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VENGO DEL RIEL

Columna Acertijos de Gilberto Haz

El tren pasa primero, según Poniatowska. Camelot.

Vengo de la tierra del riel, de Tierra Blanca, donde había gran terminal de trenes con Casa Redonda y Talleres, que en esa zona solo tenían en Matías Romero y Tierra Blanca. De chamaco fui testigo de la huelga de ferrocarriles en todo el país, orquestada por dos buenos dirigentes sindicales, Demetrio Vallejo y Valentín Campa. Fui testigo, porque mi padre operaba en la gerencia de la estación de radio XEJF del pueblo, cuando en plena huelga llegó el Ejército Mexicano y se apoderó de la radio y en la cabina pusieron a un soldado en cada hijo te dio, para que el locutor no se alebrestara y se pusiera a tirar odas a la huelga.

Nada pasaba. Lo curioso era que todos los locutores trabajaban en ferrocarriles del pueblo. Las mujeres, valientes adelitas, cuando los maridos tenían que echar a andar las máquinas, se tiraban en las vías.

Los que vivían del otro lado de las vías, no pasaban sin un salvoconducto de los militares, tenían temor a un sabotaje.

Así funcionaban aquellos viejos y eficientes ferrocarriles, con el trabajo de todos los ferrocarrileros, entre ellos mi padre, Enrique Haaz Pavón, que desde las oficinas algunas veces íbamos a ayudarle y ahí veíamos como controlaban el paso de los trenes en toda la zona. Eran una maravilla. Con métodos  antiguos rara vez fallaban.

Ha llovido desde aquel 1959, cuando una mañana les vi caminar por la entrada del pueblo, a Demetrio Vallejo y Valentín Campa, dirigentes honestos que lideraban aquella huelga cuando el presidente López Mateos utilizó la represión y tuvo que encarcelarlos y llegaron los llamados charros sindicales.

Les dieron tres días. El que no regresaba perdía el trabajo y su antigüedad.

Vallejo y Campa pasaron 11 años en aquel Palacio de Lecumberrí, que era una cárcel aunque le llamaran Palacio.

ESOS ACCIDENTES

Rememoré un poco la niñez de mi pueblo, porque en aquel tiempo también había accidente, pero eran muy raros, los maquinistas y fogoneros y personal eran truchas. Eso sí, al maquinista la antigua PGR lo detenía para averiguaciones, pero de allí no pasaba, casi nunca ellos iban tomados ni nada por el estilo.

No había redes sociales, pero aquí ahora el Tren Inter oceánico descarrilló en Oaxaca y la noticia de 13 muertos se estuvo escondiendo, hasta que ya no pudieron más.

Enseguida las redes denunciaron que uno de los hijos de AMLO había sido el constructor y operador financiero de esa obra.

Otros culparon a los Marinos y señalaban qué demonios hace la Marina controlando aeropuertos y trenes, cuando su trabajo es otro, esto es para los civiles, pero así lo decretó el Patrón AMLO y ni modo que Morena no le haga caso.

En todo el mundo hay accidentes de trenes, seguro, yo recuerdo uno lamentable en España en el tren de Alta Velocidad (AVE), pero terminó siendo error del maquinista, no del pésimo estado de las vías, que aquí señalan que el primer descarrillado fue la máquina principal.

Habrá muchas notas y especulaciones, pero esos 13 muertos y 98 heridos, deben ser indemnizados  y enviarles a las familias un descansen en paz.

Al parecer la presidenta Sheinbaum va para allá. Qué bueno.

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