En la tercera semana consecutiva, el poder judicial de Veracruz es manantial inagotable de notas periodísticas, la mayoría insertas en el rubro negativo, palomeadas con tinta roja que enciende las alarmas.

Inés Isabel Romero Cruz enfrenta en forma tempranera la vuelta de tuerca del aforismo relacionado a los carniceros de hoy serán las reses del mañana.

Muy pronto, muy crudo, descarnado pero real.

Quizá en los soliloquios matinales, en los días en los que el apetito se aleja, correteado por las presiones cotidianas, como la magistrada lo platicó ante sus pares en una encerrona que trascendió el anonimato, Isabel Inés se preguntará de donde parten los obuses que la torpedean, en campaña perfectamente orquestada para que de el pantoque y la embarcación haga agua.

¿Serán los enemigos enquistados, sembrados por quienes sirvieron al yunato? Esta sería la hipótesis más lógica de los ataques recientes.

¿Serán los de casa, quienes desean cerrar su servicio profesional de carrera con un diploma en su biblioteca, testigo de papel sobre su paso en la presidencia del poder judicial? Quizá. La pirámide de Maslow que en su basamento 4° que se refiere a las necesidades de estima o reconocimiento, como la confianza, la independencia personal, la reputación o las metas financieras.

En esta lucha sorda, mediática, por el poder de la presidencia del Tribunal Superior de Justicia, los adversarios de la magistrada Inés Isabel Romero Cruz se han quitado las máscaras, blandiendo el cuchillo que antes ocultaban en la toga; como el caso de Concepción Flores Saviaga.

Flores Saviaga acusó a su presidenta de ser incapaz de defender sus derechos salariales, porque además de ser inconstitucional, no resuelve el problema económico del Tribunal Superior de Justicia del Estado; además, consideró que la presidenta, Isabel Inés Romero Cruz, debería presentar su renuncia porque no ha sabido defender la autonomía del Poder Judicial.

He aquí el 5° elementos, la punta de la pirámide de Maslow que refiere necesidades de autorrealización: “Este quinto nivel y el más alto solo puede ser satisfecho una vez todas las demás necesidades han sido suficientemente alcanzadas. Es la sensación de haber llegado al éxito personal”, refiere.

Y en el ‘a Dios rogando y con el mazo, dando’, algunas informaciones exhiben que Isabel Inés Romero Cruz engordó la nómina del poder judicial con la contratación de 158 colaboradores que le cuestan a los veracruzanos 2 millones de pesos al mes.

“Las contrataciones efectuadas tras el arribo de la magistrada significaron un desembolso mensual de unos 2 millones 400 mil pesos; algunos puestos se destinaron a distintos juzgados”, escribió José Topete, en la agencia Al Calor Político.

“De continuar percibiendo estos sueldos, los trabajadores que comenzaron con Romero Cruz significarán un gasto anual cercano a los 30 millones de pesos, sin considerar prestaciones”, reportó la nota periodística, que contraviene el discurso de austeridad y ahorro festinado en sendos comunicados de prensa.

“Igualmente contrató como chofer del Tribunal Superior de Justicia a Jorge Adonar Azcoitia Grajales con un sueldo de 21 mil 600 pesos y como cocinera del Tribunal a Irma Patricia Guerrero López por 15 mil pesos mensuales”; todo exceso es mucho, dirían los campechanos en su lógica de ver la vida.

Minucias presupuestales aparte, total, es dinero del erario, lo cierto es que la presencia, ausencia y dislates de la magistrada Isabel Inés Romero Cruz es muy notoria, demasiado, habida cuenta que en política sigue vigente la regla que indica que hay tiempos se sumarse, pero también tiempos de sumirse.

Cuando el gobernante ve en la síntesis periodística entregada a pie de cama, la notoriedad periodística de un poder vecino en esta trilogía llamada Veracruz, pues se intolera, lanza manotazos al aire, mienta madres, toma decisiones con el estómago vacío.

Y esto es peligroso.

… de otro costal.

En el estado de Veracruz circulan ya, por lo menos, cinco variantes nuevas del Coronavirus inicial llamadas: Alpha, Gamma, Delta, Épsilon y Lambda, las tres primeras consideradas preocupantes por la Organización Mundial de la Salud (OMS), reconoció el secretario de Salud, Roberto Ramos Alor.

En el último corte sobre el estado del virus Covid-19 y las acciones de prevención y combate en Veracruz, presentado anoche, informó que el Instituto de Diagnóstico y Referencia Epidemiológicos (InDRE) confirmó en los estudios enviados por el Laboratorio Estatal de Salud Pública.

Roberto Ramos Alor explicó que la OMS efectuó la siguiente clasificación de las variantes: Preocupante: Alpha, Beta, Gamma y Delta; y De Interés: Épsilon, Zeta, Eta, Theta, Iota, Kappa y Lambda.

El titular de Sesver pidió a la población no caer en el pánico de la desinformación pues se trata de un proceso normal en los virus el evolucionar conforme pasa el tiempo, “las mutaciones son algo normal o natural”.

La tercera ola es una realidad, estamos metidos en el ojo del remolino.

A cuidarse con medidas más extremas, este es un asunto de responsabilidad personal, no de políticas gubernamentales.

Entendámoslo así.