Cuando el beisbol se convirtió en rey, Camelot.

No hay nada más serio que el béisbol, todo lo que necesitas saber está allí: tiene éxitos y fracasos, momentos de compañerismo y momentos de soledad, y tiene un fin, no un reloj, como en otros deportes, sino tiene un fin.

Suele uno de esos deportes ser de los más taquilleros y millonarios en audiencias y pagas para los peloteros, allí tienen a uno de los mejores pagados del mundo, el tal Ohtani, japonés que vino a marcar glorias y éxtasis.

Ayer mismo la Nacional y la Americana se dieron su duelo de cada año y como la FOX/ESPN/TUDN y todas las transmiten, aquí es irse con el comentarista de tu agrado, a mí me gusta Pepe Segarra, un día fue reclutado por FOX, después de añísimos en Televisa, pero el Tigre dio un zarpazo y se llevó a Faitelsson y ganó la tele. Por doquier hay cada día más eventos deportivos en el mundo y faltan cronistas de experiencia y si enfrente tienen al bueno, jálatelo, que las ofertas millonarias no hacen dudar a nadie.

Y luego sus estilos, hay uno llamado Ernesto Jérez, ese que cuando se avecina un jonrón grita: “No y no, y no, díganle que no a esa pelota”.

Asemeja a Buck Canel, ese legendario cronista que parecía cubano pero era argentino, hijo de españoles, una leyenda de la locución, Aquel decía: “No se vayan, que esto se pone bueno”.

Hubo otro que cuando venía el jonrón gritaba desaforado:” La pelota se va, se va, y se fue. Y ya estaba de la otra barda, ese hay confusión de quién fue el autor, aunque de Sarmiento dicen que es suya “la pelota está en el fondo”.

Pero el grande nuestro, incluido en el Salón de la Fama lo habrá sido Pedro El Mago Septién, aunque debe haber otros 190 brillantes como el, ejemplo Ángel Fernández, que narraba un juego de los Yankees dese a cabina de la XEW con el solo teletipo como le iban llegando narrada por entrada, y al chasquear los dedos era el batazo,  orizabeño por su esposa, por mucho orgullo. Y Paco Malgesto y Fernando Marcos, Sonny Alarcón y Antonio de Valdés.

Larga vida al béisbol