En tanto que el gobernador Cuitláhuac García se empantana más en el tema de las patrullas compradas al grado que tras su conferencia de prensa las cuentas de las adquisiciones y ahora también arrendamientos de unidades quedaron peor, el asesinato de la alcaldesa de Mixtla de Altamirano, Marisela Vallejo Orea y su esposo empiezan a caer en el olvido de las autoridades y que mejor que enviarle la papa caliente a la Fiscalía General de la República en lugar de hacer que el Fiscal Winckler trabaje.
En base a ello el alcalde de Zongolica, Juan Carlos Mezhua Campos se ha erigido en defensor de los pueblos al grado que organiza y convoca a los alcaldes de municipios de la sierra a reunión urgente para tratar los temas de seguridad.
Aunado a ello, Mezhua Campos ha formado con ciudadanos un cuerpo de vigilancia con el cual pretende proteger a la ciudadanía, pero en lugar de formar policías, armados y equipados, utiliza a civiles sin arma alguna, inclusive mujeres para que cuiden el municipio. Ojalá y esto no conlleve a una tragedia porque los grupos armados en la sierra si cuentan con suficientes armas y pertrechos para enfrentar a quien sea.
Mezhua los presumió el día del acto cívico del 5 de mayo. Solo los dotó de una playera y los formó para la foto.
En otro orden de ideas me parece increíble que millones de mexicanos pensantes, profesionistas, empresarios, especialmente de Pymes, de comerciantes que por generaciones han luchado contra viento y marea, resistiendo vendavales de la economía, estén observando con angustia, pero en total pasividad, el desmantelamiento de nuestro país sin que asociación, organización o grupos hagan algo.
La marcha del día 5 no significa nada. No logró nada. Solo mostrar un camino que pocos están dispuestos a seguir, porque esas marchas tarde o temprano conducirán a los enfrentamientos con las hordas de seguidores de López Obrador que tiene en las distintas delegaciones y en el Estado de México.
Cada mexicano tiene que preguntarse ya desde estos momentos a qué está dispuesto para defender su patrimonio o lo que queda de el en la maltrecha economía que dejaron las anteriores administraciones.
Por supuesto, no estamos por ningún motivo, proponiendo el regreso de los grupos delincuenciales de derecha y centro que saquearon el país.
La conclusión es que los mexicanos carecemos de un verdadero líder que saque adelante al país y además, que es lo más triste, no sabemos como elegirlo.
Estados Unidos al elegir a Trump como su presidente pagó las consecuencias y pese a ello su economía crece a un ritmo anual del 6 por ciento lo cual debería tener a México creciendo al menos en un 4% y tal parece que no hemos alcanzado ni el uno por ciento.
Aquí muchos ya están pagando las consecuencias y lamentan haber votado con ilusión por López Obrador de quien se pensó tendría la capacidad de encabezar el verdadero desarrollo de México.
Encaminarnos a una economía similar a lo vivido en 1906 es aterrador. Ver la cancelación de un aeropuerto y que el gobierno pague todo lo invertido y aún más solo por capricho de un presidente; proyectar un tren maya con la sola consulta de quienes levantaron el dedito en una concentración es alarmante y armar un aeropuerto con un cerro atravesado mueve a reflexión profunda.
Lo que si debemos tener como certeza todos los mexicanos es que transitamos en un sendero muy estrecho, donde no hay hacia donde moverse y que el solo hecho de perder el equilibrio hará caer a miles si no es que a millones sin opción alguna.
Que AMLO tenga la sobriedad, sensatez y humildad para reconocer sus garrafales errores y que ello permita que todos podamos caminar de forma paralela con el nuevo gobierno. No hay de otra. ¿Quitar o exigir la renuncia de López Obrador hará que México sea un mejor país?
Veo una economía sostenida con alfileres muy delgados: No hay inversión privada suficiente y mucho menos extranjera y peor tantito en lo que se refiere a energía.
Nadie se avienta el tiro de arriesgar su dinero con un presidente que cada mañana cambia el panorama, que no da oportunidad a que, una vez hecho un movimiento en su tablero de ajedrez político, económico y social, otros puedan al menos pensar en mover sus piezas.
Así cómo.