La Tijera

La Defensa de Córdoba el 21 de Mayo de 1821

+ Córdoba y la Independencia de México

Para la presente publicación la fuente de información narrativa de la que se sustraen párrafos es del diario del padre José Domingo Isassi González, reseña de 1827. Historiador, sacerdote, nacido en la villa de Córdoba el 26 de septiembre de 1797. Cura en las parroquias de Amatlán, Tuxpan y Córdoba. Diputado al Congreso de Veracruz en 1828.

Y del proceso de transculturación recibido a través de conversaciones tenidas con dos ilustres cordobeses, que tuve la fortuna de tratar y paladear por las tardes en los portales con ellos un café humeante y delicioso

Hoy se encuentran en el remanso de su descanso eterno en el oriente y los convoco al recuerdo de su saber oral; el Cronista de la ciudad Don Ignacio Cabral y el distinguido profesor entrañable por su afecto brindado Serafín Castillo.

Indiscutible la basta bibliografía existente que habla de la historia de la ciudad, en la que encontramos: Historia General de Córdoba y su región de los investigadores recolectores de datos en lo más profundo de nuestros archivos y crónicas: Adriana Naveda – Hita Y del finado Historiador Enrique Florescano; así como de distinguidos cordobeses profesionales que constituyeron el Consejo de la Crónica de Córdoba.

Damos inicio a la narrativa del proceso de la defensa de la ciudad de Córdoba, en el contexto de la Independencia de México.

La villa de Córdoba se mantuvo sujeta por más de dos siglos a la corona de España y al régimen virreinal. Dejo de estarlo hasta el 1° de abril de 1821 cuando se rinde el comandante militar Juan Alcocer y le entrega la plaza al ya entonces insurgente coronel José Joaquín Antonio Florencio de Herrera y Ricardos.

El 06 de marzo de 1821  se proclama el Plan de Iguala de forma oficial en esta villa, los cordobeses se dividieron en dos grupos: por una parte, los criollos y castas entre ellos la peonada de indígenas y esclavos negros simpatizantes con las ideas de libertad, por el otro lado españoles peninsulares, ricos hacendados terratenientes adictos a la Corona de Fernando VII.

La Villa, aun en el poder de los realistas, se encontraba indefensa, porque el coronel Bellido, sustituto del coronel Francisco Hevia, conocido como “el león Ibérico” solo disponía de un pequeño contingente; en tal virtud solicito el auxilio del gobernador realista de Veracruz, no obstante, el refuerzo resulto insuficiente, para su defensa tal como le demuestra cuando se tuvo que rendir y entregar la plaza al insurgente que juró el Plan de Iguala  José Joaquín Antonio Florencio  de Herrera y Ricardos, con el júbilo y los aplausos de los cordobeses.

LA CRONOLOGIA DE LA DEFENSA DE LA VILLA DE CÓRDOBA.

EL 10 DE MAYO DE 1821, se confirma la presencia del ejército realista español en Naranjal, lo que inquieto a los Europeos Españoles realistas y Criollos Insurgentes, dueños de grandes extensiones de tierra, con caña, café, cítricos, tabaco, ganado, haciendas y trapiches, así como de los comerciantes poseedores de bodegas de vinos, alcohol, granos, tabaco, panelas, indumentaria, cordeles, entre otros productos que comerciaban, su situación de vida estaba en riesgo.

Hábilmente Terratenientes, hacendados y comerciantes unidos en un solo interés proporcionaron dinero, hombres y recursos materiales, carretones y mulas con el propósito de fortificar la ciudad.

En Amatlán Don Francisco de la Llave con su guarnición de soldados insurgentes presencio que “Pasqual de los Santos Juárez capitaneando veinte Amatecos cinco armados, y treinta Zapadores, haciendo ruido con un tambor se presentaran en la plaza.

Los Granaderos y demás soldados, los recibieron militarmente, se formaron en la plaza, celebraron con dianas su arresto, Victorearon al Ayuntamiento, cuyo presidente era José Benito García: y estando rodeados de la gente, se les entregó la Guardia del cuartel, y patrullaron en su traje y con la destreza que es propia de su habilidad, pulida con la íntima comunicación de las tropas realistas, que siempre los había llevado con violencia a destruir las fortificaciones, que ellos mismos habían construido con gusto para defensa de los nacionales.

También de Amatlán, el comandante de apellido Gómez, quién mandaba a los Amos y Mayordomos de las fincas, ordeno enviarán las cuadrillas de los operarios y se presentaron 250 Amatecos.

De Potrero arribaron sesenta negros encabezados por el negro José Fernando Segura.

De Cuichapa llegó una compañía de rancheros, armada y montada a caballo.

De Tomatlán, Coscomatepec, Totutla y Huatusco llegaron peones y rancheros que pedían armas para participar en la defensa.

La tarea de organización de las fortificaciones estuvo a cargo de Don Antonio Guardaelmuro y Don Francisco Calatayud, ante el eminente ataque de los realistas.

EL DÍA 12 DE MAYO DE 1821, llego a la plaza de la villa de Córdoba Don José Joaquín Herrera con 200 hombres de Infantería y 100 de caballería, entre los que venía el valiente militar Félix Luna.

EL DÍA 15 DE MAYO DE 1821, se enfrentaron a fuego en las Fincas de Villegas conocida también como Metlac, la división militar batallón de Castilla del “León Ibérico” Francisco Hevia Español realista nacido en Veracruz; y las fuerzas locales insurgentes encabezadas por el capitán Luna.

Los insurgentes locales se retiraron al no resistir la caballería de 1000 mil infantes y 100 caballos; un cañón de 12 pulgadas, un obús y abundante pertrecho de, los realistas.

Se dice que aproximadamente a las 15:30 horas, el jefe realista Francisco Hevia decidió emprender la retirada para atacar las fortificaciones en la Villa de Córdoba.

Llegó con una columna de 500 hombres hasta el barrio de San Sebastián y 300 de sus hombres ocuparon las casas de Don Antonio de Zevallos y de Don Blas Serrano e inmediatamente rompió fuego a los parapetos números 6 y 8 hasta las siete de la noche.

DÍA 16 DE MAYO DE 1821. A las cuatro de la mañana Francisco Hevia y su gente habían sitiado San Sebastián, colocaron un cañón sobre la plaza, hicieron trincheras con pacas de tabaco, avanzaron por las calles y a las cinco y media de la mañana dos compañías fueron rechazadas.

Francisco Hevia se irrito, mando a derribar a cañonazos la casa de la botica, al no lograr daño alguno a la casa, hizo retirar al artillero y el mismo, se puso a dirigir el cañón, en esta acción recibió un tiro de fusil en la sien izquierda y le salió la bala junto a la oreja derecha. Se le atribuye este suceso de haber disparado el fusil al amateco Pascual De Los Santos García.

En las dos trincheras de pronto reino el silencio, el mando realista quedo a cargo del teniente coronel Don Blas de Luna; a su vez ordeno a sus soldados echar camisas con brea a las casas de torre para incendiar toda la manzana, solo una casa quedo intacta, defendida por Don Francisco de la llave y el capitán D. Velázquez, el ataque siguió día y noche.

DÍA 17 DE MAYO DE 1821

El capitán D. Velázquez, a las 3 de la mañana dispuso que 40 dragones desmontaran de sus caballos y reforzaran los puestos 7 y 8 los españoles cañonearon la manzana, el objetivo era la botica.

DÍA 18 DE MAYODE 1821. A las 8 de la mañana empezaron a aflojar los fuegos, y perdieron la esperanza, los españoles no apuntaban con las granadas, ni las balas de a 12 que hacían estragos en la torre de la parroquia, ni los repetidos asaltos en las trincheras.

A las nueve se avisto en el ejido el teniente coronel Don. Antonio López de Santa Anna que venía en auxilio a los de la plaza con 300 infantes y 250 caballos, presento acción, provoco a los españoles y estos no quisieron salir. Por órdenes del teniente coronel José Joaquín de herrera, se retiró a la hacienda de Buenavista donde acampo y paso allí la noche.

DÍA 19 DE MAYO DE 1821. Al amanecer retorno Don. Antonio López de Santa Anna y levanto trinchera en la loma de los arrieros, enarboló la bandera nacional y coloco un cañón a las órdenes del ayudante Don. José Durán y oculto la infantería en el bosque. A las 8 de la mañana rompió fuego contra el cuartel de los españoles, que se encontraba en una casona de San Sebastián, al no salir los españoles se aplaco el fuego.

DÍA 20 DE MAYO DE 1821. Siguieron atacando la plaza, con mucho desmayo y a las tres de la tarde el teniente coronel Don. José Joaquín Antonio Florencio de Herrera y Ricardos, le sugirió a su comandante Luna se rindiera a discreción, si no quería ser atacado en su puesto.

El comandante Luna contestó que formaría una junta de guerra para resolver, y se suspendieron los fuegos en ambas partes.

En este intermedio entro a la plaza el teniente Don. Luciano Velázquez con 100 patriotas venidos del rumbo de Jalapa.

A las diez de la noche rompieron fuego vivísimo a la plaza, que les contesto con igual ardor. Los españoles decidieron abandonar su sitio, aprovechándose de la oscuridad arrojaron en los pozos de las casas ocupadas todas las municiones que no podían llevarse y emprendieron fuga hacia Orizaba.

 DÍA 21 DE MAYO DE 1821. No sabiendo los de la plaza a que atribuir el silencio que comenzó a observarse media hora antes de la una de la mañana, se dispuso que salieran guerrillas y partidas de reconocimiento de la situación de sus contrarios y volvieron con la noticia de su retirada.

Los españoles fueron perseguidos por Antonio López de Santa Anna con 300 infantes y la partida de caballería, durante el camino sostuvieron fuego vivísimo, hasta dejarlos en Orizaba, donde se hallaba el coronel Samaniego con la división que le dejo el finado Francisco Hevia “León Ibérico”.

Se calcularon los daños que padeció la población por saqueo e incendios de cerca de medio millón al valor de la moneda de esos tiempos.

Seguramente murieron miles de Negros cimarrones, de Potrero y Atoyac, castas, Amatecos, pobladores de Cuichapa, Tomatlán, Coscomatepec, Totutla, de Huatusco y los provenientes de Xalapa y Veracruz.

Es así como la villa de Córdoba salió en su defensa airosa y contribuyo para ponerle fin al movimiento de la independencia.

Que se inician, con la presencia del príncipe Nyanga – Yanga que gano en la región de Córdoba, para la dignidad humana, la primera abolición continental de la esclavitud.

La Heráldica de Córdoba, esta timbrada por una “H” de Heroica que ganó, por la gesta contra los realistas que culmino el 21 de mayo de 1821.

Así lo señala el acuerdo al decreto número sesenta y uno expedido por la legislatura del estado de Veracruz en 1880.

Córdoba presente en las batallas por la independencia mexicana.  La victoria fue para los insurgentes y meses después se consumó la Independencia.

En reconocimiento a la importancia de estos sucesos, se entregó la Condecoración Estrella de Córdoba a la Novena División del Ejército Trigarante por la defensa de Córdoba, Veracruz.

La Estrella de Córdoba se encuentra resguardada en el Museo del Castillo de Chapultepec. El INAH invita a conocer este y otros objetos históricos.

Córdoba también fue bastión del movimiento de la reforma juarista y armas cordobesas estuvieron luchando contra el invasor francés, en las laderas de la montaña de Acultzingo.

Córdoba también fue cuna de la constitución política de Veracruz.

Y Córdoba también participo en las luchas de la Revolución Mexicana.

Hoy Córdoba tiene una “H” de “Heroica” y su estirpe hoy lucha contra una crisis de salud y desempleo.

Esperamos que los políticos que administran los recursos públicos de la ciudad de Córdoba, lo hagan con honestidad y trasparencia y la ciudad de Córdoba sea pronto un faro de esperanza luminoso de ejemplo y esperanza para las nuevas generaciones.

Pibe91@hotmail.com

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