Fundada en el siglo IX, la iglesia de Agia Paraskevi se localiza en la ciudad chipriota de Yeroskipou y ocupa el lugar donde se erguía, en la época griega antigua, un templo a la diosa Afrodita.
Se trata de una basílica ortodoxa compuesta por varias cúpulas y tres naves, construcción específica de la isla de Chipre, por lo que constituye una atracción turística importante de dicho país.
El interior se encuentra cubierto de magníficos frescos de la pasión de Cristo de más de mil años de antigüedad, protegidos por los muros exteriores de casi un metro de espesor, lo que explica su excelente grado de conservación.