Inaugurado en 1977, el Centro Nacional de Arte y de Cultura Georges Pompidou, soprende a los franceses por su arquitectura atípica. En efecto, el edificio creado expresamente para este centro busca romper con la solemnidad asociada a las instituciones culturales.

Su estructura metálica es muy visible y fácilmente identificable. Las escaleras de acceso a los diferentes niveles son aparentes y parecen suspendidas en el aire. Protegidos por un tubo de vidrio, estos accesos mecánicos se asemejan a gigantescas orugas. Las canalizaciones de alimentación en aire y agua, representadas respectivamente por los tubos azules y verdes, son también aparentes.

Esta estética vanguardista no fue del gusto de los parisinos al momento de su inauguración. Es cierto que el ojo acostumbrado al clasicismo de la arquitectura parisina rechaza, en un primer momento, esta estructura contemporánea. Conforme pasa el tiempo nos hemos ido haciendo a la idea de que el edificio del Centro Georges Pompidou resulta finalmente muy interesante.