¡¡¡ Que, en estas fiestas, la magia sea tu mejor traje, tu sonrisa el mejor regalo, tus ojos el mejor destino, y tu felicidad mi mejor deseo!!!
Primera parte
La palabra Navidad proviene de “Natividad”, que viene del latín “Nativitatem”, que significa “nacimiento”. El mundo religioso la aplica propiamente al nacimiento de Jesucristo. Esta fiesta en lengua inglesa se le llama “CHRISTMAS”, que quiere decir “Misa de Cristo” y es celebrada en la misma fecha. Esta enseñanza no es bíblica porque no encontramos nada con relación a la Navidad como una celebración; ni Pedro, ni Pablo, ni Juan, ni ninguno de los apóstoles nos hace mención de dicha fiesta, por lo cual se entiende que no la celebraron. Por consecuencia ni la Iglesia primitiva guardó esta fiesta.
Pero entonces surge una incógnita… ¿De dónde proviene la Navidad? La historia nos dice que al aceptar el emperador Constantino la doctrina de Jesús, de ahí en adelante empezó a cristianizar muchas festividades paganas. Consultando algunas enciclopedias con relación al origen de esta fiesta, nos dicen que era conocida no con el nombre de Navidad, sino como “SATURNALIAS”, fiestas del solsticio y calendario agrícola celebrada con un sacrificio en el templo de “Saturno” del 17 al 24 de diciembre por los romanos paganos en honor de su diosa de la agricultura “Ceres”, de crecer, crear las cosechas y la fecundidad, debido a ser un periodo oscuro del año, la festividad era alumbrada con antorchas, se decoraban las casas con plantas de múltiples colores y se encendían velas en candelabros figuras de animales hechas de barro; se daba un banquete público, había intercambio de regalos que consistían en cestos de frutas, con el propósito de desearle a la familia un año venidero de alimentos, música, bailes y entre el vino y comida el pueblo se relajaba. Y el 25 de diciembre con la entrada del solsticio de invierno se celebra el nacimiento del dios sol. La historia universal nos ilustra que probablemente las Saturnales fueran las fiestas de la finalización de los trabajos del campo, celebrada tras la conclusión de la siembra de invierno, cuando el ritmo de las estaciones dejaba a toda la familia campesina, incluidos los esclavos domésticos, tiempo para descansar del esfuerzo cotidiano
La Navidad en México
De acuerdo con la historia universal Cristoforo Colombo en italiano, Cristóbal Colón en español realizaba un reconocimiento del área cuando la carabela “Santa María” registró problemas encalló en la costa noreste de Haití. Ante este obstáculo y con la ayuda de indígenas, se puso a salvo la carga que traían los conquistadores y con la madera de la carabela se procedió a construir un fortín, que se terminó de construir el 25 de diciembre y en consecuencia Colón lo llamó “La Navidad”, día en el que los españoles celebraron esta fecha religiosa por vez primera en suelo de nuevo mundo.

En nuestro país, historiadores señalan que la primera Navidad propiamente mexicana de la que se tiene registro fue en 1526. El misionero franciscano, Fray Pedro de Gante le escribió al Rey Carlos V relata sobre esta celebración con los indígenas en México. Cuando los evangelizadores llegaron, en su afán de difundir la religión buscaron aprovechar puntos de contacto que facilitaran la conversión de los indígenas. Por ejemplo, los aztecas celebraban en invierno el nacimiento de Huitzilopochtli Dios de la Guerra coincidiendo con la época de Navidad. Estos días los Tenochcas llevaban invitados a sus casas y les ofrecían tzóatl, lo que hoy conocemos como de amaranto. Así, de alguna manera, “fusionaron” tradiciones cristianas con costumbres festivas que dieron un buen resultado.
EN MÉXICO, la primera Navidad fue celebrada por el monje franciscano Fray Pedro de Gante cuando apenas empezaba a erigirse la Nueva España de entre las ruinas de la gran Tenochtitlán. A partir de allí se integraron a la tradición cristiana, elementos del culto indígena prehispánico, como el nacimiento del dios Huitzilopochtli en el mes de diciembre. Las tradiciones de cada país son expresión de una cultura que da identidad propia a un pueblo, y México es un excelente ejemplo; las fiestas decembrinas nos brindan la oportunidad de conocer un abanico de actividades, costumbres y formas de ser de nosotros los mexicanos y de personas de otros países que celebran la navidad. La tradición de cantar villancicos, nace a partir de los mantos que solían llevar los indígenas en esas fechas, por lo que fueron modificadas con adornos alusivos a la navidad, mientras que, los más pequeños fueron disfrazados como ángeles para que fueran ellos los que entonaran estos típicos cantos navideños. Así, la piñata, el nacimiento, las posadas, los reyes magos, las pastorelas, la cena de Navidad y los villancicos son sólo algunas de las costumbres que se implantaron en el periodo Virreinal. Las cuales, aunque pertenecen enteramente a la tradición cristiana, adoptaron rasgos y elementos indígenas que permanecen hasta nuestros días.
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