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Más vale tarde: 1984

Y, ahora, el ejemplo de 1984, la inquietante novela de George Orwell. Escrita entre 1947 y 1948, la obra, de ser una estrujante premonición de lo que iría a suceder en ese fatal año, 1984, ha llegado a ser una peligrosísima realidad. En esos 76 años fue hilándose una desafortunada madeja de hechos desastrosos y una realidad plena en nuestros azarosos días. Si la novela es inquietante, lo que aporta el análisis induce a una muy seria reflexión sobre nuestro aquí y ahora.

Veamos lo que muestra como ejemplo de Comprensión lectora el programa oficial de Lengua y Comunicación apoyado en la orwelliana novela 1984:

«Tema central: La vigilancia.

Temas secundarios: El poder y la manipulación de la información.

Idea central: El poder absoluto anula cualquier manifestación de individualidad (como la identidad) y de humanidad (como el amor o la confianza).

Ideas secundarias: El poder absoluto se impone a partir de un ejercicio de vigilancia e invasión a la privacidad de los ciudadanos, así como de su manipulación a través de diversos mecanismos, tales como la propaganda y la eliminación de quienes se oponen o tienen una visión crítica.

Descripción del personaje: Winston Smith es el personaje principal de la novela. Trabaja en el Ministerio de la Verdad. Su trabajo consiste en reescribir la historia, una ironía dado el nombre del Ministerio. Es consciente de los engaños y manipulaciones del sistema político del Partido Único. Se une a la resistencia junto a Julia, de quien está enamorado.

Ubicación: 1984 es una novela política de ficción distópica, escrita en 1948 por el novelista británico, nacido en la India, George Orwell. La obra presenta una hipérbole de las prácticas del comunismo y del fascismo, que el autor conoció de cerca en la Guerra Civil Española.

Ámbito: La novela se desarrolla en el año 1984, en un futuro Londres, que es integrante de un inmenso estado llamado Oceanía. La sociedad de este futuro está dividida en tres

grupos: los miembros “externos” del Partido Único, los miembros del Consejo dirigente o círculo interior del partido y una masa de gente, a la que el Partido mantiene pobre y entretenida para que no puedan ni quieran rebelarse, “los proles” (proletarios).

Trama: Tras años trabajando para el Ministerio de la Verdad, Winston Smith se va volviendo consciente de que los retoques de la historia en los que consiste su trabajo son

solo una parte de la gran farsa en la que se basa su gobierno, y descubre la falsedad intencionada de todas las informaciones procedentes del Partido Único. En su ansia de evadir la omnipresente vigilancia del Gran Hermano (que llega inclusive a todas las casas) encuentra el amor de una joven rebelde llamada Julia, también desengañada del sistema político; ambos encarnan así una resistencia de dos contra una sociedad que se vigila a sí misma».

Fin del texto original.

Como se puede apreciar, el ejemplo es digno de consideración y cuidadoso análisis. Se trata, obviamente, de una novela de ficción distópica, como la califica el versado autor de este interesante ejemplo de análisis literario. Según el diccionario de la Academia del español, una distopía es la «representación ficticia de una sociedad futura de características negativas causantes de la alienación humana».

De acuerdo con esta definición, 1984 y Un mundo feliz, Fahrenheit 451, Walden dos, incluso Rebelión en la granja, El reino de este mundo y otras novelas similares, no son utopías, sino distopías, pues no auguran o no aseguran nada bueno para la humanidad.

Surgen, tanto de la lectura de la novela como de este guion, propuesto por la SEP, unas preguntas: ¿se habrá ponderado lo que está en las líneas, lo que está entre líneas y, más, lo que está atrás de las líneas? ¿En qué país, actual, futuro, futurible, posible, imposible (este, no), se ha, habrá, habría podido hacer realidad ese terrible mundo orwelliano? ¿No todos los gobiernos buscan, persiguen y luchan denodadamente por lograr el bien común para todos sus ciudadanos, sin distingo de pensamientos, culturas, ideales, clases, creencias, partidos, etc.?

Estas y más preguntas son las que deben suscitarse en un salón de clases…

(El próximo: Hamlet, drama cuyos temas son la venganza, la traición y la locura. Como también son temas de nuestro tiempo y lugar, lo veremos en otro comentario).

grdgg@live.com.mx 

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