*Terrorismo en carreteras
*INE… Bastión democrático
*Los eternos parlanchines
Variados son los comentarios sobre la durabilidad que le pudieran restar a los mortales efectos de la pandemia, marcos en los cuales ha renacido el optimismo ante la notoria disminución de contagios en el territorio mexicano, así como en otros países del mundo, acreditándose tales escenarios a lo positivo de la vacuna, así como un mayor conocimiento (tanto en los espacios médicos como entre el colectivo social en lo general) sobre acciones de autoprotección para reducir los riesgos de contagios, así como avances notables en el tratamiento que se otorga a los contagiados, prácticas en las cuales se incluyen las medidas (incluso al interior de los hogares) que deben asumirse por los familiares, cuando registran en su domicilio uno o varios casos de contagios, los cuales si son atendidos apropiadamente no resultarán mortales.
Claro que sí se ha aprendido (y mucho) sobre cómo tratar de evitar el contagio al igual que identificar los síntomas iniciales con la oportunidad apropiada, escenarios en los que ha logrado avanzar de manera notoria y que no sólo ha permitido el decrecimiento de contagios fatales, sino que en los mismos contextos se ha logrado disminuir el número de contagiados, lo que ya representa un avance significativo cuyos efectos positivos se advierten tanto con la disminución en fallecimientos como en una menor cifra de pacientes en elevado nivel de peligrosidad.
Pero claro se debe tener que mientras persista la presencia del coronavirus en nuestros entornos y, paralelamente se continúen registrando pacientes en estado de gravedad, la amenaza de fallecimientos seguirá existiendo y, por ello, no se deben desactivar los estados de emergencia y mucho menos descuidar el apropiado equipamiento tanto en instrumentos necesarios para el tema del coronavirus, como en el renglón de medicamentos (de última generación) así como en la especialización del mayor número posible de asistentes, enfermeras y médicos, escenarios todos ellos que nos permitan estar preparados tanto hoy como en el fututo, para lo actual y los posteriores escenarios que en materia de salud pudieran presentarse.
Representaría un clara e insalvable irresponsabilidad, que tanto los actuales gobiernos municipales, estatales y el federal, asumieran actitudes triunfalistas y con ello “bajaran la guardia” al adoptar el criterio que ya inicia su esparcimiento en el núcleo social y gobernante, de que “hemos triunfado” frente a la amenaza pandémica, cuando en realidad no hemos definido con toda puntualidad y claridad el cómo deshacernos del virus, e incluso persisten los contagios e incluso pacientes en estado de gravedad así como fallecimientos originado por lo mismo.
Por el momento la amenaza persiste, tal es la información realmente confiable, por ello el colectivo social (incluyendo a las autoridades y al sector médico) no deben ignorar nuestra realidad, porque el optimismo aliente el espíritu de lucha para subsistir, pero parte de lo esencial es apegarnos a los avances de la ciencia médica, así, las conductas apropiadas para salvaguardar nuestro bienestar y, en tales contextos la capacidad y eficacia de las autoridades se convierte en insustituible.
Lo que se lee
Muchos aseguran que los asaltos a unidades del transporte de carga, en lugar de disminuir se han multiplicado, referencias provenientes de los profesionales del volante, que bien pueden atestiguar los reporteros de medios informativos, hechos que cotidianamente invaden los espacios de la radio, la televisión, los medios impresos y de manera masiva las redes del Internet, apuntes en los cuales se advierte (al igual que en lo referente a sanguinarios hechos de violencia) que la política de “abrazos, apapachos y no balazos” definitivamente constituye uno de los fracasos más notorios del actual régimen gubernamental.
Es indudable que los cuerpos de seguridad en el territorio nacional, detentan uno de los más significativos fracasos que habrán de ser imborrables en la historia de hoy y hacia el futuro, lo que deberá ser útil para que administraciones gubernamentales posteriores evalúen los yerros cometidos, mismos que de acuerdo a las estadísticas y las notas informativas, forman parte de un pasado y un presente desilusionante para los mexicanos, así como lamentable precisamente para quienes en los espacios gubernamentales, son señalados como ineficientes en lo relativo al renglón de seguridad…
¿Hasta cuándo se entenderá en los palacios municipales, en los despachos de gobernadores y en el mismo Palacio Nacional, que sin seguridad no existe bienestar y mucho menos satisfactoria prosperidad.
Lo que se ve
Nadie que registre claro conocimiento sobre el historial operativo (en sus diversas fesetas) del hoy Instituto Nacional Electoral, incluyendo en ello a muchos que como candidatos perdieron la elección, se atrevería a iniciar campañas de desprestigio en contra de dicho organismo, que para los buenos mexicanos constituye un ejemplo de honorabilidad, por lo que obviamente ésos mismos ciudadanos (de alguna forma) dejarán huellas en la historia en las cuales quedará plasmada la injusticia y los velados intereses de las autoridades y políticos que han intentado (y lo siguen haciendo) enlodar la imagen de eficacia y respeto al voto ciudadano, que los organismos electorales mexicanos han reflejado y representan para validar la vida democrática de los mexicanos.
Habrá en el fututo inmediato, quienes escriban con apego a la verdad sobre el lado obscuro que en la actualidad asecha al INE, escenario que en muchos núcleos de mexicanos está generando tanta indignación como desconcierto.
Lo que se oye
Muchos son los veracruzanos que se preguntan ¿hasta cuándo practicar el uso del “cubre-boca”?…
Al mismos tiempo otros responden, que el “cubre-boca” debería de ser utilizado permanente y en términos de obligatorio, para muchos “políticos parlanchines” de los cuales: Unos hablan disparates, lo que pareciera que en últimas fechas se viene incrementando, sin dejar de reconocer de que, “los hablantines” regularmente no utilizan argumentos cimentados en la realidad, sino que son mayormente apegados a los sueños y con frecuencia a “las pesadillas”….
Disfrute Usted de un excelente día.