Cuando el imperio irrumpe. Camelot.

Es la mañana que Donald Trump llega como el 47th presidente de Estados Unidos, un imperio, llega con la gran aceptación del electorado americano, que hoy lo respaldaron como nunca. Toma protesta y lanza sus mensajes, los dos primeros dedicados a México: La firma de los decretos donde impulsa la terminación de la construcción del Muro y el envío de soldados a la frontera sur, primera puesta en pie de los congresistas, tanto republicanos como demócratas, Joe Biden y la vicepresidenta Kamala no aplauden, se quedan sentados, costumbre de los opositores cuando son oposición, ahora Biden ya lo es. La segunda puesta en pie fue también dedicada a México: Firmaré un decreto donde calificaremos a los narcos y delincuentes como organizaciones terroristas. La gente se pone de pie entre aplausos. Días oscuros llegan a México por haber consentido y contemplado esa política de abrazos y no balazos. Comentaristas serios han escrito que AMLO se fue por piernas a Cuba, a sentir el calor del dictador y esperar que los vientos lleguen y a ver cómo vienen, si golpean la vegetación tabasqueña o pasa de largo. Sale Trump con su jalada de cambiar el nombre del Golfo de México ahora por Golfo de Estados Unidos, como si apropiarse de los nombres fuera su gloria, le aplauden de nuevo. Si hay discusión, no importa, conque le pongamos Golfo de Veracruz ahí muere. En ese Congreso donde el antecedente es de los Padres Fundadores de la Patria, cuando George Washington, Thomas Jefferson, John Adams, Benjamín Franklin, Alexander Hamilton, John Jay y James Madison y una palomilla, crearon esa Constitución que los tiene vigentes como el país más próspero y grande del mundo, el que siempre ha llegado en las dos grandes guerras, al final de ellas, a poner orden y liberarlos del comunismo y fascismo, como lo hicieron en París, como lo hicieron en la segunda, cuando los nazis ya querían el mundo a sus pies. Qué Dios bendiga a México y calme un poco a Trump. Te lo pedimos, Señor.   

DEL BERNABEU AL SOCUM

Hace un año, la última vez que me metí a un estadio, presumo, fue al Santiago Bernabéu, donde suelo ir cada que ando en Madrid a ver al Real Madrid en La Castellana. Ahora, por recomendación del alcalde JM10,  me dijo debía ver al equipo Los Montañeses de Orizaba, que van en primer lugar de la liga Premier, lo que sería para nosotros los antiguos, la Tercera División, pues allí me tenéis el domingo pasado ir a ver a ese quipo y me dio gusto, porque no solo los vi ganar 3-0, les vi jugar con ganas y tres de ellos llamaron mi atención, jugadores que portaban el número 7/9/10. Alguien que sabe de ellos me dijo que uno, de apellido Landa, con el número 10, venia de Xalapa y ese muchacho ya pinta para ir a otra división, si no que a primera la haría bien. Además, estrenan entrenador de Salamanca y se nota que los encauza bien, no pases por Salamanca, que allí me hiere el recuerdo. El futbol en Orizaba es de antología, aquí nacieron el Loco Aussin y Picos Cabrera, Virol García, René Vázquez, la Salsa Alba, Zorra Suárez, Gato Teista, que alternaba con Lavolpe la portería en el Atlante, Cocada Ramos Tello, en Chivas de Guadalajara, según me cuenta Hugo Solano. Algunos de ellos llenaron glorias en los Tiburones Rojos del Veracruz, de Papá Lajud. El estadio Socum estaba lleno y algo le faltaba en sol, donde las porras se subliman, pero gusto me dio que sirve porque hay afición orizabeña y pululan los vendedores de fritangas, las chelas orizabeñas, cacahuates y da empleo a mucha gente que allí buscan su domingo. Padres que llevan a sus hijos, para hacerlos fieles simpatizantes de un equipo orizabeño. Vayan al estadio y apóyenlos, hay promociones, con un boleto les cambian un tiquet para subir al Tobogán de la Montaña. Fuerza Montañeses.