En tanto que el INEGI informa que, en agosto del presente año, el Indicador Oportuno de la Actividad Económica presentan una variación del 6.8 por ciento al alza en la economía del país con relación al mismo mes del año pasado al menos aquí en la zona centro de la entidad veracruzana llevamos casi 9 meses sin que exista reactivación económica alguna.
Los comerciantes y prestadores de servicios saben que la mejoría económica de cada año es cíclica, es decir, mejora con las cosechas de caña y café y decae cuando los ingenios dejan de moler y termina la cosecha del aromático grano.
Pero este año ha sido la excepción. Todavía el año pasado, en medio de la pandemia mortal, hubo mucha actividad económica y cientos de negocios cerraron 2020 con buenas cifras. En 2021 no.
Llamamos a los meses de enero, febrero y marzo, que son un periodo recesivo, la “cuesta de enero”, pero no solo siguió, sino que no hay visos de cuando termine.
Tan solo en el primer semestre del presente año, según cifras de Canacope en Córdoba cerraron 60 comercios en pequeño debido a que no pudieron soportar los tremendos gastos que significan los pagos de renta de locales comerciales, energía eléctrica, teléfono, salarios, impuestos, etc aunado a los insumos para cumplir con las normas sanitarias que impuso la pandemia tales como compras de gel antibacterial, tapetes sanitizantes, termómetros digitales, personal para verificar que los clientes cumplan con dichas disposiciones.
Pero el factor principal de todo es que no hay ventas. No se mueve nada sin ventas. Hace años leí que el humo que salía de las fábricas iba en proporción con los resultados de sus departamentos de ventas y eso es real. Una empresa sin vendedores, no va a ningún lado.
Los comercios locales languidecen sin la presencia de clientes y sin efectivo en sus cajas o cuentas bancarias hasta el quiebre de los mismos.
Esa ayuda social que se derrama bimestralmente a millones de mexicanos de parte del gobierno federal a través de Bienestar no muestra impacto alguno en la reactivación comercial. Quizá a lo mucho represente un respiro para los tendajones de la esquina en los barrios y colonias populares mas no en el comercio establecido y negocios prestadores de servicios de todo tipo que pagan impuestos, cumplen con sus obligaciones, generan empleos y derrama económica.
Y no hay para donde moverse por el momento.