Desde la última clase de matemáticas en cadena televisiva estatal, no habíamos visto al Gobernador de Veracruz, hasta ahora que le acepta la “renuncia” a la señora Arguelles, que porque el heredero andaba de parranda con vehículo oficial y un churrito de mariguana, pura vida. Y la aparición fue por dos, al dar el nombramiento a Diana Aróstegui, como nueva titular de la Secretaría del Trabajo y Previsión Social y Productividad. Le deseamos la menor de las suertes.
Y mientras, el Estado no tiene datos fidedignos de la propagación de la pandemia, el moustro se acerca a una sociedad que camina sola, que enfrenta la pandemia en un revoltijo de decisiones de los servidores públicos en general, el problema principal es con los del sector salud, que tienen la responsabilidad de hacerlo de manera coordinada; por lo menos, mientras el orden no aparece, ya existen amparos federales que protegen a personal médico y de enfermería, que está dentro de los supuestos de senectud, o padecimientos crónico degenerativos, que se encuentran disculpados por instrucción federal, y aquí se lo andan pasando de largo sus directivos.
En algún momento le comenté a un taxista que efectivamente la crisis económica, con la postura del gobierno, no le traería respuestas positivas, sólo para su patrón, el dueño de la concesión, pero no para los choferes, por eso se dan las manifestaciones que vimos hoy en el puerto jarocho, porque la gente identificará de a poco los limitados alcances de la estrategia gubernamental, frente al enorme reto que es levantar una economía de este tamaño.
Y pues esperaremos a que salga el ratón de la ratonera, porque esta claro que no quiere queso, sino salir de ella. Serán meses muy difíciles, más en Veracruz que en aquellos estados en donde los gobernantes sí están intentando dar respuesta a sus gobernados, ¿aquí? Aquí estamos esperando que nos arrolle un tren.
Que doña Verónica se quedará en la Fiscalía General del Estado, ya como la mera mera, y con eso poder realizar un trabajo intenso y coordinado del aparato defensor del pueblo, es que no lo hacía porque no tenía la certeza, pero ahora sí, ya va en serio la cosa.
Cuídese mucho y dígale al vecino que la cosa es seria. Que tampoco se salga.