La Patrona, Municipio de Amatlán de los Reyes, Ver.- El fenómeno migratorio nunca se va a detener; no todos los migrantes son malos; es más lo que nos puede enriquecer sus culturas, costumbres y gastronomía que lo que puedan dañar a un país al que ingresan. Ayudar al migrante es una labor de generosidad, tiene que ver con la justicia, igualdad y respecto a sus derechos humanos, precisan el sacerdote Julián Verónica y Lidia, mujer oriunda de Cuichapa e integrante de Vive Migrante.
Reunidos en la vivienda de una de las mujeres que integran desde hace años el grupo de ayuda a miles de centroamericanos procedentes en especial de Honduras y Guatemala que cruzan la congregación de La Patrona rumbo a la frontera norte del país, señalan que el objetivo básico es dar alimentos, albergue a quien lo requiere y atención médica a los que llegan enfermos al albergue ubicado en la casa de la señora Clementina y don Julio quienes apoyados por sus hijas brindan un techo y un hogar donde descansar y sanar las heridas de sus maltrechos pies por tantos kilómetros de caminar y caminar.
El sacerdote Julián Verónica expresa:
La ayuda a los migrante data de hace muchos años y es aportada por mujeres de San Nicolás, Los Ángeles y Cuichapa y se inició en reciprocidad a que ellas tienen a muchos familiares migrantes en la Unión Americana. Después se fueron conformando grupos dentro de la pastoral Social en Fortín, la Lupita y en esta zona.
Su labor consiste en dar de comer a todos los migrantes que pasan en el tren. A este lugar le llamamos comedor de paso. Después la casa de la señora Clementina, de don Julio y sus hijas sirvió para dar albergue a hombres, mujeres y niños que cruzaban la región y la diócesis ayudaba con despensas, ropa, agua y lo que se podía para ser canalizada a través del grupo Vive Migrante.
Señala que el paso de migrantes que viajan por tren ha disminuido significativamente en los últimos meses.
Siguen llegando a pie porque saben que aquí encontrarán ayuda como comida, un lugar donde descansar y ropa y aunque están unos días siguen su camino hacia la frontera norte.
Mencionó que se espera que en las próximas semanas aumente el cruce de centroamericanos que en especial proceden de Honduras y Guatemala por las caravanas que se encuentran en estos momentos en Tapachula.
Narra que en la primera caravana cruzaron alrededor de 7 mil personas y se les atendió. Muchos se quedaron en esta casa y en otras de los alrededores. La última caravana la hicieron por tráileres, camiones y autobuses.
“Los albergues en Tapachula, en especial el albergue Belén, están recibiendo muchas personas”.
“En ocasiones hemos sido rebasados por completo porque no podemos asistirlos a todos”.
Expresa que el ayuntamiento de Córdoba fue esencial para ayudar en la primera caravana y nos brindaron las instalaciones para que pudiéramos dar esa ayuda.
Lidia, una señora originaria de Cuichapa manifiesta que “el éxodo de migrantes no va a parar. Primero fue por tren ahora son las caravanas”. “Cuando inicio con fuerza la migración fue en 2012 y 2013 pero fueron poniéndoles muchas barreras a los migrantes para trasladarse por tren. Luego fue por autobuses no les pedían identificación y ahora sí”.
Lidia abunda en su intervención durante la entrevista:
“Hay maltrato por parte del gobierno; violaciones a sus derechos. No es con violencia con lo que se va a detener esta migración sino con paz. Todos somos seres humanos que sabemos entender. No por unos migrantes que hacen el mal van a pagar todos”.
“Vive Migrante les ayuda con comida, hospedaje, medicinas. Se han quedado hasta 15 y 20 días, dependiendo su situación, vienen con niños”.
“Nos tocó el caso de un niño con síndrome de Down. El caso lo atendió la parroquia de Amatlán. Venía con fiebre, muy mal. Son situaciones en que no puedes decirle que estén unos días y se vayan sino hasta que sane el enfermo”.
Menciona que hay empresas que los ayudan como Chedraui de Plaza Crystal que les dona pan, pasteles y la ayuda se trae aquí.
Sentencia:
“Las caravanas van a seguir. Nada los ha detenido. Han sufrido maltrato; han sido mutilados por el tren; desaparecido en el territorio mexicano y nada los detiene. Lamentan que fueron engañados por el gobierno federal que les prometió asilo, pero todo cambio por la política de Trump”.
Refiere que las enfermedades típicas de ellos son fiebre, dolor de huesos, gripas, pero se trabaja con el grupo de Salubridad. El sector salud los revisa para estar al pendiente de los migrantes que se quedan por estar enfermos para detectar si ellos portan alguna enfermedad de riesgo.
“Llegan con los pies muy lastimados, se acaban los tenis, pero no traen enfermedades de alto riesgo”.
“Deshidratación, nervios destrozados por el acoso y persecuciones que sufren, agotamiento, etc.”
Por su parte el padre Julián Verónica manifiesta:
“Estados Unidos de América se ha enriquecido con las culturas, costumbres, gastronomía, formas de vida de miles de migrantes que arriban no solo a EUA sino también a México”.
“La llegada de españoles, italianos, alemanes, argentinos y otros no ha afectado la vida de los mexicanos y mucho menos la de norteamericanos, por el contrario, ambos países se han enriquecido con esto”
“En este sentido la
presencia de nuestros hermanos migrantes nos ha beneficiado de diversas maneras”.
La situación que se vive en otros países es todavía mucho más grave de la que
vivimos aquí, externa el cura.
“Creo no nos moriremos de hambre si llegan hermanos de otras partes porque siempre habrá para todos; si hubiera distribución de los bienes de manera justa, equitativa, no habría porque pelear ni estar pensando que nos quedaremos sin la comida de todos los días, al contrario, cuando haya mejor distribución de los bienes, aquellos que hayan acaparado lo que es de todos, alcanzará”.
Concluye:
“El tema del migrante tiene que ver con la justica, la equidad, la igualdad y de respeto a los derechos humanos de todos; no tan solo es trabajar por los migrantes sino trabajar por nosotros mismos”.