*Horarios de funcionarios
*Recuperar lo perdido
*El respeto “se gana”
Los enfrentamientos armados con saldos de impresionante número de muertos y lesionados (como el recientemente registrado en tierras michoacanas) constituyen parte del pan de cada día en el territorio nacional, escenarios que conforman un claro reflejo de que, en materia de seguridad pública “los programas transformadores” no han resultado en nada afortunados frente a los notorios asaltos, asesinatos, extorciones y secuestros que se registran cotidianamente en diversos espacios del territorio mexicano.
Por sí solos, está claro que los panoramas de preocupación y temor que se han venido cultivando “exitosamente” por grupos delictivos, deja en claro que el colectivo social mexicano registra ya no sólo cotidiana angustia, sino permanente preocupación frente al panorama de elevada violencia que, de hecho, ya forma parte “de los usos y costumbres” a los que hemos sido sometidos, ante la inocultable ineficacia que en los renglones de seguridad y bienestar reflejan, por sí solos, las respectivas instancias gubernamentales.
Ha quedado claro entre la colectividad mexicana, que la argumentación gubernamental actual, no ha variado desde sus inicios en calificar a la violencia en México, como una herencia que nos fue legada por administraciones anteriores, o sea, que del espantoso panorama delictivo que hoy vivimos “solo el pasado es el culpable” tratándose con tales definiciones de encubrir la ineficacia que en tan delicado renglón, se ha reflejado por parte de las estructura gubernamental actual.
Los mexicanos (se debe insistir) tienen claro que la actividad delictiva no es tema nuevo en el territorio nacional, pero ello no exculpa, sino que inculpa a las actuales autoridades municipales, estatales y federales, quienes por su ineficacia, se transforman en copartícipes de irresponsabilidad e incompetencia en materia de seguridad, porque hemos llegado a lo que sucedió en un velorio en tierras michoacanas y en otros escenarios oaxaqueños e incluso veracruzanos, en los que hechos violentos dejen como saldo numerosos muertos y heridos, panoramas que por sí mismos refieren que transitamos en México por escenarios de terror, que en lugar de tender hacia su decrecimiento se están acrecentando, referencias que por sí mismas tienen que ver con significativa ineficacia en los espacios gubernamentales.
Lo que está claro es que no se puede tapar el sol con un dedo.
Lo que se lee
En sus acostumbrados mensajes mañaneros el Presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, presume que su actividad laboral al frente del Gobierno Mexicano alcanza las 16 horas diarias, horario que definitivamente también se registra entre muchos de los integrantes de los medios de comunicación, en los cuales incluso se sobrepasa en ocasiones ése número de horas laborales, solamente que se cumple con dichas jornadas sin disponer de los auxiliares, equipos y personal que tiene a su disposición un alcalde, un gobernador o un presidente de la república.
Lo que se ve
Se refiere al interior del Gobierno Federal, que se va a elevar la eficacia en los sistemas de salud pública y otros más como el educativo y el de vías de comunicación, sobre lo cual muchos mexicanos pensarían en que, con la sola restitución de los niveles de atención que antes existían en programas, como el destinado al auxilio de niños agredidos por el cáncer, al tiempo de cumplirse con la promesa de superar la obscuridad reinante en materia de seguridad pública, así como recuperar el derrumbe en los últimos años de la actividad laboral, sin dejar atrás la emergencia financiera ante el retroceso en los diversos renglones productivos, la población resultaría en realidad más que alentada, sobre todo ante el preocupante declive en renglones de servicios y bienestar productivo, desplome que claramente advierten los mexicanos, porque ello precisamente ha lastimado de manera aguda a diversos sectores de la población.
Ciertamente resultaría significativamente saludable para beneficio de todos los mexicanos, que rescatáramos en renglones de productividad y servicios, lo que se ha retrocedido en el transcurrir de los últimos años…
En algunos niveles de la población ha surgido la tibia esperanza o posibilidad, de que en las últimas intervenciones, el Gobierno de la República refleje cierto conocimiento sobre el decrecimiento productivo… Siempre será positivo corregir rumbos y recomponer entuertos, sobre todo en los espacios de la responsabilidad gubernamental, pero para ello primero se rrequiere reconocer los yerros y tener la voluntad requerida para corregirlos apropiadamente.
Lo que se oye
Se afirma en espacios legislativos del Estado de Veracruz, que con los renglones legaloides sobre lo referente a “ultrajes a la autoridad” se busca crear el ambiente de respeto que debe privar por parte del colectivo social, hacia las instituciones y los funcionarios públicos, incluyendo obviamente a los legisladores.
Se olvida en los espacios de la función pública, que el respeto hacia todo funcionario público “se gana” (así, entre comillas) con la honorabilidad y reflejos de eficacia por parte de quienes son depositarios de los espacios gubernamentales, que son los primeros que con recurrencia y como resultado de su prepotencia, son ajenos al interés de los ciudadanos, tanto así que actúan primordialmente en beneficio del núcleo partidista al que pertenecen y raramente no en favor del desarrollo integral del país, el estado o el municipio al que representan… Pero ya abordaremos el tema con mayor amplitud.