nombre de Hernán Bermúdez Requena, el exsecretario de seguridad pública de Adán Augusto López que huyó del país el pasado 26 de enero y sobre el que la Interpol ha emitido una ficha roja, llegó a la prensa nacional hace 19 años, envuelto en un escándalo que hasta la fecha no ha sido aclarado.

El 26 de mayo de 2006, hombres vestidos de negro y con chalecos de la Agencia Federal de Inteligencia iniciaron en distintos lugares de Villahermosa, Tabasco, una serie de aprehensiones. En un ejido detuvieron a un hombre llamado Antonio Magaña. Más tarde subieron a la camioneta Cherokee en que se desplazaban al ganadero Ponciano Vázquez Lagunes, hermano del poderoso priista, más tarde panista y luego aliado de la Coalición por el Bien de Todos, Cirilo Vázquez Lagunes, conocido como El Cacique del Sur.

Antes de ingresar al rancho del que se llevaron a tres personas más, los supuestos agentes de la AFI fueron detenidos por agentes de Seguridad Pública de Tabasco, que los dejaron ir cuando presentaron credenciales que los identificaban como elementos de la entonces Procuraduría General de la República.

Dos semanas más tarde, los cadáveres de esas cinco personas aparecieron destrozados por impactos de AK47, y con tiro de gracia, dentro de una camioneta Durango abandonada en la carretera Huimanguillo-Chontalpa.

Había indicios de que a la familia del cacique político y ganadero le habían exigido 20 millones de pesos por la liberación de Ponciano. La familia no había presentado denuncia ante las autoridades. Había preferido negociar con los hombres de negro, que por esos días se hallaban muy activos en Tabasco: el 12 de julio, un comando con chalecos y gorras de la AFI remató en el hospital donde se reponía de un atentado a Carlos Mario de la Cruz, El Katty, sobrino del narcotraficante Ramos Alcides Magaña. El 16, otro supuesto comando de la AFI se enfrentó con policías municipales en Cunduacán: pretendían liberar a uno de los jefes fundadores de Los Zetas, Mateo Díaz López, El Comandante Mateo. El saldo fue de dos muertos.

Tras la ejecución de Ponciano Vázquez Lagunes, su hermano, El Cacique del Sur, entregó a la prensa tabasqueña y a la revista Proceso el casete que contenía la áspera conversación que había sostenido por teléfono con Hernán Bermúdez Requena, entonces subsecretario de Protección Civil, Prevención y Readaptación Social en la administración priista de Manuel Andrade.

De la conversación se desprende que Bermúdez Requena le había recomendado negociar, que le había asegurado que su hermano estaba bien, que había hablado con él en la Ciudad de México, que su detención se trataba de un asunto político:” FRAGMENTO DEL ARTÍCULO “Una historia del Comandante H”, del periodista Héctor de Mauleón.

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Aquellos hechos del 2006, incluyen otros episodios.

Si bien los columnistas de El Universal, Salvador García Soto y Héctor de Mauleón, los traen a colación por Hernán Bermúdez Requena, El Comandante H, cuya orden de aprehensión y escape han sacudido el escenario político mexicano al más alto nivel por sus nexos con el senador Adán Augusto López Hernández; hay vínculos de los referidos hechos con el Veracruz actual.

Una de estas conexiones resulta de la ubicación de “La barredora”, el grupo criminal encabezado por el Comandante H, no sólo en Tabasco y Chiapas, sino en el sur veracruzano.

Aquí resulta un punto nodal para ampliar la perspectiva sobre la violencia que sacude el territorio veracruzano: en el norte de la entidad el Grupo Sombra o Mafia Veracruzana se disputa plazas con el Cártel de Jalisco Nueva Generación; mientras tanto, en el sur se cuenta con la presencia de diversos cárteles, entre ellos “La barredora”, surgida en Tabasco y vinculada también al CJNG del cual se habría desprendido posteriormente,

Otro nexo simbólico surge de la presencia de Adán Augusto López Hernández, durante un evento proselitista en el año 2023, en “El Mangal”,  finca adquirida a un particular y empleada como espacio de operación política por Cirilo Vázquez Lagunes (+) durante las dos etapas en que operó en más de veinte municipios durante los años ochenta –primero- y desde fines de los noventa y hasta su muerte en noviembre del 2006.

Sobre la presencia y relaciones políticas de Adán Augusto López Hernández en Acayucan y el sur de Veracruz, escribí un CLAROSCUROS bajo el subtítulo de “Adán Augusto López Hernández y la crisis política de MORENA, olas que arriban a las playas del poder en Veracruz”, publicado el pasado 23 de julio.

No sólo El Comandante H estableció nexos con figuras políticas de Acayucan y el sur de Veracruz desde los primeros años del siglo XXI; también lo hizo su amigo, socio político y jefe el ex gobernador Adán Augusto López Hernández.

Aun cuando se trata de una relación reciente, otro personaje -el diputado Sergio Gutiérrez Luna, nativo de Minatitlán-, ha sido operador, beneficiario e integrante destacado del equipo político de Adán Augusto López…

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Estamos frente a una historia que nos remite cuarenta y cinco años atrás, cuando el PRI era sinónimo de férreo control político en el país.

Podríamos revisar los contextos y escenarios de los años setenta, pero ubicaremos la década posterior: la de los ochenta.

Un joven tabasqueño de nombre Andrés Manuel López Obrador fue delegado del Instituto Nacional Indigenista, participó en la campaña por la gubernatura de Enrique González Pedrero y lo nombraron dirigente estatal del Partido Revolucionario Institucional (PRI), cargo que ostentó durante sólo nueve meses.

La Dirección Federal de Seguridad, organismo de inteligencia y espionaje político a cargo de la Secretaría de Gobernación del gobierno mexicano durante varias décadas –más tarde se denominó CISEN- realizó “seguimiento” de las acciones del joven López Obrador durante el periodo 1979-1983, en Tabasco.

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“El expediente completo de López Obrador en sus días como líder rebelde en Tabasco

La extinta Dirección Federal de Seguridad dio seguimiento a las actividades, eventos, discursos y a lo que se decía de Andrés Manuel López Obrador durante su periodo como titular del Instituto Nacional Indigenista y, posteriormente, como líder del PRI en Tabasco, como da cuenta la versión pública de los informes que esta dependencia generó del 14 de junio de 1979 al 13 de septiembre de 1983.

Ciudad de México, 4 de octubre (SinEmbargo).– “Por ser de filiación comunista, (Andrés Manuel López Obrador) pretendía debilitar al PRI y en las próximas elecciones para diputados locales y presidentes municipales, meter gente del PSUM (Partido Socialista Único de México)”, se lee en un informe de la extinta Dirección Federal de Seguridad fechado el 17 de agosto de 1983 en Villahermosa, Tabasco.

El documento da cuenta de la “renuncia que hizo con carácter irrevocable el ex-pdte del Comité Directivo Estatal del PRI, Lic. Manuel Andrés López Obrador (sic), otorgándole el Gobierno del Edo., el cargo de oficial mayor de Gobierno, renunciando el día de hoy”, y forma parte de los informes que generó la DFS del 14 de junio de 1979 al 13 de septiembre de 1983 sobre las actividades que desempeñó López Obrador como titular del Instituto Nacional Indigenista y como líder priísta en Tabasco.

Otro de los documentos —éste del 14 de junio de 1979 y firmado por Miguel Nazar Haro, titular de la DFS—, señala, en el mismo sentido: “se hace notar que el Lic, Manuel López Obrador y el Asesor Jurídico del I.N.I, Lic. Nabor Cornelio Álvarez, son dirigentes en esta entidad del P.C.M (Partido Comunista Mexicano)”.

Este martes, el ahora Presidente López Obrador habló sobre esos informes y negó haber pertenecido al PCM. “Primero, con todo respeto al finado Nazar Haro, no era yo miembro del Partido Comunista, pero todo el que piensa en favor de un cambio, en favor de los pobres, y está en contra de injusticias es tachado de comunista y luego ya populista, y ahora hay otra corriente, así, creo que les llaman los que están en contra del neocomunismo y se supone que es todo el que piensa a favor de la gente, del pueblo, lo tachan de ese manera”.

Tomado de: El expediente completo de López Obrador en sus días como líder rebelde en Tabasco | SinEmbargo MX

Tabasco y el sur de Veracruz: Cirilo y Ponciano Vázquez Lagunes, El Comandante H, Heliodoro Merlín Alor, Amadeo González Caballero, el sur y los cacicazgos…

PARTE II

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Corría el año 2007 y en el Restaurant Staku del hotel Kinakú, en Acayucan, este reportero conversaba con Clemente Nagasaky Condado Escamilla (+), abogado, máster en Derecho de Amparo por la Universidad Cristóbal Colón de Veracruz, político y amigo.

Condado Escamilla trabajó para la Procuraduría General de la República (PGR), donde se desempeñó como Agente del Ministerio Público Federal en diferentes plazas.

El 19 de noviembre del 2006 había sido asesinado Cirilo Vázquez Lagunes cuando se dirigía al mangal, finca de su propiedad, para recoger el dinero destinado a la nómina de su equipo de béisbol: “Los Tobis” de Acayucan, que aún jugaban como local aquella tarde de domingo en el estadio La Arrocera.

Sobre la calle Rivapalacio casi esquina con avenida Miguel Alemán en Barrio Nuevo, el padre de la entonces alcaldesa Fabiola y de la exdiputada federal Regina Vázquez Saut –ambas por el PAN- fue acribillado junto a policías municipales del vecino municipio de San Juan Evangelista que le acompañaban, así como su suegro, padre de la alcaldesa sanjuaneña impulsada por el llamado cacique del sur.

Cinco meses atrás, en junio, Ponciano Vázquez Lagunes, el Pony, había muerto asesinado en Tabasco; su velorio y entierro en Villa Juanita, municipio de San Juan Evangelista, constituyó una mezcla de duelo familiar y popular con elementos de mitin político.

En medio de la multitud, Cirilo Vázquez habló largamente con un funcionario del gobierno tabasqueño, a quien le reclamaba justicia por el crimen de su hermano.

Estuve en aquel lugar, escuché los reclamos telefónicos de Vázquez Lagunes pero no supe con quién habló desde su celular.

Extraoficialmente, al otro lado del auricular se ubicó a un secretario o subsecretario durante el último año del gobernador Manuel Andrade Díaz.

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En el CLAROSCUROS publicado ayer tomé un fragmento extenso de la columna del periodista Héctor de Mauleón, titulada “Una historia del Comandante H”.

El artículo al que aludo, incluye este  subtítulo:

“Tabasco y el sur de Veracruz: Cirilo y Ponciano Vázquez Lagunes, El Comandante H, Adán Augusto López Hernández, Andrés Manuel López Obrador, el espionaje de la Dirección Federal de Seguridad”

He aquí la segunda parte del trabajo de Héctor de Mauleón, articulista del diario El Universal, periódico mexicano:

“De la conversación se desprende que Bermúdez Requena le había recomendado negociar, que le había asegurado que su hermano estaba bien, que había hablado con él en la Ciudad de México, que su detención se trataba de un asunto político:

“¿Por qué nunca fueron a Soriana a solicitar el casete de la grabación…por qué la policía de Tabasco los dejó ir?…Sólo hay desconfianza en el gobierno de Tabasco…Aquí es gente involucrada con ustedes.”

“Eso me lo preguntas ahorita y no te puedo contestar muchas cosas, pero de que el gobierno está preocupado por la situación no tengas la menor duda”, respondió Bermúdez. Agregó: “No estaba a mi alcance la situación”.

Siguió el diálogo:

“Yo me acuerdo lo que me dijiste, Hernán, me dijiste que era una cuestión de Estado, que era un apretón para mí…

“Lo que quiero decirte, que es algo importante, ya no me tienes confianza, ya me la perdiste…

“Cómo no te la voy a perder, si matan a mi hermano y tú dices que él está bien cien por ciento, que lo tiene la SIEDO, cómo voy a confiar en ti…Después de un hecho como este, ¿confiarías en una persona cuando te dice una cosa y es otra? Eso me dijiste. Te tengo grabado…”.

El funcionario reclamó:

“Que mañana vas a sacar los videos…Crees que con eso me van a investigar, ojalá lo hagan”.

Bermúdez Requena fue detenido días más tarde en el Hotel Camino Real, cuando justamente se hallaba reunido con El Cacique del Sur y un grupo de políticos. Sólo permaneció once días arraigado. La PGR argumentó que no existían pruebas en su contra.

Cinco meses más tarde, al salir Vázquez Lagunes en compañía de su suegro de un partido de béisbol en el que había jugado un equipo de su propiedad, dos camionetas con placas de Tabasco se le emparejaron. Los peritos contaron en su cuerpo 12 impactos de bala; en el de su suegro, 11. Murieron también los tres municipales que lo escoltaban.

Ese día había circulado un código entre elementos policiacos para que no se acercaran al sitio donde más tarde ocurrieron estos hechos.

Ni el crimen de Cirilo Vázquez, el cacique que controlaba el sur de Veracruz en la región limítrofe con Tabasco, ni el de su hermano, fueron resueltos.

En 2019, al nombrarlo secretario de seguridad de Tabasco, Adán Augusto López expresó: “Es el perfil que necesita Tabasco”. Para entonces, el ejército lo había ubicado como el “Comandante H”, líder de La Barredora y jefe de una red de extorsión, narcotráfico, tráfico de personas y tráfico de huachicol.”

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Durante su primera etapa como cacique en el sur veracruzano -década de los años ochenta- Cirilo Vázquez Lagunes llegó a controlar el escenario político de una veintena de municipios en la zona de Acayucan, su natal San Juan Evangelista, la sierra de Soteapan y una parte de Cosoleacaque.

Nunca pasó de Cosoleacaque y en la zona urbana de este municipio topó con el cacicazgo de Heliodoro Merlín Alor, pupilo y heredero parcial –en las estructuras históricas y caciquiles del sur veracruzano- del poderoso cacique Amadeo González Caballero, cuya sede operativa fue Coatzacoalcos pero cuyo control se extendió hasta Alvarado, ya muy cerca de la ciudad y puerto de Veracruz.

Detrás de esta historia de mega poder vertical durante las décadas de los años cincuenta, sesenta y setenta del siglo pasado –Amadeo González Caballero murió en 1969- se encuentra la figura de Miguel Alemán Valdés, nacido en Sayula de Alemán, pueblo popoluca en la parte veracruzana del Istmo de Tehuantepec, quien fue presidente de la República y su influencia en el destino político del sur de Veracruz solamente fue frenada por su deceso el 14 de mayo de 1983.

Otro límite del poder de Cirilo Vázquez Lagunes lo marcó el municipio de Hueyapan de Ocampo, donde inicia la sierra de Los Tuxtlas y al cual pertenece la comunidad “Coyol de González”, de donde son nativos Miguel Alemán González –padre del ex presidente Miguel Alemán Valdés- y el cacique bajo las órdenes de este último, el ya referido Amadeo González Caballero.

Todo lo anterior contextualiza la ausencia de poder e influencia de Cirilo Vázquez Lagunes en Minatitlán -donde lo frenaron los petroleros y su sindicato-, así como en Coatzacoalcos, Nanchital -territorio del cacique petrolero Francisco “Chico” Balderas-, Moloacán, Ixhuatlán, Agua Dulce y Las Choapas; en estos últimos municipios Veracruz colinda con Tabasco y en el caso choapense con Chiapas y Oaxaca.

A pesar de ello, como he señalado en CLAROSCUROS, las familias Vázquez Lagunes y Vázquez González –son medios hermanos- sí extendieron su presencia y poder hacia Tabasco sólo que ocurrió a través de los negocios, vía ranchos ganaderos y extensos sembradíos de cítricos, concretamente de limón persa, del cual algunos han sido y son exportadores a Estados Unidos.

Otros vínculos remiten a la historia de Hernán Bermúdez Requena, hoy prófugo, y al asesinato de Ponciano Vázquez Lagunes en suelo tabasqueño en junio del 2006.

El asesinato de Cirilo Vázquez Lagunes en Acayucan, Veracruz, aquel mismo año, podría estar ligado al crimen de su hermano pero como expone el periodista Hector de Mauleón, se trata de casos no resueltos y mucho menos cercanos a la aplicación de la justicia.

Durante la segunda época de su poder político, a fines del siglo XX y los primeros años del siglo XXI, Cirilo Vázquez apenas alcanzó a tener influencia en Acayucan, San Juan Evangelista y Cosoleacaque, mediante sus hijas Regina y Fabiola Vázquez Saut, así como sus hijos Ponciano y Cirilo Vázquez Parissi.

Estos últimos –militantes del PRI- protagonizan una exitosa carrera política en Cosoleacaque desde hace dos décadas vía diputaciones y alcaldías alternadas; pero buena parte de su trayectoria surgió después de la muerte de su padre, de modo que incluye méritos propios.

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