+ Nadie se resiste a mirarlo en Paseo de Las Palmas
Xalapa, Ver. – Chicos, grandes, hombres, mujeres, ricos, pobres… Nadie fue ajeno a la belleza de este Guayacán, ubicado en Paseo de Las Palmas.
En un carril ocasionó tráfico, pues los más tímidos tomaban fotos con sus celulares desde el carro. Del otro lado, el reglamento de tránsito no valió y a medio camino estacionaban el vehículo para bajarse y, en una imagen, dejar para la posteridad ese momento.
Hace unos días que el árbol estaba en botón, pero el rico sol de esta semana hizo que sus flores formaran unos enormes pompones que asemejan al astro rey.
Hace 3 años comenzó a causar furor en Xalapa, al menos, fue cuando se viralizó. El año pasado poco floreció y por eso alguien, este 2025, le puso un moño rojo, por aquello del mal de ojo; y alguien más se preocupó porque este Araguaney (nombre que recibe en Sudamérica) siempre tenga un “poco agua” a cambio de una foto.
La mamá le quitaba los lentes a su peque para que se viera más guapo. La amiga paraba la pompi para salir más sexy en la foto. Había quienes solo querían captar la hermosura del árbol. El papá le sacó una pic a su hijo de esas de “como que no me doy cuenta”. A los novios no les quedó de otra que una selfie.
Casi todos levantaban la vista; solo una niña reparó en la preciosa alfombra amarilla que estaba a sus pies y comenzó a recoger las flores para después asemejar una lluvia amarilla digna de los talismanes del escritor colombiano, Gabriel García Márquez.
Me detuve para hacer lo mismo que todos, sin embargo, mientras esperaba me percaté del precioso fenómeno social que estaba viviendo y preferí sentarme.
En esos momentos, todo giraba en torno a un árbol amarillo. Esas destellantes flores nos sensibilizaron. Sin conocernos, nos sonreíamos, disfrutábamos la vista, compartíamos y nos decíamos “¡qué bello, ¿verdad?!”. Incluso nos dábamos el tiempo para tomarle foto a ese que quizá cuadras atrás le habíamos tocado el claxón.
Esa es la escencia del xalapeño, la que debe aflorar en todo momento para hacer de esta ciudad, una mejor ciudad.
Porque como dijera el poeta chileno, Pablo Neruda:
Polvo somos, seremos.
Ni aire, ni fuego ni agua
sino
tierra,
sólo tierra
seremos
y tal vez
unas flores amarillas.