El frenesí desbocado por aparecer en las barajas de la sucesión veracruzana, ha hecho chuza, desdibuja jerarquías, rebasa autoridades, destroza liderazgos armados fast track, en la tómbola lopezobradorista del 2018.
En Veracruz el descontrol es total.
Nadie hace caso a nadie, a un año seis meses de la salida del maestro Cuitláhuac García Jiménez, sus operadores políticos, los invitados al banquete sexenal, empezaron a patear la mesa en una cena de negros.
Las encuestas a modo, confeccionadas en la calentura pre electoral, auspiciadas por el ansia de abandonar el barco para ir en pos de la permanencia del hueso, van de lo risible a lo caricaturesco.
Los actores políticos que en casi 5 años han cosechado más negativos que aportaciones a la estabilidad del estado, preparan un apetitoso caldo antes de hacerse de la gallina.
Todos son ganadores, todas son carismáticas, todos se dicen dispuestos a seguir la triada ideológica del no robar, no mentir, no traicionar al pueblo; inmolarse para asegurar la perpetuidad sexenal de la cuatrote.
Estos apóstoles de palabra ordenan sembrar espectaculares por todos los caminos de Veracruz, sus patrocinadores anónimos afean el paisaje con bardas alusivas a sus raíces, preparación o vocación, mientras el estado se cae a pedazos.
Viven su propia realidad.
Los arcos de Palacio de Gobierno, con las puertas de acceso encadenadas para que el pueblo que dicen defender, por el que se descamisan y desgañitan, se han convertido en espacio para los artesanos hippies que venden collares de obsidiana o cuentas de ámbar, para los músicos callejeros que persiguen una caridad a cambio de su talento, de gitanas que leen las palmas de las manos de los transeúntes a cambio de unas monedas, vendedores de café orgánico y vinagre de sidra de manzana; todo un paisaje fantástico y holístico.
Los lustradores de calzado matan las horas viéndose unos a otros. Los clientes que llegaban al parque Juárez a darse bola antes de ingresar a una oficina de gobierno, han desaparecido.
Cuando ven a alguien de traje y corbata cruzar el espacio público, piensan que es un artista o cantante famoso.
Las cosas han cambiado.
Los funcionarios del pueblo son austeros en el habla y en la vestimenta, no vaya el pueblo a pensar que son corruptos, que se roban el dinero de las arcas públicas como antes lo hicieron priistas, panistas o perredistas. No.
Las manifestaciones en la Plazoleta Lerdo languidecen, se extinguen con el paso de los días porque nadie sale a palpar la realidad social, las madres que buscan a sus hijos e hijas desaparecidos, los luchadores sociales, las expresiones de una sociedad buscan solidaridad, sororidad y voz multiplicadora en el café La Parroquia.
El espacio público es un páramo donde nadie ve, donde nadie escucha.
Compran ranchos, ordenan pavimentar los caminos de acceso a sus fincas, se han vuelto, en el anonimato, off course, propietarios de flotillas de automóviles de lujo, departamentos y residencias.
Sin embargo, la imagen externa es de austeridad.
Representan la aristocracia del barrio, como dice Serrat, tahúres, supersticiosos, charlatanes y orgullosos.
Qué se va a hacer, si ha de haber gente pa’ todo.
… de otro costal.
La liberación de los padres de Monserrat Bendimes Roldán, estudiante de la Universidad del Valle de México, en Boca del Río, golpeada y empujada por las escaleras por su novio Marlon Botas, el 17 de abril de 2021, y quien murió a consecuencia de la golpiza, abre otra ventana para la reivindicación de las 25 mujeres legisladoras de la 65 legislatura veracruzana.
Es tiempo que la mitad del legislativo veracruzano empuje, reclame y se rebele al machismo imperante.
Deben las diputadas aprovechar el momentum.
Deben escribir su propia historia, dejar la vestimenta de juanitas que les endilga Juan Javier Gómez Cazarín.
Ahí está la iniciativa Monse.
La llamada Ley Monse fue una iniciativa que la colectiva Las Brujas Del Mar puso en la mesa del legislador. Está hecha para fincar responsabilidad penal a quien encubra o participe activamente en un delito.
La Ley Monse se trata de una iniciativa de Decreto que reforma los artículos 26, fracción II, 345 párrafo primero y la fracción II; y deroga la fracción III del artículo 345 del Código Penal, la cual tuvo origen con el feminicidio de Montserrat, y por el cual señala como el presunto responsable a Marlon Botas, novio de la joven mujer.
Todavía les queda tiempo a las mujeres legisladores para alzar su cántico de sororidad más allá del discurso, aún pueden aplicar la justicia, aún tienen chance de no pasar desapercibidas en una de las legislaturas más grises que se han materializado en Veracruz.
Rompan todo, cabildeen, legislen, alcen la voz, tomen la tribuna, atajen con hechos el machismo, ser agachadas también es sufrir violencia, así esta esté disfrazada con una oficina, asesores y una mullida curul habilitada con tres botones, verde, rojo y blanco, para votar desde la comunidad del asiento legislativo.