Tú y las nubes me traen muy loco; tú y las nubes me van a matar, yo pa rriba volteo muy poco, tu pa bajo no sabes mirar…, canción popular.
Buen día apreciado lector:
La mañana del domingo, tras los martirizantes fríos de la temporada; maravillado por el nuevo amanecer, el reportero despertó atraído por la manifestación radiante del Astro Rey en todo su esplendor y la vista y belleza iluminada de nuestra incomparable montaña.
En este para nosotros duro invierno -que a Dios gracias ya se despide y se aleja- desde la tranquilidad del hogar siempre alegra contemplar en toda su majestad al frente y a la luz del sol, la peña impresionante del Cofre de Perote.
El reportero tenía apagado el celular, pero la costumbre periodística de la alerta motivó a encenderlo y a percatarse de preocupantes mensajes por la caída incomprensible en El Lencero de un avión ejecutivo de la fuerza aérea.
Qué duro caray y qué tristeza por los fallecidos y sus familias.
El triste detalle trajo a la mente del reportero que en las tareas del periodismo volar en avión desde El Lencero no es muy común y menos a finales de los setenta cuando, uno llegaba de la provincia.
Pero, no es por presumir; cuando después de los inicios de voceador en el pueblo, con todas las carencias y sacrificios, la capacidad, la preparación y la buena suerte permitieron el ingreso en 1976 y de ahí la consolidación del oficio, en el mejor periódico de Veracruz, el Diario de Xalapa.
Por esos tiempos el gobernante en turno, ranchero al fin, gustaba desplazarse a caballo por el territorio, pero el siguiente, moderno economista, sin mucho ruido empezó a usar los aviones y fue precisamente cuando uno por méritos propios ganaba el derecho a ser “el reportero se la fuente política” en el periódico de cinco estrellas; nada menos que el mejor de la capital y, por ende, del estado de Veracruz y así claro que se volvió el más volador de los periodistas veracruzanos.
De 1980 a la fecha entre sustos y alegrías este humilde reportero acayuqueño, además de viajar por tierra, voló muchísimas veces con gobernadores, líderes del congreso y del poder judicial, servidores públicos, empresarios, en vuelos privados y comerciales a diversos lugares del estado y del país, a Estados Unidos y Europa y Dios le permitió trepar a vehículos y aeronaves desde avionetas a jets, privados, oficiales y comerciales; ir y regresar con bien, de día y de noche, con muchos riesgos, sustos y muchas satisfacciones, se insiste, pero siempre con el propósito de servir, de informar, de hacerlo bien; de ser enlace entre la sociedad y los gobiernos en una trayectoria de más de 44 años de trabajo y a Dios gracias nunca se cayó.
Es un gran orgullo, pero por supuesto lamentable que se pierdan vidas de esta manera. Tenga el lector paz y armonía en su hogar. Ya viene la Primavera.