El Instituto Nacional de Jóvenes Ciegos forma a los niños invidentes franceses para facilitar así su inserción en la vida activa. Fundada en 1785, es la primera escuela para discapacitados visuales en el mundo. A lo largo de su historia ha contado con alumnos excepcionales como Louis Braille, el inventor de la escritura que lleva su nombre y que está constituida por puntos en relieve que se leen de manera táctil.
Situado en el Séptimo distrito de París, su magnífico edificio cuenta con una capilla neoclásica, bordeada por columnas iónicas y dotada de un imponente órgano.
En este contexto se llevan a cabo conciertos de piano que tienen la particularidad de usar la luz de las velas y excluir la luz eléctrica. La música y la iluminación crean un ambiente muy particular, mismo que estimula los sentidos de la vista y el oído e invita a la introspección.