El altísimo techo del restaurante “l’Ephemer” le confiere una apariencia de catedral en la que los amplios espacios están inundados de luz gracias a los ventanales de la fachada. La decoración induce a la serenidad, pues el azul añil y el gris son los colores dominantes del depurado mobiliario.
El menú, compuesto de entradas, platos fuertes, quesos y postres, utiliza productos locales, cocinados de manera muy ligera, con muy poca grasa y acompañados con vegetales de la región. Una de las entradas que mayor éxito tiene es el trío de ostras, acompañada cada una con una salsa diferente. Entre los platos fuertes se encuentra una paletilla de cordero con hongos que despide un aroma delicioso. Nuestro postre favorito es el dúo de melones con menta, dulce y perfumado.
Si esto no es suficiente, se puede también pedir el plato de quesos como el camembert, el livarot o el Pont-l’évêque, todos hechos a partir de leche de vaca, pues estos rumiantes son el orgullo de Normandía, la región donde se encuentra el restaurant “l’Ephemer”.