*Temerario retorno a clases
*Los López “electoreros”
*Atentados contra el INE
Notables expertos integrantes del Instituto Global de Ciencias de la Salud (UGCF) han denunciado ante la comunidad científica internacional, el que se advierten notorias fallas en las gestiones de emergencia ante la pandemia, registradas en México por los responsables de diseñar las estrategias para atemperar los efectos mortales del coronavirus, tarea que obviamente fue absorbida por las autoridades federales, bajo instrucciones precisas y cotidianas del Presidente Andrés Manuel López Obrador, a los que se agregan su equipo de colaboradores en renglones de salud pública y de procesos de emergencia.
Los apuntes sobre las evaluaciones en cuestión, refieren que se pudieron haber evitado cuando menos 100 mil muertes de mexicanos afectados por el coronavirus, si para ello se hubiera actuado con la oportunidad y la eficacia médica requerida al afrontar la pandemia, escenarios de ineficacia que lamentablemente por inexperiencia y desconocimiento de los hechos, así como por la ausencia de programas de emergencia apropiados, dieron como resultado que el territorio mexicano se convirtiera en uno de los escenarios de mayores niveles porcentuales de mortandad, cifras que se encuentran claramente confirmadas por las propias autoridades de nuestro país.
Como es natural y obviamente lógico, con el paso de los días y meses afectados por la demoledora pandemia, las evaluaciones serias y sostenidas al amparo de “datos duros” que reflejan la realidad, son indicadores contundentes de que en México no se ha registrado un afortunado programa para afrontar con mayor eficacia los efectos pandémicos, de tal manera que los daños tanto en lo relativo a espantosas pérdidas de vidas, como en número de contagiados y ya no se diga en efectos colaterales como lo son las preocupantes afectaciones económicas, constituyen un escenario de rangos elevadamente dramáticos para la población.
Y en ésos marcos de clara incompetencia, se agrega una permanente campaña de versiones oficialistas ajenas a la realidad, pero que lamentablemente registra como receptores a numerosos ciudadanos que carecen de información confiable, los que se convierten en núcleos sociales cotidianamente manipulados en los escenarios del sector gubernamental, que incluso y pese al proceso electoral en marcha, altera normas y formas con la finalidad de persistir en el estilo de “un sistema gobernante” que violenta las leyes electorales mexicanas, para continuar otorgando vigencia cotidiana a la promoción de campañas descalificadoras, que originan incertidumbre en el seno del colectivo social mexicano, incluyendo los lamentables escenarios generados por la pandemia.
Obviamente que las referencias reprobatorias expuesta en los escenarios del Instituto Global de la Salud, en torno a los yerros registrados en el territorio mexicano, mismos que han dado curso no sólo a elevados niveles de contagios sino a una preocupante y lamentable tendencia mortífera, habrán de ser desmentidos por las voces oficiales imperantes en el Gobierno Transformador, tal y como ya ha sido una práctica repetitiva no sólo frente a opiniones originadas al exterior del territorio nacional, sino incluso de frente a los mexicanos que, por experiencia propia, advierten los yerros en el camino.
Indudablemente que muchos son los mexicanos que ya transitan en el tercer año de la actual administración que predica la transformación, mismos que desde mucho antes de captar las calificaciones negativas, recién difundidas en ámbitos internacionales sobre los yerros en programas de salud que afectan a nuestro país, han sostenido el criterio que en materia de seguridad, así como de desarrollo económico y de servicios de salud, el actual régimen gubernamental no ha logrado resultados exitosos, ni siquiera en los mínimamente apropiados, referencia de ello es que la economía nacional ya desde antes de la pandemia advertía estancamiento y tendencia hacia la baja, al tiempo que los problemas de salud originaban dolorosos dramas como los escenificados en torno a los niños agredidos por el cáncer, sin tener a su alcance lo elemental para (por lo menos) encubrir el dolor.
Los mexicanos no debemos ignorar que a la Cuarta Transformación no se le ha dado (pese a encontrarse en su tercer año de administración) avanzar de manera notoria en el renglón de seguridad pública, ni tampoco ha logrado incrementar las fuentes laborales y, por el contrario, los efectos de sus gestiones en espacios económicos han resultado negativos, a lo que se agrega que en el renglón de servicios médicos, los índices de mortalidad se han incrementado, al tiempo que los servicios en lo general han decrecido en calidad y, por lo mismo, en resultados positivos.
Estamos por finiquitar la primera mitad del actual régimen gubernamental federal, y en el caso específico de Veracruz, escenarios semejantes a los arriba citados privan en la administración estatal de los veracruzanos y, por lo mismo nuestros entornos “para nada” podrían ser calificados como esperanzadores, ello incuestionablemente se tiene claro al interior de las estructuras gubernamentales y legislativas, así como judiciales, tanto federales y estatales, escenarios que por sí mismos, apuntan sobre retrocesos socio económicos de elevado y preocupante impacto para los veracruzanos y los mexicanos en lo general.
Hoy y para los tiempos actuales, muchos pensamos en un nuevo “proceso de recuperación” ya no de crecimiento, marcos lamentables en los que la esperanza es tatar de recuperar lo perdido, que en el caso de vidas humanas es imposible, al tiempo que en el renglón de recuperación económica y bienestar social resulta claramente complejo.
Así las cosas, a los gobernantes municipales y estales, así como como al de nivel presidencial, lo que les debería de ocupar, no es la próxima elección sino el cómo lograr lo más aceleradamente la recuperación socioeconómica del país, la que para muchos especialistas requerirá de cuando menos ocho o diez años, lo que nos indica que muchos serán los mexicanos que podríamos ya no contemplar a nuestro país, cuando menos como estábamos antes de la pandemia y la transformación… Ahí la dejamos.
Lo que se lee
Especialistas en el tema pandémico refieren lo que muchos veracruzanos (no expertos en la materia) también sostienen, en referencia a que el retorno a clases presenciales, debe ser calificado como un escenario de significativo riesgo tanto para los maestros y sus familiares, como para los alumnos y de igual forma su entorno familiar y círculo de amistades, todo ello derivado que las características asintomáticas de los jóvenes y pequeños alumnos, ante un factible contagio del cobit-19, representarían un elevado escenario de incontables contagios hacia sus familiares y amistades, escenarios de los cuales (téngalo Usted presente) podrían fincarse responsabilidades precisamente a las autoridades que dispusieron el retorno a clases presenciales.
Incluso ya se registran opiniones del sector magisterial, en el sentido que “el horno no está para bollos” panorama que las autoridades estatales y federales no deberían de ignorar y, por el contrario, prestarle especial atención a lo que la experiencia y la cordura aconseja sobre el delicado tema… Ya veremos el desarrollo de los acontecimientos en el renglón de referencia.
Lo que se ve
En determinados círculos de rangos nacionales involucrados en la actividad partidista y obviamente electoral, en torno al Partido naranja que encabeza el cordobés Dante Delgado, una de las tesis que se comentan, es que “su distanciamiento” de las huestes morenistas podrían representar un mero camuflaje, para que el Partido Movimiento Ciudadano pudiera enfocar sus baterías con la idea de restarle votos al PRI, PAN y PRD, no tanto para obtener victorias electorales en su favor, sino para restarle sufragios a la referida coalición tripartita, favoreciendo con ello las cifras de la corriente gubernamental morenista.
De ser verdad tales estrategias no extrañas en las artimañas electorales, el cordobés de orígenes sureños Tomás López Landeros, no sólo equivoca su estrategia sino que se contrapone a las corrientes panistas, mismas en las que su hermana Lety López se ha encumbrado, escenarios que a la larga podrían registrar un costo político de elevado impacto para la familia en referencia… Pero ya se sabrá en qué termina la historia.
Lo que se oye
La intención en los actuales ámbitos presidenciales mexicanos no es reciente, porque desde los inicios de la actual administración autocalificada como “transformadora” se advirtieron las tendencias de otorgarle otro rostro el Instituto Nacional Electora (INE)… Ello se intenta pese a que el INE abaló un triunfo electoral avasallante de la actual administración federal, que le otorgó al actual sistema “transformador” no sólo la Presidencia de la República, sino el supremo control mayoritario de la Cámara de Diputados y del recinto Senatorial, referencias históricas que por sí mismas reflejan la seriedad y el apego a la legalidad de las autoridades electorales mexicanas.
Y se podría pensar ante los escenarios actuales, en los que desde la Presidencia de la República de manera abierta y sin disimulo se ha emprendido una campaña de desprestigio en contra del INE, que lo pretendido actualmente en las cúpulas del poder nacional, es el cultivar el derrumbe del INE para sustituirlo por un cuerpo con mayor identidad hacia los intereses del Poder Presidencial, que favorezcan la prolongación de los actuales estilos gubernamentales, al margen de lo que por Ley está obligado a cumplir y hacer cumplir el Instituto Nacional Electoral…
¿Cuál sería el futuro de México y la opinión de los mexicanos, si tales objetivos transformadores se convirtieran en realidad?… Ahí la dejamos.