“Reconocer a Assange como un gran periodista extranjero para darle asilo y despedazar a la prensa mexicana, no tiene precio”
Los mexicanos vivimos en los absurdos del presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador.
En repetidas ocasiones tanto en el contexto nacional como el internacional ha realizado declaraciones que rayan en una mente trastornada quizá por tanto problema que él mismo se ha arrimado.
Primero ordenó que sólo la Federación fuera la única que pudiera adquirir la vacuna contra el Covid, bloqueando la iniciativa de diversos empresarios y gobiernos no afines a él para que pudieran importarla, comercializarla y aplicarla.
Ahora, ante la incapacidad de su gobierno para poder traer a nuestro país las suficientes dosis pide a la iniciativa privada que lo haga. Pero eso si bajo el control y supervisión de la federación.
Mientras tanto ya han muerto miles de mexicanos a consecuencia de la falta de la inyección.
Anunció que las refinerías en unos años serán capaces de satisfacer el abasto nacional de combustibles del país, hecho que hasta el momento no ocurre y ahora limita que la iniciativa privada pueda importar los combustibles obligándolos así a comprarlos a Pemex, empresa incapaz de satisfacer la demanda nacional en estos momentos.
Ayer presumieron que más de 40 mil mexicanos ya fueron vacunados contra el Covid.
Según el Consejo Nacional de Población, hasta julio de 2020, en México habitan 125 millones de personas de acuerdo con la Encuesta Nacional de la Dinámica Demográfica.
Entonces las más de 40 mil vacunas corresponden solo al 0.032 por ciento de la población de México. Así ya mero.
Puros absurdos