La democracia es una forma de gobierno, en la que el poder reside en la mayoría, es decir, en los ciudadanos libres que participan en la toma de decisiones, a través del voto

En la democracia manda la opinión de la mayoría sobre la de la minoría, aunque no siempre tome la mejor opción, ni esté capacitada para tomar decisiones complejas.

En la democracia representativa, los líderes que mejor convenzan a los ciudadanos, se harán los elegidos para ocupar los cargos públicos. Por tanto, los grupos humanos siguen en la búsqueda de un gobierno justo y estable, que equilibre los intereses de las clases sociales.

Los filósofos y economistas más afamados tienen una visión crítica de la democracia liberal representativa, ya que es insuficiente, limitada y sirve principalmente a los intereses de la clase capitalista, que así seguirá manteniendo las estructuras de poder y la explotación económica.

Piensan los sabios que la democracia debe ser directa y participativa, donde los que producen, los trabajadores, tengan el control de la producción y las decisiones políticas se tomen colectivamente, este tipo de democracia elimina las desigualdades de poder y riqueza, permitiendo una sociedad más justa y equitativa.

Aquí no hay nada secreto, bien se sabe que la democracia se centra en cómo las estructuras de poder y los medios de comunicación influyen en la participación ciudadana y en la percepción pública de la realidad.

Sin duda la democracia representativa que padecemos, a menudo se convierte en una herramienta para mantener el poder en manos de una élite. Los grandes medios de comunicación juegan un papel crucial en este proceso, ya que controlan la información que llega al público y, por lo tanto, pueden manipular la opinión pública para favorecer ciertos intereses.

Se considera que la democracia participativa es la forma ideal de gobierno. En este modelo, los ciudadanos tienen acceso a los recursos necesarios para participar de manera significativa en la gestión de sus asuntos. Esto incluye no solo el derecho al voto, sino también la capacidad de influir en las políticas y decisiones que afectan sus vidas.

Los grandes medios de comunicación en las democracias no son independientes ni imparciales. En lugar de eso, actúan como herramientas de propaganda que sirven a los intereses de las élites económicas y políticas.

Estos medios solo presentan la información después de pasar cinco filtros que son: la propiedad de los medios, la financiación a través de la publicidad, las fuentes de información, la crítica y la ideología anticomunista.

En conclusión, y por el momento, en esta especie de país, en medio de una guerra de propagandas en los medios electrónicos de comunicación, las mayorías morenas, en base a las leyes y a la democracia liberal representativa vigente, las reformas a las leyes propuestas por el ejecutivo, sobre el poder judicial, es muy probable que serán aprobadas.

Hay que destacar, que, de todas maneras, el voto para elegir jueces no será de manera directa y colectiva, es decir, no será por democracia participativa, sino que seguirá siendo por democracia representativa, donde los ciudadanos solo votarán por una selección de los licenciados en derecho que se registren.

No será una votación abierta por los aspirantes, sino solo se podrá votar por los que elijan unos comités de expertos, es decir, seguiremos votando como en las presidenciales, solo por los que propongan los partidos (partidocracia) es decir, nos obligan a votar solo por Pepsicola o por Cocacola y no, como es mi deseo y derecho, de votar por quien se me pegue la gana. Parece que aún faltan muchísimos pisos para eliminar las clases sociales y lograr la justicia. (fjchr)